Historia del cómic español.
Historia del cómic español.

Tributo

Miguel Gallardo: maestro de dibujantes

El fallecimiento de Miguel Gallardo el pasado 21 de febrero ha generado un torrente de cariñosas reacciones que confirman de forma rotunda el impacto de su obra entre varias generaciones de aficionados al cómic. Para profundizar más en el alcance de este legado, convocamos a varias decenas de sus compañeros de profesión que nos ayudan a definir un poco mejor tanto el calado de su obra como el influjo que ejerció sobre ellos personalmente.

Miguel Gallardo (1955-2022) falleció el pasado lunes a consecuencia de un cáncer. Su marcha temprana ha causado conmoción en el mundo del cómic y la ilustración españoles, demostrando su innegable influencia en él. Maestro de dibujantes, formó parte del underground barcelonés de finales de los 70. También fue un destacado representante en los 80 de la “línea chunga” con ‘Makoki’ y ‘El Víbora’ y, al mismo tiempo, como en un circo multipistas, del pastiche humorístico posmoderno en la revista ‘Cairo’.

Experto en la parodia y la sátira dibujada, ya fuera sobre el franquismo que, como el desodorante, no nos abandona –Buitre Buitaker” (1979-1994), que además consiguió colar en las páginas de ‘ABC’–, o sobre la España olímpica de los 90 y su hilo invisible con el legado de “Paquito” –Roberto España y Manolín” (1994-1997)–, también supo ponerse serio cuando sus inquietudes artísticas lo llevaron por otros derroteros. Fue pionero de la novela gráfica en España con “Un largo silencio” (1997), importante libro sobre las memorias de su padre en torno a la Guerra Civil que, por su cualidad híbrida, no encajó en el panorama editorial de entonces, aunque su semilla sí germinó una década después, inspirando proyectos de otros autores. También con “María y yo” (2007), éxito popular e internacional traducido a un buen número de idiomas que volvía a abordar el asunto de la memoria familiar, en este caso sobre su hija y el autismo.

En esa época de charlas y talleres en la estela de “María y yo”, firmó al alimón con Paco Roca el autoparódico “Emotional World Tour” (2009), mientras no dejaba de ilustrar carteles, libros infantiles, publicidad o viñetas editoriales para medios nacionales e internacionales. Galardonado en 2014 con el Gran Premio del Saló del Cómic de Barcelona, en 2015 volvió al universo del padre y su hija con “María cumple 20 años”. Y tuvo el cuajo de hacer un cómic autobiográfico de risa catártica, “Algo extraño me pasó camino a casa” (2020), sobre el tumor cerebral que le detectaron a comienzos de 2020. El que se le reprodujo y le ha llevado fuera de este mundo.

Las colaboraciones de Gallardo en Rockdelux: portada del extra del pop español (1988), caricatura de Buddy Holly (1986) e ilustración de la canción “Viva la vida“ de Coldplay (2009).
Las colaboraciones de Gallardo en Rockdelux: portada del extra del pop español (1988), caricatura de Buddy Holly (1986) e ilustración de la canción “Viva la vida“ de Coldplay (2009).

Hemos preguntado a un buen número de autores de cómic e ilustradores, de distintas generaciones y tradiciones, qué ha significado Gallardo. El resultado ha sido una desbordante colección de declaraciones que, sin pretenderlo inicialmente, ha terminado convirtiéndose en una suerte de historia oral sobre la vida y hazañas del autor.

Juan Mediavilla

> Autor de cómics, guionista y cocreador junto con Miguel Gallardo de Makoki y otros personajes

Figúrate tú que yo llegué a Barcelona con 21 años, me junté con Gallardo y ahí se juntó el músculo de la cabeza, la que yo tenía, y su músculo, el de la cabeza y el brazo para dibujar. Miguel fue una gran persona, bueno como el pan. Más bueno que yo, que ya es decir. Miguelito, tranquilo, que pronto iré a verte. Como suelo decir, ya queda menos para llegar a nada.

