oco más de medio año después del fallecimiento de Àngel Casas (1946-2022), otro icono pop de la televisión de la Transición, la desaparición de Carlos Tena (1943-2023) nos lleva a afirmar que si bien quizá no todo el tiempo pasado fue mejor, sí que tuvo mejores programas musicales en televisión. De hecho, muchos de nosotros nos iniciamos en la melomanía gracias a aquellos programas. Pero lo cierto es que si bien para la mayoría de la gente Carlos Tena es considerado un icono de la tele, con sus peculiares y a veces estrambóticos looks y su voz tan personal y reconocible, su carrera como periodista musical comenzó en la prensa escrita. Nacido en Madrid en 1943, se inició en el mundo de la información colaborando en los años sesenta con diarios como ‘Pueblo’ o ‘Madrid’, a los que más adelante seguirían ‘Diario 16’, ‘El Mundo’ o la edición española de ‘Liberación’.

Al mismo tiempo, comenzó su relación con la radio al dirigir en 1965 el programa ‘Hablando de discos’ en Radio Peninsular. Pero quizá su primer gran hito, todavía en los grises tiempos del franquismo, fue su entrada en Radio Nacional de España y la creación en 1973 del mítico programa ‘Para vosotros, jóvenes’, verdadera escuela musical para quienes empezábamos a adentrarnos en ese fascinante universo. Tres años después, creaba junto a Fernando Argenta otro programa rompedor en Radio Nacional, ‘Clásicos populares’, que revolucionaría la forma de presentar la música clásica a los oyentes a través de un estilo tan riguroso como divertido e iconoclasta.

Sin embargo, como era de esperar, fue la televisión la que terminó por convertir a Tena en un personaje popular, incluso para quienes no eran especialmente melómanos. No hay que olvidar que por aquel entonces no existían cadenas privadas ni plataformas, y en España solo teníamos dos cadenas públicas. En 1977, junto a Diego A. Manrique, comienza a presentar ‘Popgrama’, una fórmula atrevida e insólita con la que desarrolló, además de una crítica fundamentada y certera, un humor que podía ser guasón y socarrón, pero también ácido y vitriólico. Después, tras lanzar ‘Música maestro’, el escándalo llegaría en 1983 con ‘Caja de ritmos’, en plena movida. Poca gente que viviera aquella época habrá olvidado el alboroto que se montó, justo ahora en abril hace cuarenta años, con la emisión del programa en que las Vulpess interpretaron su “Me gusta ser una zorra”, particular versión de “I Wanna Be Your Dog”, de The Stooges. Instigada sobre todo por el diario ‘ABC’, la polémica se zanjó con una querella criminal –más tarde sobreseída– y la dimisión a los pocos días de Carlos Tena, que, en una entrevista posterior con Mercedes Milá, señalaría que “los de ‘ABC’ estuvieron estudiando el vídeo en su día para ver cuál era la letra… trataron de extraer la letra exacta y ponerla en el ‘ABC’ como si fuera un poema de Alberti o García Lorca”. No cabe duda de que siempre fue un grano en el culo, un heterodoxo. Un electrón libre, un insobornable verso suelto.

En todo caso, regresaría a Televisión Española al año siguiente para presentar ‘Pop qué’ –como si tratara de pedir explicaciones del por qué de la controversia desatada el año anterior– y después el onomatopéyico ‘Auanbabulubabalambambú’, una adaptación fonética del título del emblemático libro “Awopbopaloobop Alopbamboom” (1969) –a su vez extraído de la letra de “Tutti Frutti”, de Little Richard– de Nik Cohn, padre de todos los críticos de rock. Después, la estrella de Tena decaería y en el cambio de siglo colaboraría con programas de Onda Cero, Telecinco y Antena 3, destacando en esta cadena su presencia en ‘Lluvia de estrellas’, donde, como jurado, formaba parte de una extraña pareja junto al ínclito Lauren Postigo. Pero en todo este tiempo, fue un apasionado impulsor en España de la movida y de géneros como el blues (dirigió el coleccionable “Sentir el blues” editado por Altaya), el reggae o el punk. También produjo discos de Mario Tenia y Los Solitarios, Johnny Comomollo y sus Gangsters del Ritmo, los muy reivindicables Tílburi o Paraíso.

A comienzos de este siglo, totalmente desubicado, cumplió uno de sus deseos como comunista y castrista convencido que era, y, coherente con su ideario, se fue a vivir a Cuba, donde ejerció como corresponsal de ‘Cubainformación’. Volvió a España a mediados de la década pasada, colaboró con la revista ‘Efe Eme’ y, tras serle detectado el cáncer que ha acabado con su vida, regresó recientemente a Madrid, donde falleció el 13 de abril. Su muerte fue comunicada por su gran amigo Álex de la Nuez (Zombies, Álex & Christina), quien, incapaz de sobreponerse al dolor de la pérdida, ha señalado en un tuit que “45 años no se resumen en una frase”. Ciertamente, los obituarios se suelen escribir para lamentar la muerte de los creadores de las obras musicales. Pero es obligado también rendir tributo y llorar la pérdida de quienes nos enseñaron a amar la música. ¡Va por ti, Carlos! ∎