En los bajos del Palau Martorell, edificio neoclásico de 1900 recuperado recientemente como museo, se despliega “En directe”, este muestrario del trabajo desempeñado por Fàbregas como fotógrafo oficial de ‘Vibraciones’ –en la que ingresa de la mano de su director, el fallecido Àngel Casas– y posteriormente como editor y fotógrafo de las revistas ‘Rock Espezial’ y Rockdelux. Lo primero que asalta al visitante, especialmente a la llegada de ese enorme mosaico cargado de instantáneas, es una sensación que bascula entre un sentimiento de humildad y de FOMO. La miríada de conciertos históricos que ha inmortalizado el barcelonés empequeñece el historial personal que cada uno llevase contabilizado con cierto orgullo. Desde personajes que muchos asociamos a cierta entelequia de un pasado glorioso solo rastreable a través del registro videográfico y fotográfico, por ejemplo Nina Simone, Miles Davis, James Brown, Nico o Bob Marley, hasta el seguimiento progresivo de grandes corredores de fondo como The Rolling Stones, Bruce Springsteen, Bob Dylan, U2, David Bowie, Leonard Cohen –incluyendo algunos acontecimientos de registro imborrable para este cronista como la doble gira final de Cohen en el Sant Jordi o el paso de King Crimson por el Auditori del Fòrum–, pasando por figuras más contemporáneas y, por ende, alejadas aún del espacio mitológico. No es solo el empeño por testimoniar la fuerza seductora de Barcelona como plaza para los mejores giras internacionales. Fàbregas también refleja la esencia de artistas como Serrat, El Último de la Fila, Pau Riba, Sisa, Eduardo Benavente, Almodóvar & McNamara, Ovidi Montllor, Carles Sabater, Raimon y tantos otros.
También sorprenden en su trabajo aspectos que a día de hoy resultan inconcebibles. Si cada vez es más común la negativa o las restricciones por parte de artistas y mánagers a dejar pasar a los fotoperiodistas al foso, las instantáneas de Fàbregas desvelan un tiempo en que al fotógrafo, en ciertas ocasiones, se le abrían las puertas sin topes. Así accedía a esa trastienda del concierto, lugar propicio para capturar el factor humano del artista en cuestión, alejado este de esa imposición teatral que a veces reclama el escenario. Es así como la exposición devuelve imágenes insólitas y extraordinarias de la gira de Bob Marley en la Ibiza hippie o ese hermoso (por el encuadre y la intencionalidad) perfil de un concentrado Ovidi Montllor en el camerino del Ateneu antes del asalto escénico.
La exposición no puede obviar la trayectoria profesional que desempeñó desde principios de los años ochenta y hasta 2010 en la televisión pública catalana. Una de las salas está dedicada al impacto que generó el programa ‘Sputnik’, ensaladilla de estilos, formatos y secciones de look marciano y rompedor (aún más bajo los ojos de 2023) por la que circularon en calidad de presentadores Miqui Puig, Bruno Sokolowicz, Tània Sàrrias y Txe Arana, entre otros, y que giraba sobre la actualidad musical. Un formato insólito, avanzado a su tiempo, añorado en el nuestro y que despertó el gusanillo de la música para toda una generación de televidentes que se citaban a su vera. No fue el único logro de Fàbregas como productor y creador. Le siguió un ramillete de programas culturales como ‘Jazz&Co’, ‘Rodasons’, ‘Karakia’, ‘Silenci’, ‘Loops!’ u ‘Òpera en texans’, que convalidaron la programación del Canal 33 –donde estuvo al frente durante unos años– como recordatorio de lo que debería ser la parrilla de un ente de servicio público. Fàbregas recogió lo excepcional de su tiempo, como fotógrafo y en calidad de productor, director y responsable de programación, en una obra duradera que hasta el 24 de septiembre se puede examinar en la exposición. ∎