Los primeros ochenta fueron de Makoki.
Los primeros ochenta fueron de Makoki.

Martí

> Autor de cómics

Miguel y yo nos conocíamos desde veinteañeros, en los años 70. Entonces los que nos dedicábamos a dibujar en Barcelona éramos cuatro gatos, éramos muy pocos y nos conocíamos todos. Luego, en los 80, compartimos década en la revista ‘El Víbora’. Ahí tuvimos mucho contacto en la editorial, básicamente cuando íbamos a cobrar. Luego hubo un tiempo en que fuimos vecinos en el barrio de Gràcia de Barcelona, y en esa etapa estábamos en la casa de uno y del otro. No es que fuésemos solo colegas, sino más bien amigos, amigos. Miguel es un fenómeno de la naturaleza, un trabajador tremendo. Y un buen amigo.

Kim

> Autor de cómics y humorista gráfico. Premio Nacional del Cómic en 2010

A Miguel lo conocí en la época en que empezó “todo”, quizá algo después. A Gallardo y Mediavilla los conocí en el ‘Makoki’ porque yo también participé en la revista. Tengo recuerdos fantásticos de toda esta gente. Miguel empezó también años antes que yo en la novela gráfica y estaba encantado. Era un tío feliz. Hace tiempo que no lo veía, más de un año, y Josep Maria Beà me contó lo que le había pasado. No sabía nada de que estuviese enfermo. Bueno, tan enfermo. Ha sido un palo gordo. Para mí era un referente. Yo cuando empecé en la novela gráfica con “El arte de volar” tenía muy presente el libro de Gallardo sobre su padre.

Josep Maria Beà

> Autor de cómics. Gran Premio del Saló del Cómic en 2003

Miguel Gallardo, que fue una bellísima persona en el más amplio sentido de dicho término, tomó el testigo de los dibujantes de mi generación y, con un talento inusitado y deslumbrante, concibió unas nuevas pautas de realización que, sin lugar a dudas, consiguieron renovar el cómic de nuestro país y situarlo en la cima de la modernidad conceptual más encomiable.

Sento

> Autor de cómics e ilustrador

Conocí a Miguel en ‘El Víbora’. Junto con Max fueron los dos compañeros que me dieron la bienvenida a la revista. Creo que Gallardo era un adelantado, fue imagen emblemática de la “línea chunga”. Después fue el inventor del tebeo de humor posmoderno y también se adelantó a todos publicando la primera novela gráfica que hablaba de memoria histórica, etc. Para mí ha sido un grafista elegante, un narrador natural y un autor sincero. Que son virtudes muy apreciadas por mí. Eso significa Miguel para mí.

Max

> Autor de cómics, humorista gráfico e ilustrador. Premio Nacional del Cómic en 2007

He dicho muchas veces que los primeros años de ‘El Víbora’ fueron una escuela donde todos aprendíamos de todos, pero de quien yo más aprendí fue de Gallardo. Compartíamos referentes e influencias, y eso nos acercó, pero él tenía ya desde el principio el don del movimiento y la expresividad del personaje, era un dibujante de tebeos nato. Nuestras respectivas carreras resultaron ser después más o menos similares. Ambos nos abrimos más allá de ‘El Víbora’, ambos recalamos en la ilustración como medio de vida, ambos tocábamos palos parecidos, cada uno en su estilo, y ambos conseguimos prestigio y respeto profesional. Pero él fue siempre el espejo en que yo me he ido mirando. Su carrera terminó el lunes, y yo, además de añorar al amigo y colega, aún sigo envidiando muchos de sus logros. Esa naturalidad desarmante con la que transmitía sus historias, aún las más difíciles, esa capacidad de humor autoparódico y, en fin, ese don para la expresividad tebeística que a otros aún nos cuesta sangre. Buen viaje, maestro, y gracias por lo que nos dejas.

