Serie

Las últimas estrellas de Hollywood

Ethan Hawke(miniserie, HBO Max)
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El origen de “Las últimas estrellas de Hollywood” (2022) es un proyecto frustrado. En 1986, Paul Newman pidió a Stewart Stern que le hiciera una biografía a partir de conversaciones entre ambos y de diálogos con amigos, familiares y colegas. En 1991, el actor –al parecer cansado de hablar de sí mismo– abandonó el proyecto y en 1998 quemó las cintas. Sin embargo, en la casa familiar se encontraron unas cajas que contenían 5000 folios con la transcripción de esos diálogos. Estos materiales conforman el libro “La extraordinaria vida de un hombre corriente” (Paul Newman, 2022), recién editado en España por Libros Cúpula, y la serie documental de Ethan Hawke que ahora se estrena.

El principal atractivo del proyecto televisivo sobre la célebre pareja Paul Newman-Joanne Woodward es que no surge de una aproximación academicista ni embalsamada, sino de la visión eufórica de Hawke, un actor contemporáneo, sobre unos actores idolatrados y una época contemplada como edad dorada en la que la energía interpretativa brotó con una fuerza inusitada. Para disfrutar de esta perspectiva –el montaje del material verbal extraído del proyecto autobiográfico de Newman, en contrapunto con los fragmentos de películas de los actores– hay que salvar un importante escollo: un Hawke con frecuencia cargante y espitado recurre también al pesado recurso de las grabaciones de videollamadas con sus colegas, material que va intercalando a lo largo del metraje.

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Pero vayamos a lo que más cuenta, el punto de vista sobre las interpretaciones de los actores como autobiografía encubierta. Si el primer capítulo describe la formación de Newman en el Actor’s Studio, el retrato en su conjunto es la observación de cómo la técnica y la emoción actoral en Newman y Woodward se nutrió de sus vivencias y dolores profundos. De esta forma, mientras se hace el recorrido vital y biográfico los datos no se vuelven fríos, acumulativos, sino que se encarnan en la gestualidad de los actores. Ahí el apasionamiento de Hawke no deviene retórica histriónica; es una mirada retrospectiva y bella sobre un trabajo corporal, que encuentra la conexión entre aquello que Newman y Woodward sacaban a la superficie, hacían visible en la pantalla e inyectaban a sus personajes de ficción, y las vivencias personales, soterradas, que rescataban para dar forma a esas emociones. La historia de un trabajo compartido –ambos actores hicieron dieciséis películas en común– pero también de un desequilibrio; ella, de talento mayor y más precoz, se fue eclipsando como estrella a medida que tuvo que cuidar de su familia, mientras él, de forma paciente, se convertía en gran figura y, sobre todo, en actor madurado. Todo esto se concentra en cómo el cine capta y proyecta intensidades y también vulnerabilidades e inseguridades en los actores; una energía no siempre sostenible y que generó no pocas facturas personales. Los actores, lidiando con el egocentrismo, son también, como señala Paulino Viota en su libro sobre Godard, “los que lo arriesgan todo y sin cuya entrega sin reservas nada se puede conseguir”. Así avanzan las seis horas de la serie, mientras un tono crepuscular, de fin de época o de un arte, embarga las imágenes.

En un momento del documental, Maya Hawke recuerda a su padre que una vez le comentó que en una relación hay siempre tres personas: cada uno de los dos amantes, y la que forman entre ambos. Ethan responde que de esa tercera persona trata el proyecto. Sin embargo, dudo que se cumpla la premisa. La serie se balancea y desequilibra hacia la fascinación por Newman, centro de atracción del mundo reflejado. Al mismo tiempo, se echa de menos un mayor detenimiento en las películas que dirigió Newman –que fue un gran cineasta, por lo general minusvalorado– y en las que se manifiesta su admiración por el talento interpretativo de Joanne Woodward. En la madurez de la actriz, cuando Hollywood ya la empezaba a considerar cuerpo pasado, reliquia, Newman la llevó hacia zonas complejas, oscuras y al tiempo luminosas. Esa disidencia respecto a los estereotipos –trabajada a través del arte actoral– es una imagen llena de modernidad sobre un amor sublime, aquel que siempre conlleva una subversión. ∎

Paul Newman-Joanne Woodward, love story.
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