Contenido exclusivo

Para poder leer el contenido tienes que estar registrado.
Regístrate y podrás acceder a 3 artículos gratis al mes.

Inicia sesión
Nick Rhodes, John Taylor, Simon Le Bon y Roger Taylor: días del futuro pasado. Foto: John Swannell
Nick Rhodes, John Taylor, Simon Le Bon y Roger Taylor: días del futuro pasado. Foto: John Swannell

Entrevista

Duran Duran: jacuzzi al pasado

El hecho de que Duran Duran hayan titulado su disco más reciente “Future Past” –en el que han colaborado Graham Coxon (Blur) y Giorgio Moroder– parece una declaración de intenciones: una contradicción que sintetiza los dos tiempos de una banda siempre a caballo entre la nostalgia ochentera y las visiones ultramodernas. Hablamos con Simon Le Bon, su carismático cantante.

02. 12. 2021

Cuatro décadas después del memorable “Rio” (EMI, 1982), Duran Duran levantan un inesperado pilar discográfico en su trayectoria por medio de “Future Past” (Tape Modern-BMG, 2021), su álbum más honesto e inspirado en décadas, con el que reactivan su carrera de forma inesperada. Y lo han hecho siendo ellos mismos, atenuando defectos y amplificando virtudes de uno de los iconos más representativos de los años 80. Unos años que, tal como nos recuerda Simon Le Bon en esta entrevista, fueron tiempos mágicos; luego, despreciados en la década siguiente, Duran Duran pasaron a ser supervivientes.

Le Bon, voz inconfundible del grupo –completado por Nick Rhodes (teclado), John Taylor (bajo) y Roger Taylor (batería)– y de una manera de entender el (super)pop, nos cuenta lo que ha sido gestar este trabajo, con aliados como Graham Coxon y Giorgio Moroder. Una excusa perfecta para bucear hasta su pasado, en un descenso hasta sus tiempos art rock con Arcadia (con Simon Le Bon, Nick Rhodes y Roger Taylor) y The Power Station (con John Taylor y Andy Taylor, más Robert Palmer y Tony Thompson), el otro supergrupo surgido de la división de Duran Duran en el meridiano de los 80. Años dorados de la generación MTV, cuando alcanzaron cotas de deidades pop gracias a videoclips como los de “Hungry Like The Wolf” o “The Wild Boys”.

De sus diferentes fases a lo que son ahora, Duran Duran han realizado un movimiento circular en el tiempo, que los lleva de nuevo al punto de partida, tan lúdicamente representado en sus dobles veinteañeros de “Anniversary”, quizá el título que mejor define el concepto positivista y celebratorio de un grupo que, ante todo, siempre ha sido fiel a sus principios.

“En estos tiempos, lo único que nos queda es ser honestos. Para este disco no contábamos con las fascinantes historias de ciencia ficción del pasado. Sobre todo, en las letras. Tenía que escribir sobre la vida que estamos viviendo en este momento, estas cosas que nos han sucedido a todos en estos últimos años. Toda esta inspiración, todas estas historias, toda esta vida real”
Simon Le Bon

La grabación de “Future Past” arrancó en noviembre de 2018. Pero tuvisteis que pararla por la pandemia. ¿Hasta qué punto esto cambió vuestro concepto final del álbum?

Cuando enfoco todo este tiempo de grabación, distingo dos grandes proyectos funcionando al mismo tiempo. Cuando comenzamos en noviembre de 2018, estábamos llenos de energía. Era fascinante. Era como conducir por la noche con las luces encendidas, y todo lo que podías ver era la carretera que tenías delante de ti. Si te mantenías en la carretera, sabías que ibas a llegar a algún lado. Luego vino la pandemia mundial y el trabajo se paró durante casi un año. Y cuando volvimos, a comienzos de 2021, lo hicimos no solo viendo la carretera, sino también todo el horizonte que nos rodeaba. Y pudimos ver hacia dónde llevaba, realmente, esa carretera.

Fue muy sencillo terminar el disco. Teníamos tantas cosas pensadas en ese segundo período, que duró cuatro meses… Cambiamos muchas de las letras de las canciones, cambiamos melodías, cambiamos los tempos. Realmente, necesitábamos hacer todo esto. Fue toda una experiencia.

Le Bon, planeador. Foto: John Swannell
Le Bon, planeador. Foto: John Swannell

Recientemente, has dicho que la idea del “futuro pasado” es que cada momento que vives en el futuro será un pasado. Es otra forma de decir “ahora”. ¿Cómo fue trasladar esta idea a la concepción del álbum y qué significó a nivel instrumental?