Gallardo ilustraba la portada del segundo número de la legendaria ‘El Víbora’. Atención a los autores destacados en ella.
Gallardo ilustraba la portada del segundo número de la legendaria ‘El Víbora’. Atención a los autores destacados en ella.

Daniel Torres

> Autor de cómics e ilustrador

Miguel fue parte esencial de la renovación del cómic en los años ochenta, y después se dedicó con pasión a hacer historia de la historieta.

Miguel Ángel Martín

> Autor de cómics e ilustrador

Gallardo fue uno de los creadores de Makoki, uno de los personajes referenciales del cómic español en general, no solo underground. Su posterior trayectoria como “tradujante” ha sido brillante en el cómic y como ilustrador. Para los que tuvimos el placer de tratarlo personalmente y compartir mesas redondas y gastronómicas y tantos buenos momentos en salones y jornadas de cómic, su pérdida ha sido especialmente triste.

Mauro Entrialgo

> Autor de cómics, humorista gráfico e ilustrador

Miguel Gallardo ha sido uno de los autores más importantes de la historia del cómic autóctono de los últimos 50 años. Deslumbrante ilustrador e historietista inquieto, pionero de media docena de formulaciones distintas del medio, las cuales siempre abordaba sin romper con el conocimiento gráfico y narrativo que había adquirido con las anteriores, en un continuo añadir recursos a su bagaje. En todas ellas produjo obras determinantes. Personalmente, desde que me dedico a esto, siempre lo he tenido cerquita de un modo u otro. Mi primera página de historieta profesional apareció en 1982 en una publicación dirigida por él –‘Makoki’, primera época–; la última vez que hablé por teléfono con él hace unos meses lo hice en relación a otra revista en la que también estaba involucrado (‘Lardín’). Por el camino hemos compartido páginas en docenas de revistas y editoriales comunes. Y hasta a veces fui yo el que le encargó trabajos a él en publicaciones que coordiné. En la pared que tengo enfrente de donde escribo esto tengo un original de “Buitre Buitaker” que me regaló. Me enseñó muchísimas cosas tanto en sus obras como en persona. Las primeras planchas profesionales de historietas que pude ver mientras se creaban fueron las de sus trabajos con Mediavilla y Murillo. Cada encuentro con él por cualquier motivo era una garantía de una mezcla de diversión, conocimiento y buen rollo que solo pueden ofrecer las buenas personas que, además, saben mucho de muchas cosas, aunque hacen como que no. Enorme conversador, siempre irónico pero siempre desde la elegancia, nunca mezquino. Y con un envidiable saber estar.

Horacio Altuna

> Autor de cómics. Gran Premio del Saló del Cómic en 2004

Como profesional, Miguel estuvo trabajando como socio de APIC (Asociación Profesional de Ilustradores de Cataluña), también desde su presidencia, por los derechos de todos nosotros. Como autor, fue fundacional en el desarrollo de los últimos 30 o 40 años del cómic español. Ser de los primeros en crear un cómic alternativo al mainstream desde ‘El Víbora’, con ‘Makoki’ y la “línea chunga” en contraposición con la “línea clara” establecida en Europa; abordó la memoria histórica con “Un largo silencio”; estuvo en primera persona en “María y yo”, mostrando el mundo del autismo con humor y emocionante humanidad. También, con sensibilidad y compromiso, participó en campañas en favor de los derechos humanos; hizo publicidad, periodismo, portadas de libros, ilustró cuentos y novelas… ¿qué más? Hizo todo y le quedó tiempo para ser uno de los mejores tipos con los que te podías cruzar en la vida.

Santiago Sequeiros

> Autor de cómics e ilustrador

Miguel Gallardo es el rey sol de los dibujeros, nuestro Jack Kirby particular; leer sus dibujos es descubrir el placer de dibujar porque sí. Por otro lado, “Los sueños del Niñato” (1986) ha sido uno de los tebeos que más he manoseado, escudriñado y exprimido en toda mi vida. Deja un vacío difícil de calibrar.

