Álbum

CHVRCHES

Screen ViolenceEMI-Universal, 2021

Empezando por su título y siguiendo por los nombres de sus canciones o algunas palabras clave diseminadas en las letras (no tanto la portada, que evoca más un thriller como “Doble cuerpo”), el cuarto álbum de CHVRCHES se presenta como especie de homenaje al cine de terror, en concreto al de los 80, la época a la que este trío synthpop siempre ha debido más a nivel musical.

Un disco synth horror de CHVRCHES suena apetecible, pero en realidad ese prospecto solo se hace realidad en “Nightmares”, power ballad de regusto industrial con una recta final en sintonía clara con John Carpenter, quien, por cierto, ha grabado una remezcla del single “Good Girls” (a cambio, ellos han retocado su “Turn The Bones”). Este es, eso sí, el disco de sonido más oscuro y sucio de CHVRCHES, no sabemos hasta qué punto por voluntad del grupo o por las exigencias de una grabación desarrollada a distancia entre Los Ángeles, donde estuvieron confinados Lauren Mayberry y Martin Doherty, y Glasgow, donde se quedó Iain Cooke.

A veces, esta suciedad (deliberada o no) funciona: lo mejor de “Violent Delights” es esa base breakbeat tan rudimentaria. Pero cierto fárrago sonoro puede estropear composiciones realmente inspiradas: “Asking For A Friend”, con beat drop de leyenda en 2’21”, merecía una mezcla más espaciosa y limpia, es decir, como la provista por Rich Costey en el imponente debut “The Bones Of What You Believe” (2013); y lo mismo puede decirse de “How Not To Drown”, dueto con Robert Smith (de The Cure) asfixiado en una incómoda estridencia sónica.

En realidad, es cuando se abren los nubarrones cuando este disco deliberadamente oscuro cobra verdadero vuelo. “California” puede hablar de confinamiento (“nadie te advierte nunca / que morirás en California”), pero suena mucho más aérea que la mayoría de canciones y también es, en realidad, una canción sobre pasar página en la vida. Un himno de (synth)pop de estadio como pocos han grabado. Y después, al final, está la sencilla “Better If You Don’t”, delicada maravilla con guiño incluido a The Blue Nile, antepasados pop de Glasgow: “Tinseltown was always in the rain”, canta Mayberry en clara referencia al clásico de 1984 “Tinseltown In The Rain”.

“No echo de menos mucho de ti / Bebo y pienso demasiado / Debería dejar una de las dos cosas”, canta también Mayberry en un tema especialmente personal de un disco en el que, por otro lado, hasta los conceptos de terror, de género, sirven a un propósito más complejo que el puro escapismo. Cuando en “Final Girl” habla de no querer “acabar en una bolsa para transportar cadáveres”, Mayberry no se está trasladando necesariamente a un paisaje de slasher: este miedo es común para la mujer no ficticia. Las todavía más directas “He Said She Said” (muy hyperpop) y “Good Girls” lidian, respectivamente, con terrores como la luz de gas y la masculinidad tóxica. Freddy Krueger (al que se guiña un ojo en “Violent Delights”) convive con espectros palpables. ∎

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