Serie

jeen-yuhs. A Kanye Trilogy

Coodie Simmons y Chike Ozah(miniserie, Netflix)
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jeen-yuhs. A Kanye Trilogy(2022), el documental en tres partes dedicado a la figura de Kanye West, es una historia de múltiples realidades. Dirigido por Coodie Simmons y Chike Ozah, es, en primer lugar, una crónica sobre la construcción del mito. También es un relato sobre la industria musical y sobre cómo sobrevivir y bucear en ella. Es, por supuesto, un documental sobre el proceso mismo de grabar un documental. Y, además, es la radiografía de un hombre enfrentado a sí mismo. Porque nos permite ver cómo se moldea la figura de Kanye desde el anonimato hasta el momento actual, en el que solo hacen falta dos letras –la “y” y la “e”– para saber de quién estamos hablando.

“jeen-yuhs. A Kanye Trilogy” es también una historia de emociones. En el primer capítulo, nos enternece contemplar la relación entre madre e hijo con tan solo una secuencia en el apartamento familiar. En el segundo, nos enojamos junto a West al acompañarlo durante cinco minutos en una conversación con el cazatalentos del sello Roc-A-Fella, que lo define como rapper producer. También nos enfadamos al final de esa segunda entrega, porque Ye da la espalda a sus amigos de la infancia cuando por fin logra reconocimiento de su disquera, de la crítica y del público. Y en la tercera parte es indescriptible el carrusel de sentimientos cuando Simmons coge el relevo testimonial para hacernos testigos de la vorágine que ha supuesto estar cerca de Kanye en los últimos años.

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“jeen-yuhs. A Kanye Trilogy” es un documental sobre cómo Kanye se hizo Kanye. Esto es cierto. Pero la obra es, también, un enfrentamiento de Kanye contra Kanye. Especialmente a partir del tercer acto, cuando la serie adquiere un tono más sombrío, marcado por el devenir de los hechos. Mientras que los dos primeros capítulos son una historia de superación, el tercero se convierte en una antología de supervivencia y de confrontación. El choque entre productor y rapero. El Kanye celebridad contra el Kanye familiar. La forma en que lo perciben en oposición a la forma en que se siente. El provenir de un ambiente emocional y familiar estable habiendo crecido en un contexto de dificultades. El no ser un rapero callejero y necesitar del street cred para ser respetado por sus pares. Golpe tras golpe, vemos que detrás del Kanye West que todos damos por hecho –el que se quiere y se adora a sí mismo– también hay un cúmulo de contradicciones.

Hablando del tercer acto, titulado “Despertar”: si alguien se plantea dejar de ver el documental antes de este tramo, que no lo haga. La hora y media final es la que dota de completo sentido a la obra. En ella Coodie Simmons alcanza el protagonismo que se le niega por momentos y, a través de su propia historia de aceptación de la derrota, entendemos mucho más sobre Kanye de lo que el propio Kanye podría contarnos. La voz en off del director y las imágenes que graba –y, especialmente, las que no– sirven para mostrar todo lo que no somos capaces de ver a través de un tuit o un post: que la genialidad de Ye descansa sobre los hombros de una persona que sufre de verdad. La gran incógnita al respecto solo la resolverá el paso del tiempo. ¿Revisaremos “jeen-yush. A Kanye Trilogy” dentro de dos décadas y nos daremos cuenta, como pasa cuando vemos las imágenes previas a “The College Dropout” (2004), de que que estábamos ante algo realmente mayor de lo que podíamos entender?

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El valor de este documental es de forma y de fondo. Se nos ocurren pocas oportunidades como esta para acceder a un metraje que recoja con tanto preciosismo, intimidad, detallismo y cercanía la subida a la cima de la industria musical de un artista, especialmente si hablamos de la etapa previa a las redes sociales. Y, a la vez, seguramente pocas figuras generan tanto storytelling como el que crea Kanye y se plasma en esta obra. Tan solo con la narración en torno a “The College Dropout”, que ocupa aproximadamente dos tercios del total, tenemos una historia llamada a colarse en los anales del audiovisual musical. Sumemos a esto la bajada a los infiernos, o subida a los cielos, que experimentó Kanye hasta convertirse en lo que es hoy en día.

No se pone en duda el valor intrínseco de este trabajo para los interesados en la figura de Kanye West, para los melómanos, para los hip hop heads…. Pero seguramente lo más interesante de “jeen-yuhs. A Kanye Trilogy” es lo que nos queda si nos abstraemos y quitamos todo rastro del protagonista en su propio documental. Ahí nos enfrentaremos a la historia de dos personas negras intentando triunfar en el mundo audiovisual y en la industria musical en los 2000. Nos asomaremos a un relato sobre cómo afrontar el duelo y la fama y seremos testigos de un camino a la búsqueda de un sueño. ¿Y no es todo eso, y más, lo que abarca la magia del audiovisual? ∎

Kanye como nunca lo habíamos visto.
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