“Los sueños del Niñato”, pesadillas de abstinencia.
“Los sueños del Niñato”, pesadillas de abstinencia.

Santiago Valenzuela

> Autor de cómics. Premio Nacional del Cómic en 2011

Para mí Gallardo es sobre todo el misterioso –casi milagroso– realismo de historias como “Fuga en la Modelo” (1981) o las aventuras de El Niñato” (1983). Parece que confluyen dos factores para que apareciera algo así que, en mi opinión, no tiene equivalente en la literatura ni desde luego en el cine, donde solo se me ocurre algún parecido con el Almodóvar de “¿Qué he hecho yo para merecer esto?” (1984). Uno es que se trata de un realismo a tiempo real. Es decir, no hay distancia, no se mitifica nada, no ha dado tiempo. Son historias contadas o vividas por ellos mismos o por sus amigos, no se trata de apuntarse a una moda y hablar de tribus urbanas o de la inseguridad ciudadana, no hay ninguna modernez militante. Aunque sean las historias más modernas y más reveladoras, también son las más comprensivas con la época anterior y con el currante al que le sale un hijo tonto o drogadisto. El otro factor es el humor: son historias verdaderamente realistas porque son humorísticas; y tienen verdadera gracia porque son realistas, no solo costumbristas como es lo habitual. Pero quizá esta cualidad del humor forma parte de algo más amplio, de la humanidad siempre asombrosa de los personajes. Aquí, aunque se cuenten cosas terribles, no hay malditismo ni abunda la crueldad al estilo de Andrea Pazienza. Pero, por supuesto, tampoco hay ningún almíbar, ninguna moralina, ningún final feliz. A todo ello hay que sumarle el lenguaje, el oído para poder calcular el lenguaje de la calle y del momento o, en su defecto, el talento para inventarlo. Todo esto lo hace Gallardo con su compadre Mediavilla en esta época germinal en que levantan casi de la nada un underground patrio, conmovedor y entretenidísimo. Y luego sigue haciéndolo en solitario, aunque abandonando esta épica de las aceras y pasándose a un repertorio más íntimo, donde aflora otra capacidad pasmosa que tenía él como dibujante –entiéndase como dibujante de cómics–, por más que también tuviera éxito como ilustrador. Es algo difícil de definir, conectado con la esencia de lo que es un tebeo. Podríamos llamarlo la capacidad de dar vida, de conseguir decirlo todo dibujando una ceja levantada, una mano que señala, unos ojos abiertos como platos. Con un dibujo cada vez más sintético y más sencillo y, a veces, casi hasta sin dibujar, que es el ideal de todo dibujante. Tampoco se trata de entrar en lo personal y yo tampoco lo conocí tanto, pero también en eso era bastante insólito, un tío de verdad divertido pero sin ninguna estridencia, que no ejercía de gracioso. A mí me flipaba cuando de repente interrumpía lo que estaba contando y se dirigía al lector o se preguntaba a sí mismo cualquier chorrada. Lo cierto es que tenía gracia hasta para firmar debajo de la tira o la página, hasta para poner un “continuará”, que no sé si lo pondría alguna vez. No se puede decir más.

“Buitre Buitaker”, sátira del legado franquista.
“Buitre Buitaker”, sátira del legado franquista.

