https://assets.primaverasound.com/psweb/tg419jem5sepwu5ywzmh_1619089732291.jpg

Entrevista

Javiera Mena: “Mis primeros discos ya son vintage”

Javiera Mena se acerca a los veinte años de carrera. En esta entrevista con Rockdelux habla, entre otros temas, de sus nuevas composiciones, de su regreso a la independencia después de publicar un disco con Sony, de cómo es componer (o no) para Anitta y de su admiración y cariño por Nacho Cano.

En los últimos años, Javiera Mena logró un modelo de vida envidiable para algunos: encadenar veranos. Escapar de un hemisferio al otro cuando la temperatura baja y los horarios de luz natural se reducen. “Pensé que este año no lo iba a hacer y lo hice de nuevo”, dice desde Santiago de Chile, alistándose para volver a España en los próximos días. “Prefiero el invierno acá que el verano allá; es que el verano en Madrid no lo puedo soportar”.

Has estado muy encerrada en el estudio desde que volviste a Chile hace algunos meses. ¿Ya estás preparando de lleno el disco junto al productor Pablo Stipicic?

Sí, la verdad es que volví para trabajar con él, era mi motivación principal. Conocí a Pablo colaborando en la canción “Yin Yang” de Gianluca; ahí agarramos muy buena onda, me encantó cómo trabajaba. Y le pregunté si quería juntarse conmigo, comprometiéndome para varias canciones; en ese sentido soy más a la antigua, no me gusta el picoteo de productores en un disco. Estamos produciendo las canciones juntos y es más que un disco. Quizá sean tres EPs que se conviertan en un disco después.

¿Qué te hizo cambiar la forma de mostrar tu música?

Hablando con mi management, pensamos que sacar un disco para una artista como yo, que soy de canciones, es un poco desaprovecharlas. Siempre me he sentido una cantante de singles; ya me pasaba con mis discos anteriores, incluso con “Otra era” (Unión del Sur, 2014), que sentía que se desperdiciaban temas, porque salían todos a la vez. A mí me encanta el disco como formato y voy a sacarlo, pero el punto es cómo. Así que decidimos eso, hacer quizá dos o tres EPs.

Nuevo disco como objetivo (fragmentado en EPs) y, a la vez, tributo a su canciones.
Nuevo disco como objetivo (fragmentado en EPs) y, a la vez, tributo a su canciones.

Javiera dice que le convence mucho la trayectoria del sello  Motown, “o lo que se hacía en los ochenta, incluso, cuando se sacaban singles y después salía el disco, a partir de esas canciones. Antes yo había hecho esto. ‘Espada’ salió un año y medio antes del disco. A mí me encaja mucho la era del single y me voy a subir a ese carro”, dice.

Su último disco, “Espejo” (Sony, 2018), fue el primer proyecto local lanzado por Sony Chile. Esa relación laboral ya terminó y todo su nuevo trabajo será publicado a través de su propio sello, MENI. “Volví a la independencia, es algo que me acomoda un montón y me encanta”, explica.

¿Por qué decidiste volver a lo independiente después de Sony?

Yo trabajé con Sony Chile y la idea era probar; a pesar de que tuvimos un superbuen equipo, esto fue algo de común acuerdo. Empezaron a aparecer muchas cosas de música urbana y yo sentí que no era el momento para seguir haciendo algo ahí con mi proyecto, y ellos sintieron lo mismo, así que la conversación fue como “estuvo muy bien esto, pero seguiré haciendo de forma independiente todo”. El 90% de mi carrera ha sido independiente, probé con Sony Chile, funcionó por un tiempo, pero, a la hora de seguir trabajando, dijimos que mejor no.

Las discográficas son empresas que se suben a una ola, arman su lista de artistas prioritarios y explotan eso, hasta que venga otra cosa. ¿Fue un poco eso lo que pasó? Porque tú haces pop autoral, pero desde hace unos dos o tres años, las multinacionales empezaron a pelearse por los artistas de trap y reguetón.

Lo de la disquera es muy de ejecutivos y yo tuve muy buena onda con un ejecutivo de Sony que estaba enamorado de mi música, pero ese amor no fue suficiente, porque esto empezó a cambiar cada vez más rápido, empezaron a firmar ese tipo de música y todo bien, a mí también me gusta, pero al final fue un poco como “te dejo ir”. Y todo bien, porque aprendí un montón, hice un millón de contactos, pero mi camino iba por otro lado y fue superbonito también desprenderse, por ambas partes. Era otro momento el que me tocaba. Como dices tú, es todo número, número, número.

¿Crees que hay algo en esa forma de trabajo con una disquera que te limitara?

