Nominada a dos Emmy por su trabajo como productora y guionista de “The Boys” (Eric Kripke, 2019-), Rebecca Sonnenshine es ahora la principal showrunner de “Archivo 81” (2022), nueva serie de terror de Atomic Monster, la productora fundada por James Wan en 2014. Sin embargo, y pese a que el nombre del creador de “Insidious” (2010) y “Expediente Warren” (2013) pueda servir como gancho para un público potencial, el espíritu que emana la serie en sus ocho capítulos se aleja de la concepción del horror que podría tener el director del éxito (inesperado) que fue “Maligno” en 2021.
Mucho más cerca de “Channel Zero” (2016-2018), “Archivo 81” –basada en el pódcast creado en 2016 por Daniel Powell y Marc Sollinger– podría ser un satélite en torno a la obra creada por Nick Antosca, o al menos eso es lo que su esencia deja entrever: una concatenación de terrores y temáticas que se materializan en la serie a modo de paseo por espacios comunes del género, incluyendo varias de las tendencias indiscutibles en la actualidad: la obsesión por el celuloide y las grabaciones en vídeo. Eso es algo con lo que Dan Turner (Mamoudou Athie), conservador de un museo de la imagen y experto restaurador, está familiarizado, razón por la que recibe una extraña oferta de trabajo que consistirá en restaurar unas cintas, recuperadas de un incendio que tuvo lugar en el Visser, un mítico edificio neoyorquino que ardió hasta sus cimientos en 1994.
A medida que vaya desentrañando lo que esconden esas grabaciones irá conociendo más a fondo a Melody Pendras (Dina Shihabi), una joven que está filmando en vídeo su llegada al Visser para llevar a cabo un documental de corte costumbrista. Por los personajes que lo habitan, el edificio y su idiosincrasia como espacio habitado por personas pertenecientes a un supuesto culto, podemos acordarnos del mismísimo Dakota en el que se desarrollaba “La semilla del diablo” (Roman Polanski, 1968). Sin embargo, y con Melody en el punto de mira para el gaslighting, los misterios y la confrontación directa con el horror, la otra referencia que se materializa ante nosotros junto a la Rosemary de Mia Farrow es el personaje de Alison Parker que Cristina Raines inmortalizó en “La centinela”, cinta de culto de 1977 dirigida por Michael Winner.
Es imposible no ver la sombra de Lovecraft planeando sobre la secta de raíces cósmicas que habita en “Archivo 81”, donde el legado en celuloide será importante para el desarrollo de la trama (la que irá descubriendo Dan y la que, por ende, se va desenmarañando ante nuestros ojos), volviéndose críptica cual creepypasta en el que conviven cintas snuff con viajes a otra dimensión y sesiones de espiritismo (la que vemos en el cuarto episodio debería pasar a los anales del terror catódico). Ahora que la añoranza y reivindicación del formato vídeo –sumados a la nostalgia de los años 90– se han impuesto a la adoración por los 80 que dominó la pasada década, este archivo secreto en formato de celuloide deja clara la malsana fascinación que ya estuvo presente antes en “Arrebato” (Iván Zulueta, 1979) o “Videodrome” (David Cronenberg, 1983), pero que ahora se reconduce cual ejemplo apócrifo de found footage maldito y nos convierte, una vez más (y en sintonía con lo que le sucederá al protagonista), en voyeurs incapaces de dejar de mirar la pantalla. ∎