Ignacio Vidal-Folch

> Autor de cómics y escritor, guionista de “Perico Carambola” y “Roberto España y Manolín”, dibujados por Gallardo

Me encantaba el sentido del humor de Gallardo. En los cómics que hicimos juntos mejoraba mis chistes con morcillas. Yo le llevaba los guiones y, cuando los veía dibujados, mis personajes decían cosas graciosas que yo no había escrito. Para mí era fascinante. También me encargaba artículos de humor para su revista ‘Makoki’ durante el tiempo en que él la dirigió y sistemáticamente metía mano en mis textos. Como los mejoraba yo no me quejaba, al revés, me encantaba. Una de las firmas más hilarantes de aquella revista era Paco Mena, un músico callejero muy pasado de rosca que escribía muy en serio unos textos delirantes, pretendidamente filosóficos, sobre lo que él llamaba “la spicología humana”. Miguel se lo publicaba tal cual, sin corregir nada. Miguel era muy divertido. Era probo. Tenía en su gremio de dibujantes yo creo que autoridad moral. También en los tiempos de bohemia, cuando todo alrededor era locura, él era muy trabajador y aplicado. Hablábamos sin que él dejase de dibujar. No era en absoluto engreído, pero le alegraba cuando alguien alababa por escrito su trabajo. En cuanto a estética no era nada sectario, simultáneamente publicaba en ‘El Víbora’ las salvajadas de Makoki, y en ‘Cairo’ una humorada barroca sobre el arte moderno y la cultura pop, “Pepito Magefesa” (1981-1984).

“Perico Carambola” o la farándula española según el dúo Gallardo/Vidal-Folch.
“Perico Carambola” o la farándula española según el dúo Gallardo/Vidal-Folch.

Rayco Pulido

> Autor de cómics. Premio Nacional del Cómic en 2017

Reinventarse después de un éxito es algo muy complejo. Hablo de números y relevancia social real, no de lo que ofrece el panorama nacional hoy. En cada una de las sesiones de firmas en la que coincidí con Miguel, bromeaba con el que viniera a pedirle un “Makoki”. Esa obra le persiguió siempre, pero él mudaba la piel en cada trabajo. Personalmente, el paréntesis entre “Makoki“ y “María y yo” es mi Gallardo favorito, material a reivindicar: “El Niñato”, “Pepito Magefesa”, “Buitre Buitaker”, “Perro Nick” (1991), etc. Se forma con la última gran generación de profesionales, técnicamente por encima de las posteriores. Su línea, tramas, gouache o tipografía destilaban oficio en su sencillez. Era un dibujante natural y además tenía un sentido particular para la composición y el ritmo, no solo en cómic, también en ilustración y cartelería. Siempre generoso, siempre divertido, siempre respetuoso con el trabajo de los demás, fue el nexo entre varias generaciones y se pasó media vida dinamizando la escena: conferencias, charlas, talleres... Dos de mis hermanos mayores asistieron a un taller suyo hace más de 30 años, aquí en Gran Canaria, donde pasó tanto tiempo. Creo que la última vez que coincidí con él fue de jurado en el Premio Nacional y, cómo no, apostó por la juventud y el cambio. Lo más importante: Gallardo disfrutaba en el tablero de dibujo, ¡qué envidia!

Nueva edición de “Perro Nick”, Premio a la Mejor Obra española en el Saló del Cómic de BCN (1992).
Nueva edición de “Perro Nick”, Premio a la Mejor Obra española en el Saló del Cómic de BCN (1992).

Felipe Hernández Cava

> Autor de cómics. Premio Nacional del Cómic en 2009

Conocí a varios Gallardo:

  • El lector aventajado de Segar y de la escuela Bruguera.
  • El compañero en la lucha por la mejora de las condiciones de los barrios en aquella Barcelona preolímpica.
  • El superviviente nato en el corazón de los excesos del underground catalán.
  • El tándem perfecto con Mediavilla para traducir la voz del lumpen en medio de la borrachera de la modernidad y el tándem perfecto con Ignacio Vidal-Folch para ajustar cuentas con la cultureta.
  • El justiciero de los derechos de los dibujantes en la APIC.
  • El dibujante más dotado para dignificar la cultura popular mediante el pastiche.
  • El elegante observador de su gente y de sí mismo.
  • Y otros más.


