Einstürzende Neubauten serán uno de los nombres destacados del enorme Primavera Sound 2022. De sobra conocidos para los asistentes habituales de la cita barcelonesa, la veterana banda berlinesa de música industrial despliega siempre un espectacular aparataje percusivo, desde sierras radiales a tuberías, que parecen más propias de una obra pública que del escenario “Auditori Rockdelux”. Su líder, Blixa Bargeld, de expresión adusta, planta imponente y siempre en elegante traje negro, declama como un pastor protestante en una iglesia derruyéndose estrepitosamente. Por momentos, su música se acerca a la electrónica que puede sonar en el piso más oscuro del Berghain, el icónico club que hace de la capital germana el paraíso de DJs y fans de la música de baile más vanguardista, pero él nunca baila.
“Silence Is Sexy”, el tema que daba título al disco que publicaron en el año 2000, sorprendió a crítica y público haciendo una apología del silencio en fondo y forma, con una nana postindustrial difícil de interpretar en escenarios festivaleros. Quizá se adelantaron 20 años a lo que muchos urbanistas y ciudadanos reclaman ahora para hacer de las ciudades entornos más sostenibles. Quizá Einstürzende Neubaten siempre fueron un grupo sostenible que reciclaba materiales de la construcción para hacer arte con ellos, como ahora Audi, con muchos de los materiales de su nuevo Q4 e-tron 100% eléctrico, donde, por ejemplo, cada asiento delantero está fabricado a partir de 26 botellas PET recicladas de 1,5 litros
Cuando en las películas y libros de ciencia ficción se imaginaba la movilidad del siglo XXI (y más allá), la mayoría pensaban en vehículos voladores que surcaran ciudades sucias y oscuras a lo Gotham. Desde “Metrópolis” (1927) hasta “El quinto elemento” (1997), pasando por “Blade Runner” (1982) y la saga “Star Wars”, todas esas visiones tenían claro que el atasco en el asfalto se solucionaría en los cielos. Y es probable que el tráfico que genera el creciente boom de la mensajería derivada del comercio electrónico vaya a ir por esta línea celestial, pero parece más factible que el transporte de ciudadanos en distancias medias y cortas vaya a continuar en suelo firme, y en ciudades más humanas y luminosas gracias a medios de transporte más sostenibles.
La sostenibilidad es uno de los puntos más importantes, si no el que más, en la agenda política de la Europa que el propio Blixa Bargeld retrataba con afán de bon vivant en su delicioso libro “Europa, una letanía” (2018). Ahora sabemos, más que nunca, que somos lo que comemos (y a Bargeld le gusta comer muy bien), pero, sobre todo, lo que respiramos, y no nos gusta vernos abocados a una ciudad de replicantes y lluvia ácida. La ciencia avisa y el cine dispone.
Pero en aquellas ciudades de la gran pantalla el ruido seguía ahí, y si algo hemos aprendido en los últimos años es a ser conscientes del entorno y de cómo nos afecta, y ahora también sabemos que la contaminación acústica puede ser tanto o más perjudicial que la atmosférica.
También lo sabían My Bloody Valentine, quienes aunque no renunciaban al volumen al 12 de su esperado y –literalmente– atronador concierto de vuelta en el Primavera Sound de 2009, quisieron respetar la salud auditiva de su audiencia repartiendo tapones para los oídos a la entrada al recinto. Ahora, esa protección sería deseable y necesaria en muchas de las principales vías de nuestras grandes ciudades.
Silence is sexy, love is in the air.
Si Einstürzende Neubaten provienen del Berlín del techno, Audi proviene de la muy verde, ecológica y también alemana Baviera, y es, sin duda, una de las marcas más asociadas a la vanguardia tecnológica en el sector de la automoción.
A finales del siglo XIX, el intenso tráfico equino que poblaba las grandes ciudades occidentales como Londres hacía que el aire fuera irrespirable y el suelo impracticable. El periódico londinense ‘The Times’ vaticinaba en 1894 que: “Dentro de 50 años, todas las calles de Londres estarán enterradas bajo tres metros de heces”. El periodista Brian Groom escribía en 2013 en el ‘Financial Times’ que, en el siglo XIX, “la cantidad de excrementos de caballo generada en unas ciudades en rápido crecimiento se percibía como una amenaza para la propia civilización”. Pero entonces la tecnología y Henry Ford acudieron en auxilio de la humanidad, y los coches sustituyeron a los caballos solventando la papeleta.
Ahora Audi, siguiendo su propio claim, “Future Is An Attitude”, vuelve a servirse de la tecnología para salvar de nuevo las ciudades de la suciedad, en este caso originada por el CO2 que emiten los combustibles fósiles y que amenazaban con sepultar en un aire irrespirable las grandes urbes y el planeta en general.
De ahí que la apuesta de Audi por desarrollar un coche eléctrico de diseño futurista y cero emisiones locales como el Audi Q4 e-tron 100% eléctrico sea todo un plot twist al futuro apocalíptico que nos deparaba el cine del siglo XX. La carrocería del vehículo no desentonaría en ninguna película distópica, incluso como Batmóvil sostenible de fin de semana para Bruce Wayne, pero su contenido apunta a la utopía, a ciudades mejores para todos; más limpias, humanas, amables para quienes vean circular el Audi Q4 E-tron, y más confortables y disfrutables para quienes tengan la suerte de conducirlo.
Pero para que además la sostenibilidad sea factible y tangible, ha de ser transversal y accesible a todo el mundo. Por eso Audi se ha esforzado en hacer de este modelo prémium un coche que democratice la movilidad eléctrica a un precio apto para (casi) todos los bolsillos.
En cuanto conduzcas el nuevo Q4 e-tron 100% eléctrico y enciendas su exclusivo equipo SONOS, podrás experimentar, como dice Blixa Bargeld mientras se enciende un cigarrillo, que “el silencio es sexy”.
Audi Q4 e-tron: consumo eléctrico combinado*: 20-17 kWh/100 km (WLTP); emisiones de CO₂ combinadas*: 0 g/km. *Datos sobre el consumo eléctrico y las emisiones de CO₂ por tramos en función del equipamiento del vehículo.
Más información en : www.Audi.es/q4etron ∎