Creo que queríamos hacer música sobre nosotros dentro del mundo en el que estamos viviendo ahora. Por ejemplo, cuando unos meses después de hacerla escuchamos “Anniversary”, nos dijimos que era como una nueva versión de “The Wild Boys”, con esa melodía, ese sentimiento, la energía que desprendía. También tiene reminiscencias muy concretas a temas como “Planet Earth” (de su debut homónimo, editado en 1981) y todas estas canciones de nuestro pasado. Y era algo que sonaba totalmente fresco.

Asimismo, creo que el espíritu festivo siempre fue una parte importante de nuestro abecedario. Es tentador ceñirse a lo que uno sabe. Escucho a los artistas modernos, escucho la manera en que entonan cuando cantan, y hay dos maneras diferentes de hacerlo. Una es hacerlo por debajo de la nota (en este momento Simon se arranca a cantar el inicio de “The Shoop Shoop Song (It’s In His Kiss)”, la versión de Cher del tema que cantó Merry Clayton en 1963 y popularizó Betty Everett en 1964). Y luego está el estilo Stevie Wonder, cuya entonación va por encima de la nota (momento en el que se pone a imitar la voz del genio de Míchigan). Aquí la entonación va encima de la nota. Y yo siempre he estado más dentro de esta segunda opción porque creo que hay una luminosidad y una especie de optimismo en esta forma de hacerlo. Siempre he visto muy complicado cambiar mi estilo. Canto notas que van un semitono antes del compás. Y así lo hice desde el comienzo de las sesiones de grabación y composición de “Future Past”.

“Para mí era gracioso cómo los periódicos montaban todos estos estereotipos, generaban estas batallas y las hacían tan interesantes. Y acababa siendo algo entre Duran Duran y Spandau Ballet, Duran Duran y Wham! o Duran Duran y Culture Club”
Simon Le Bon

Con la excepción del tema titular del LP y de “Falling”, cada canción en “Future Past” es un mid o un uptempo. De hecho, este es uno de los discos más poderosos y enérgicos de vuestra carrera. ¿Era una necesidad para vosotros mostrar el lado más festivo y emocional del grupo?

Creo que, sobre todo, este es un disco emocional y honesto. En estos tiempos, lo único que nos queda es ser honestos. Para este disco no contábamos con las fascinantes historias de ciencia ficción del pasado. Sobre todo, en las letras. Tenía que escribir sobre la vida que estamos viviendo en este momento, estas cosas que nos han sucedido a todos en estos últimos años. Toda esta inspiración, todas estas historias, toda esta vida real.

“Future Past” es un disco donde las canciones desprenden una fuerte proyección cinemática. Para un grupo tan asociado a los videoclips como vosotros, ¿hasta qué punto la influencia del cine y la televisión llega a ser una parte importante de la composición musical?

Esta clase de gigantesca programación televisiva tan absorbente que tenemos desde hace cinco o diez años también está enfocada hacia un desarrollo increíble de las bandas sonoras. Es algo a lo que la gente ni le presta atención, pero yo siempre estoy fijándome en ello. Hay tantas bandas sonoras asombrosas… Pero no es así como realmente nos afecta la televisión y el cine. Creo que es más una forma en cómo lo ha hecho a lo largo de nuestra vida, desde el punto de vista de cómo vas conformando tu background y te preguntas lo que es posible hacer, o no. 

Supervivientes del éxito. Foto: John Swannell
Supervivientes del éxito. Foto: John Swannell

Por ejemplo, la idea de una canción como “The Wild Boys” vino del director Russell Mulcahy, que quería hacer una película basada en la novela “Los chicos salvajes” (1971) de William S. Burroughs, para la que quería que os encargarais de la banda sonora. ¿Cómo recuerdas la composición de esta canción, con un componente visual tan concreto?

Lo primero que me viene a la mente es su comienzo (Simon se arranca a tararear la canción y canta sus primeros versos). La primera vez que salió de mi boca fue justamente de esta manera, pero fue muy difícil darle continuidad a partir de allí. Para esta canción pasamos un montón de tiempo con Russell. Él estaba intentando hacer la película de “Los chicos salvajes”. E hizo ese vídeo, que, de alguna manera, era una película.

Él también fue el director de la mayoría de videoclips que hicisteis entre 1981 y 1984. Dada la gran importancia que tuvieron en aquella época y la estruendosa irrupción de la MTV, ¿se podría decir que durante aquellos años Russell Mulcahy fue una especie de miembro en la sombra de Duran Duran?

Sí, lo era. Era muy fácil trabajar con él. Tenía una sensibilidad y unos gustos muy similares a los nuestros. A él también le gustaba la ciencia ficción y la fantasía. Y esta era la clase de cosas que Russell quería hacer visualmente.