En cambio, solo pude conocer a Miguel en un par de ocasiones:

  • Mientras elaboraba “Un largo silencio” y hablábamos de todo lo que aquello suponía para él en lo personal, y que sin duda lo cambió.
  • Y, mucho más adelante, en un alto entre una tortura y la siguiente del dentista, con su juvenil entusiasmo por la irrupción de Podemos en la política española, que a mí me recordaba la misma inocencia con la que en un tiempo lejano yo prestaba oídos a similares cantos de sirenas. “Es ahora o nunca, Felipe”, me repetía.


No te olvidaré, Gallardo. Y te tendré siempre presente, Miguel.

El Kiko Veneno del cómic español.
El Kiko Veneno del cómic español.

Bartolomé Seguí

> Autor de cómics e ilustrador. Premio Nacional del Cómic en 2009

Conocí a Gallardo en aquellas reivindicativas asambleas que se montaban en la sede de La Cúpula cada jueves, cuando Josep Mª Berenguer aprovechaba para echarle un vistazo a los jóvenes que, como yo, nos acercábamos a mostrar nuestros primeros cómics. Compartir páginas con Mediavilla y Gallardo, Max, Pons, Calonge, Nazario en la mítica ‘El Víbora’ fue de mis primeras alegrías como autor, aunque lo de “línea chunga” me quedara un poco grande. Siempre he envidiado a esos autores que, dominando la esencia de su estilo, alcanzan la excelencia y van sobrados. Gallardo era uno de esos. “Dibujas demasiado”, me aconsejaba siempre que coincidíamos estos últimos años. Te lo decía un tipo que tenía un dibujo apabullante y una frescura al alcance de pocos. Miguel era sobre todo un tipo entrañable al que echaré mucho de menos. No porque nos viéramos muy a menudo –ya se sabe que la nuestra es una profesión solitaria–, sino por el enorme vacío que deja entre nosotros. Duele que los buenos se vayan siempre tan pronto. Es poco consuelo ahora mismo, pero nos ha dejado personajes memorables a los que siempre podremos volver para recordarle: Buitre Buitaker, Perico Carambola, Makoki, Perro Nick, María y él...

Gallardo, maestro del pastiche posmoderno.
Gallardo, maestro del pastiche posmoderno.

Luis Bustos

> Autor de cómics, humorista gráfico e ilustrador

Gallardo ha sido sin lugar a dudas mi referente patrio a la hora de hacer cómics, especialmente cuando se trataba de acercamientos a la cultura pop desde un humor que conjugaba a la perfección referencias sofisticadas y lenguaje de barrio, creando una nueva capa de significado descacharrante e iluminador.

Manuel Bartual

> Autor de cómics, humorista gráfico y cineasta

No recuerdo cuál fue el primer cómic que leí de Gallardo, pero sí recuerdo la fascinación que me produjo. Esa forma que tenía de mezclar múltiples estilos, tonos y referencias te llevaba a preguntarte de qué planeta había salido ese dibujante y cómo era capaz de aglutinar todo eso en pocas viñetas y que tuviera sentido. Luego, cuando por fin conocías a Miguel, todo encajaba. Te encontrabas con una persona que sabía tomarse las cosas en serio en su justa medida, un tío lúcido y muy humano. Con Miguel Gallardo se va un pedazo enorme de la historieta de nuestro país, un dibujante fuera de serie y una persona con un sentido del humor privilegiado. Un artista brillante y cercano.

Manel Fontdevila

> Autor de cómics, humorista gráfico e ilustrador

El genio esencial de Gallardo se define por su obra, sus personajes, su sentido de la crónica social. De El Niñato a Pepito Magefesa, de “María y yo” a cualquier chiste de relleno en la revista ‘Makoki’, todo lo he leído con la sensación de ver caminos abriéndose ante mí, de estar aprendiendo algo importante. Lecciones de humor. El uso sabio del pastiche, no solo en lo visual. Lo pop y lo lumpen en el mismo plano. Y una cultura gráfica siempre en expansión. Pero había más, claro. Recuerdo, en los 90, la inauguración de su exposición “Pulp Art” en la sala Vinçon. Fuimos con Pep Brocal y su arte nos pareció ya de un nivel supremo, fuera de nuestro alcance. Lo que se dice un artista consagrado. Pero no: cuando le pedimos una portada para el número cuatro de ‘Mr. Brain’, nuestro fanzine, nos entregó un dibujo magnífico, de un color vibrante, lleno de ese talento increíble. Sin más. Con generosidad, con alegría. Como era él.

