Han brindado montajes más espectaculares, desde luego. Sin ir más lejos,
el “Pandemonium Tour” que los acercó a este mismo festival en 2010, aquel inolvidable show de los cubos. Pero difícilmente reunirán mejor repertorio. Ni ellos ni casi ningún otro grupo del planeta. La excusa es la inminente publicación de
“SMASH. The Singles 1985-2020”, su enésimo recopilatorio. Y hay algo crepuscular en el rescate de tanto éxito encadenado, con imágenes de antiguos videoclips sobre una escenografía sobria pero efectiva, con Neil Tennant balanceándose desde una de las dos farolas ubicadas en el escenario, como emulando la era dorada de los musicales de Broadway mientras alfombra el camino –tras la exhibición de la bandera de Ucrania desde la pantalla y una presentación del show que juega con los títulos de muchas de sus canciones– a su colección de imborrables minisinfonías pop, en magistral equilibrio entre lo sublime y lo kitsch, lo mundano y lo trascendente, lo reflexivo y lo puramente bailable. Un Tennant, por cierto, sobre cuya voz no discurre el tiempo. Suena eternamente juvenil. El de ayer en el Parc del Fòrum fue un repaso a su etapa imperial, quizá más en clave de mero acopio de
hits que de diálogo abierto con su pasado, más memorialista que revisionista. Con momentos para la delicada introspección como “Love Comes Quickly” o “Rent”, para un pasado que coqueteó con el italo disco o las sonoridades latinas en “Paninaro” y “Domino Dancing” o para su habitual cuota de versiones que redimensionan los originales, como “Always On My Mind”, “Go West” o “It’s Alright”, esta última engarzando un memorable clímax con “Vocal”, rescate habitual de su último gran disco, “Electric” (2013). Clásicos a mansalva en un show que fue de menos a más. Era el primero que ofrecen en 2023 dentro de la gira Dreamworld, con Tennant y Lowe secundados por dos percusionistas y una teclista-corista. Y remate en el bis con la distinción urbana de “West End Girls” y la melancolía otoñal de “Being Boring”, redondeando un cancionero majestuoso, que les sobrevivirá por siempre. Hasta Chris Lowe acabó por esbozar algo parecido a una media sonrisa.
Carlos Pérez de Ziriza