Libro

Luis Clemente

Rock progresivo español. Los discos de los 70Lapislázuli, 2022

La lectura que desde finales de los años 60 hizo este país del rock progresivo anglosajón no pudo ser sino peculiar. Creativamente notable y aproximadamente a la altura musical de nuestro entorno geográfico, nuestra escena local más alternativa arrastraba históricamente un cierto retraso temporal. El cambio de década, definitivamente, se encargó de poner el reloj en hora. El clásico concepto de “canción” dejaba paso al novedoso, libre y expansivo “tema”. De pronto, nuevas formas musicales rompiendo relaciones con el concepto tradicional de canción se hicieron presentes. Sorprendentes géneros y subgéneros parecían llegarnos mensualmente (!!!) como de la nada, y su digestión se acumulaba: mod, garage, psicodelia, blues-rock, sinfónico, krautrock, folk-rock, hard-rock, electrónica, jazz fusión, rock experimental, fusión flamenco-rock, onda laietana… ¡Uf!… bendita y vertiginosa invasión musical que facilitó a toda una generación de músicos locales la opción de saltar sin paracaídas. Y como hubo que bautizar todo ese maremágnum de milagros sónicos, la etiqueta de “rock progresivo” estaba a mano y facilitó las cosas. De hecho, y como tal, ya existía en Reino Unido y así era llamado el prog-rock de King Crimson, Pink Floyd o The Alan Parsons Project, un difuso cajón de sastre que, abarcando mucho, definía poco. Progre, progreso, progresar o rock progresivo sonaba bien e incluía cualquier propuesta en torno al variado rock de los setenta: jamás a ningún valiente se le vetó nunca en ese club. Y el seguimiento de todas esas músicas libres en versión patria es el que juiciosamente ha escogido Luis Clemente (Sevilla, 1960) para articular este desbordante volumen.

Por las 370 páginas de su Rock progresivo español. Los discos de los 70”, y junto a algún consagrado, desfilan los más notables artistas y discos de serie B –malditos, oscuros e iluminados– que alumbraron aquellos días hispanos. Y de quedar algún escéptico dudando que en esos lejanos años –décadas de los sesenta y setenta– pudieran darse 1500 memorables discos locales –esa es exactamente la cantidad que reúne el libro– habría que añadir que, aunque la cosecha dio para más, tuvo que imponerse la obligada selección. Todos ellos exhiben sugerentes portadas y aún más: ni uno de ellos quedó sin la reseña individualizada del autor. Bien juiciosa y personal, como viene siendo habitual en su previa y abultada bibliografía. Y similar trato –imagen y reseña– con toda la prensa musical de esas dos décadas. A este respecto, el libro se inicia con un especial y rendido brindis al semanario que mejor recogió toda aquella efervescencia: “Dedicado a la generación del ‘Disco Expres’”... Uno mismo.

La cronológica lista de discos seleccionados por el autor es realmente abrumadora. Incluye todos los perfiles europeos arriba mencionados y añade varios más de flamante e hilarante cosecha local. Para los adeptos, todo un festín goloso; para nuevos usuarios, una desprejuiciada y procaz revelación. Desde el crudo estallido de Los Cheyenes, que lo abre, hasta el flamenco lisérgico de “La leyenda del tiempo” (1979), de Camarón, que lo cierra, este volumen recorre con descaro y por derecho la memoria restaurada de cualquier obra con sesgo progresivo –algunas geniales y otras aspirando a serlo– de las que alumbraron la escena española durante casi dos décadas. Y de ser posible, allá en la lejanía de los deseos, con la firme voluntad de redimir a tanto bendito paria musical orillado por la historia. El que esto firma dio parecidos pasos musicales a los del autor, y en ellos me reconozco felizmente. Mi enhorabuena. ∎

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