Portada a gouache de Gallardo para unos jóvenes fanzineros Manel Fontdevila y Pep Brocal.
Portada a gouache de Gallardo para unos jóvenes fanzineros Manel Fontdevila y Pep Brocal.

Pep Brocal

> Autor de cómics e ilustrador

Gallardo fue de las primeras personas que conocí en esto de los tebeos, cuando yo empezaba a moverme con la carpeta bajo el brazo y dando palos de ciego allá por el 89. Él, que era un maestro sin aula, se transformaba en colega y cómplice cuando pasabas a verle y, con absoluta naturalidad, te mostraba sus trabajos a ti, que no eras nadie. Recuerdo en especial sus páginas a tinta y esos carteles en gouache que aún nadie ha podido igualar. Así, como de paso, te ofrecía su conocimiento, sus referentes, te descubría los artistas que le importaban, la música que escuchaba, el cine con el que flipaba. Y aún mejor que todo eso: da por seguro que te iba a decir la verdad sobre lo que llevabas ahí, en la carpeta. Aunque te doliera, pero te la diría con cariño. Cuando salías al fin por la puerta habías crecido varios centímetros como profesional. Y también como persona. Como por arte de magia.

Santiago García

> Autor de cómics. Premio Nacional del Cómic en 2015

Gallardo es uno de los grandes autores del cómic español moderno y tiene un lugar destacado en nuestra historia. Junto a Max, fue el único dibujante surgido de la oleada renovadora de ‘El Víbora’ en los 80 que se mantuvo activo y en continua evolución durante las décadas siguientes. Eso lo convirtió en un maestro y un ejemplo para los autores que aparecieron en el siglo XXI. Tenía un talento natural para el dibujo y para el humor, y sus páginas siempre transmitían calidez y espontaneidad. Miguel Gallardo no será olvidado.

Portada y entrevista central del número 2 de ‘U. El hijo de Urich’, revista de crítica de cómic.
Portada y entrevista central del número 2 de ‘U. El hijo de Urich’, revista de crítica de cómic.

José Domingo

> Autor de cómics e ilustrador

Sobre todo, creo que para mí Gallardo significa CORAZÓN. El corazón, la pasión y la alegría por vivir que él transmitía en persona y que insuflaba en sus tebeos e ilustraciones. Gallardo hacía que sus obras reventaran por las costuras de tanta verdad y humanidad que les ponía dentro. Sabía mirar a la vida a los ojos. Sus partes buenas, las malas, y dispensar caricias y collejas a través de su arte según conviniera, con tanto desparpajo como firmeza en las unas y en las otras. Supo poner el corazón en el arte y el arte en el corazón. Y eso es lo que hace a un artista grande de verdad.

Sagar Forniés

> Autor de cómics

Yo fui a vivir y aprender a ser dibujante profesional a la Barcelona posolímpica, donde gente como Mariscal y Gallardo me parecían los grandes referentes gráficos. A los pocos años, Miguel fue profesor mío. Después se convirtió en uno de mis maestros. Siempre fue para mí la referencia, el tipo de profesional al que poder parecerme. No en su dibujo, sino en su forma de trabajar. Su filosofía de vida aplicada al trabajo era increíble. En estos últimos veinte años, coincidimos en talleres, mesas redondas, presentaciones, publicaciones donde ambos participamos y todo tipo de saraos. Siempre se puso al nivel de los que estábamos por debajo de él para poder liderar los proyectos en los que estábamos, con gran humildad pero con gran sentido práctico. Quizá es un tópico que hemos hablado con más colegas, y coincidimos todos, pero igual es el profesional más generoso que hemos tenido cerca. Para mí, vivir en Barcelona era vivir cerca de Gallardo.