En “Future Past” contáis con colaboraciones muy significativas, como la de Graham Coxon de Blur, que aparece en varias canciones del disco.

Con Graham nos pasó que queríamos trabajar con un guitarrista directamente. Queríamos a un guitarrista con una presencia potente, muy top, que compusiera. Llevábamos sin guitarrista desde que Andy Taylor dejó el grupo en 2005. Quince años sin un guitarrista compositor son muchos…

La energía que aportó Graham a las sesiones fue increíble. Su impacto fue tremendo. Por ejemplo, en “Invisible” o en “Anniversary”, con ese comienzo (Simon lo tararea). Fue muy inspirador. Con él, la calidad de la música creció muy rápidamente.

Precisamente, Graham es uno de los miembros de Blur, uno de los grupos estrella del britpop, un movimiento que volvía a los años 60 y buscaba borrar los años 80 del mapa. ¿Cómo os sentisteis vosotros en una época, los 80, en la que lo que vosotros representabais era contemplado por publicaciones como ‘New Musical Express’ y ‘Melody Maker’ como algo que había que superar?

Yo creo que somos supervivientes. Y psicológicamente tuvimos que sobrevivir a esta discriminación. Al mismo tiempo que sucedía esto, publicamos “Ordinary World”, uno de nuestros singles más exitosos. Y es que durante los 80 fuimos una banda de los 80, durante los 90 fuimos una banda de los 90 y durante los dos mil fuimos una banda de los dos mil. Y ahora somos una banda de nuestro tiempo, aunque siempre estaremos asociados a los 80, de eso no me cabe la menor duda. A nosotros lo que nos importa es hacer música moderna, música de nuestro tiempo.

Un grupo de su tiempo.
Un grupo de su tiempo.

Además de colaboraciones tan significativas como la de Coxon, en “Future Past” también contáis con la presencia de Giorgio Moroder, quizá la figura de los 70 que vislumbró la música dominante en los 80. Pero ¿qué importancia tuvo para vosotros en vuestros comienzos?

Cuando en los años 70 se dio la fiebre funk, los artistas norteamericanos estaban dominando la pista de baile. Por supuesto, también estaban los Bee Gees, pero Moroder llegó en aquel momento y desvió la música hacia una tonalidad más europea. Teníamos el groove de Studio 54, y aquello era extraordinario. Pero luego llegó con esa canción con Donna Summer (se refiere a “I Feel Love”), y era completamente distinto a todo lo demás. Nosotros estábamos más dentro de la tonalidad europea que de la estructura armónica proveniente del blues. Nuestros ancestros musicales eran compositores clásicos, pero no los viejos hombres del Delta. Giorgio Moroder fue quien nos guió.

Si los Beatles tuvieron su némesis en los Rolling Stones, vosotros la tuvisteis en Spandau Ballet. ¿Hasta qué punto fue una motivación para vosotros contar con un grupo musical que funcionaba como vuestro rival más directo en los charts?

La rivalidad no significaba nada para mí. Desde el principio, yo era un gran fan de Spandau Ballet. La rivalidad era algo de lo que hablaba la prensa musical. Podía ser con Spandau Ballet o con Wham!. Fue algo que no significaba nada para mí. Es como esa rivalidad entre Blur y Oasis en los 90. Nunca sentí esa rivalidad.

Para mí era gracioso cómo los periódicos montaban todos estos estereotipos, generaban estas batallas y las hacían tan interesantes. Y acababa siendo algo entre Duran Duran y Spandau Ballet, Duran Duran y Wham! o Duran Duran y Culture Club.

Fue en vuestro momento de mayor éxito, en la primera mitad de los 80, cuando surgieron Arcadia y The Power Station. ¿Cómo vivisteis la rivalidad que surgió entre ambos grupos?

Realmente no había rivalidad, pero sí el ego, que nos motivaba a actuar. Y sentimos que teníamos que ser tan exitosos como The Power Station. Y lo más extraño es que, cuando miramos las ventas que tuvieron ambos discos, fueron exactamente las mismas. Fue extraordinario.

Con Arcadia, la aventura duró solo un disco ¿No os quedó la pena de ver hasta dónde habríais llegado con la línea más art pop de canciones como “Missing”, “Lady Ice” o “El diablo”?

Arcadia era una banda art rock, lo cual es algo que, definitivamente, no podíamos ser con Duran Duran. Si hubiéramos seguido esa ruta, no habríamos podido tener un público tan grande. Y para nosotros lo más importante era llegar al máximo número de gente posible. Y todavía pensamos así. Abrazamos el éxito. No queremos ser populares, queremos serrealmente populares. ∎