La verdad es que me dieron absoluta libertad creativa, pero quizá me sentía un poco exigida por tiempos, porque yo estoy acostumbrada a ir un poco más lento. Y con “Espejo” fue como “ya, hay que sacarlo este día porque es el primer proyecto que lanza Sony Chile”, y yo le di para adelante no más. Quizá yo hubiese esperado un poco más. Pero trabajé con quien quise, me dieron plata para los vídeos que yo quise hacer. O sea, estuvo buenísimo. Me encantó la experiencia y, bueno, volver a la independencia también tiene que ver con recortar los presupuestos, pero una se las arregla de otra manera y eso también tiene su gracia, porque a veces en las disqueras tienen otra manera de relacionarse con el dinero, y yo venía de algo más austero. Eso es algo que me gusta más también, creo que hoy más que nunca hay que aprovechar muy bien los recursos.

“Lo de la disquera es muy de ejecutivos y yo tuve muy buena onda con un ejecutivo de Sony que estaba enamorado de mi música, pero ese amor no fue suficiente... Al final fue un poco como ‘te dejo ir’. Y todo bien, porque aprendí un montón, hice un millón de contactos, pero mi camino iba por otro lado”

Independencia

Durante esta conversación, Javiera remarca mucho que la independencia es su lugar. Un espacio que define como “una estructura propia en la que tú eres la jefa y puedes decidir con quién trabajar. Aprendí mucho de la disquera, pero me acomoda más la independencia. Claro, andas con un hoyo en el bolsillo porque toda la inversión viene de ti, pero también eres tú la dueña de tus ‘másters’, algo que no es menor”.

“Flashback”, “Corazón astral” y el más reciente “Dos” formarán parte de un primer EP junto a otras dos canciones. A todas las cruza una misma sensación, “esta cosa un poco melancólica y de fin de mundo. Creo que todas tienen eso, pero también son esperanzadoras. Volví al tema erótico, además. Me había desligado un poco en el disco anterior, pero volví a meter las manos en el deseo. ‘Dos’ es una balada supertriste y vuelvo a encontrarme con la baladista de los primeros discos en esta canción nueva. No tiene nada que ver con las otras canciones, que son más hedonistas. Hace tiempo que no saco una balada cortavenas”, dice.

¿Por qué?

No sé, andaba muy dance, muy electrónica, muy en España, Europa, que es todo así. Y de repente fui a México y con Marian Ruzzi hicimos esta balada al piano. Me junté con ella a componer y me impulsó, me dijo que yo era una gran baladista y que lo hiciéramos. La compusimos en un día.

Tu camino hacia la pista de baile ha sido directo, no solo en términos de producción de los discos, sino también en cómo desarrollas tus conciertos.

Es que a mí me gusta hacer bailar en los shows en vivo, pero ahora con la pandemia es difícil, así que voy a tener que integrar otras cosas. Ya hice el experimento en España con un show más dance y la gente se para con mascarilla y no disfruta mucho. Creo que últimamente, por estar en España y tocar en festivales, eso es lo que pide la gente. Pide baile, hedonismo. Siento que las baladas y el dance son mi dualidad. Tengo temas bailables como Espada”, midtempo como “Dentro de ti”, y las baladas. Creo que soy bastante versátil dentro de mi propio estilo, que es jugar con diferentes estados. Mecano es así también.

Cuando te vi por primera vez en un concierto rodeada de teclados, no recuerdo si en Chile o España, pensé: Javiera es Nacho Cano.

(ríe). Y lo conocí. Tengo muy buena onda con él ahora.

¿Qué hablas con Nacho Cano?

Él cuenta muchas historias divertidas de conciertos, y yo muy “¡cuéntanos más, Nacho, por favor!”... Hablamos mucho de yoga también, porque él hace bikram. Hemos almorzado varias veces y es muy buena onda y generoso. Es muy creativo, sigue haciendo mil cosas. Lo admiro mucho. No puedo creer que haya ido a almorzar con él, me creo la muerte.

“‘Dos’ es una balada supertriste y vuelvo a encontrarme con la baladista de los primeros discos en esta canción nueva”, dice Javiera.
“‘Dos’ es una balada supertriste y vuelvo a encontrarme con la baladista de los primeros discos en esta canción nueva”, dice Javiera.

Javiera comienza a sentir el peso del tiempo, dice. “Me siento una artista con una trayectoria larga, mis primeros discos ya son vintage” (ríe)Cuenta que al pensar en “Esquemas juveniles” (Índice Virgen, Quemasucabeza, 2006), su primer trabajo, lo primero que detecta es el cambio en su forma de cantar. “Ese disco lo hice sin ninguna ambición. Aún no tenía ojos sobre mí y me gusta volver a él, porque con el tiempo vas siendo más consciente de la mirada externa, eso le pasa a todos los artistas, creo yo. Yo no sabía cantar, solo quería comunicar algo. No tener las miradas encima, recordarlo, es muy bonito para mí. Siempre intento trasladarme a ese momento para conectar con quien soy ahora”.

No sé si todos los artistas tienen tan claro cuál es ese punto. Creo que es más fácil perderse que conocer con certeza el lugar que te centra.

