Leído así, quizá no parezca original; y, de hecho, en cierto modo “Master Of None” no es original en absoluto –ni falta que hace cuando se tienen estos guiones–: es una evolución actualizada del tipo de comedia romántica llena de ideas y capacidad emotiva que tan bien le salía en los setenta y ochenta a Woody Allen, un ídolo de Ansari. Para los amantes de la
romcom, episodios como “Nashville” y, sobre todo, el melancólico “Mornings” son un sueño hecho realidad: el género no estaba muerto, solo estaba en malas manos.
Pero es que, además, “Master Of None” es original: a ver cuántas series tienen un actor de procedencia hindú al frente, sin acento chistoso, y con un gang compuesto por un blanco, una negra lesbiana y un asiático tampoco chistoso, sino ligón. Ansari no solo explora las complicaciones de encontrar el amor, sino también de tener orígenes hindúes en Estados Unidos, y en Hollywood en particular. En gran parte, la serie es un tributo a dichas raíces, a unos progenitores gloriosos que interpretan asimismo a esos padres con torpeza mágica.
Cabía esperar un alto nivel de Ansari, siempre inspirado, pero “Master Of None” supera eso; roza la perfección, y fue la Gran Sorpresa de final de 2015 en materia de series. ∎