Yo la verdad es que me siento afortunada de mi carrera. Pocas cosas siento como algo sólido, como mis discos y mis canciones, porque quizá como humana he podido cometer una cantidad de errores impresionante, pero, en cuanto a la música, creo que he tenido buenos aliados alrededor; siempre he apelado al arte por el arte y llevar una carrera desde lo que yo quiero y no tanto lo que me están pidiendo. Además, me gusta mucho sentir que a gente más joven que hace otro tipo de música les guste mi disco. La Princesa Alba es fan del “Esquema juveniles”, por ejemplo.

“Vi un documental sobre Vivienne Westwood, que para mí es una tipa que realmente se ha sabido mantener en el tiempo sin dar pena. La gente de veinte la sigue valorando por su obra. Entonces, cuando la gente joven valora tu trabajo es una buena señal”

Y Snap! Clap! Club y Flecha Solar están preparando un homenaje a “Mena” (Unión del Sur, 2010).

¡Sí! Creo que lo mejor que te puede pasar como artista… Voy a sonar como una vieja, pero… es que la juventud te valore (ríe). ¡Es verdad! Vi un documental sobre Vivienne Westwood, que para mí es una tipa que realmente se ha sabido mantener en el tiempo sin dar pena. La gente de veinte la sigue valorando por su obra. Entonces, cuando la gente joven valora tu trabajo es una buena señal.

¿Qué te ha inspirado durante el último año?

Moodoïd, Juliette Armanet, Vendredi sur Mer... Me encantaría poder trabajar con ellos ahora que estoy al ladito. A Wednesday Campanella la amo. Y, bueno, soy muy fan de mis amigas las Cariño. Estoy componiendo con María (Talaverano) temas para mi nuevo disco. Yo creo que los mejores letristas de España son María y C. Tangana.

¿Te gustó “El Madrileño”?

Todavía no lo he escuchado entero, pero los singles me encantan, “Demasiadas mujeres” es lo mejor. Y también me gustan mucho La Bien Querida y Zahara. Está buena la cosa en España ahora.

¿Qué es lo que estás haciendo con María?

Estamos componiendo en la parte letrística para mi disco y también estamos tratando de componer para otros, como dúo de compositoras.

En España

Javiera dice que a pesar de estar en España hace tantos años, aún se siente una forastera allí, aunque “cada vez me siento más parte de la escena madrileña”, reconoce. “Siento que en España muchas fiestas tienen esa herencia de los trovadores en la Edad Media, yendo por pueblos. Creo que los festivales de pueblos son la evolución de eso. Por mucho que no seas tan conocida, tú te subes al escenario de una fiesta de pueblo, pones unos buenos ‘beats’, unos ‘covers’ y la gente engancha y lo pasa la raja. En Chile, por nuestra geografía tan larga, cuesta más. Además, en España tienen a Mecano, Fangoria y me agarro un poco de ahí. Yo para el Orgullo me siento parte. La Prohibida me decía que parecía un travesti para el Orgullo, me daba vueltas por todos los escenarios, con seis shows en la misma noche” (ríe).

Justamente esas bandas que mencionas, Fangoria y Mecano, son parte de la música popular, no es música de nicho. Todo el mundo escucha pop. Y tu música engancha naturalmente ahí.

Totalmente. Es que ellos tuvieron otra historia, una cosa muy fuerte en los ochenta con la movida madrileña, que bebe también de la cultura queer… McNamara, Mario Vaquerizo, que hasta sale en la tele, es cultura popular. Acá en Chile, lo electrónico está más asociado a una clase social (privilegiada) y eso no pasa en España; por eso me encanta también.

De campamento

Durante la pandemia, además, Javiera ha asistido a los Sound Camp de Warner Chappell. “Los campamentos (de composición) son rarísimos (ríe). Conocí a unas chicas colombianas que hacen reguetón e hicimos el medio match. Todo por Zoom, con un productor que había trabajado para Enrique Iglesias… Hacen unos grupos loquísimos. Durante una semana, todos los días te toca con gente diferente, componiendo para Anitta, Shakira y, si sale alguna canción, te llegan tus buenas lucas (ríe). Hasta el momento no me ha salido ninguna”.

¿Te ha sorprendido algo que has hecho dentro de estos campamentos?

Sí, compusimos una canción para Anitta que se llama “La llave” y yo sentí que no tenía lenguaje reguetonero, pero sí buenos conceptos; entonces descubrí que ese es mi fuerte, porque estos hablan con unas palabras que yo no conocía, pero yo iba dictando para dónde íbamos. Te ponen en un lugar muy incómodo, a algunas personas no les gusta, pero a mí me encantó, tienes que ser muy versátil. María, de Cariño, es perfecta para eso, porque ella tiene eso casi de rapera que puede componer algo al instante. ∎

Etiquetas
Compartir

Contenidos relacionados