Alfonso Zapico

> Autor de cómics e ilustrador. Premio Nacional del Cómic en 2012

Conocí a Gallardo en Asturias, cuando yo era un autor novato. Y solo en una cena y dos cervezas aprendí más con él que con una charla TED de esas. Me pareció que hacía honor a su apellido y que tenía un sentido del humor muy original. A mí el libro suyo que más me gusta es quizá el más olvidado, el de la historia de su padre; memoria histórica en viñetas “avant la lettre”. Ojalá nos hubiéramos juntado más.

Pepo Pérez

> Autor de cómics e ilustrador

Un talento de gran envergadura, de los que no abundan. Hizo historia en el cómic español, un pionero. Primero en el comix underground barcelonés de los 70 y en ‘El Víbora’ de los 80, creando junto con Mediavilla una masa crítica que formó parte de la contracultura más popular de esos años. Luego hizo tebeos de humor posmoderno admirables como el apoteósico “Roberto España y Manolín”, tronchante sátira de la España triunfal de los 90 con guiones de Vidal-Folch. En 1997 fue pionero de la novela gráfica española con “Un largo silencio”, diez años antes de que esta emergiera. En 2007 volvió para apuntalarla con su “María y yo”. “Un largo silencio” me impactó mucho cuando salió, un artefacto insólito de memoria histórica entre el libro ilustrado y el cómic que no encajaba en ninguna categoría, pero a Gallardo le daba igual. En su momento fue un libro no muy comprendido, signo del pionero. Aprendí mucho de él. Fue un maestro, de esos que crean vocación para dibujar y hacer cómics. Y tenía esa gracia natural en todo lo que hacía, el desparpajo en el trazo y el verbo. Gallardo ha sido –esto es una asociación particular mía– el Kiko Veneno del cómic español.

Los cuarenta años de silencio del padre de Gallardo, memoria histórica construida a dúo.
Los cuarenta años de silencio del padre de Gallardo, memoria histórica construida a dúo.

Ana Penyas

> Autora de cómic e ilustradora. Premio Nacional del Cómic en 2018

Muy duro lo de Gallardo, la verdad. Para mí fue un referente, especialmente con su cómic sobre su padre, “Un largo silencio”.

Moderna de Pueblo

> Autora de cómics, humorista gráfica e ilustradora

Ha sido muy triste saber la noticia, inmediatamente le he recordado como un autor de cómic de enorme sensibilidad y como un padre que usó su talento para poner el foco en la importancia de los cuidados. La historia con su hija, “María y yo”, es tan imborrable como el cariño que se ha labrado como persona y autor.

Javier Olivares

> Autor de cómics e ilustrador. Premio Nacional del Cómic en 2015

Para mí ha sido una figura fundamental. Lo conocí en los 90, cuando ya había dejado atrás su etapa de ‘El Víbora’, y me fascinaba su capacidad para seguir siendo personal, para desarrollar como historietista su sentido del humor y a la vez elaborar como ilustrador un discurso gráfico elegante y demostrar con talento su amor por la gráfica de los 50 y 60. Era generoso y divertido y, cuando iba por Barcelona, una visita al estudio de Miguel era uno de esos momentos de los que siempre recuerdas. Y por el camino ha dejado además algunos de los tebeos más fundamentales de nuestra historia. Ahí es nada.

Paco Roca

> Autor de cómics e ilustrador. Premio Nacional del Cómic en 2008. Medalla al Mérito de las Bellas Artes en 2021

Gallardo era una persona irreverente, que nunca se tomaba muy en serio las cosas. Su forma de entender los cómics iba en esa misma dirección, no le importaba reciclar dibujos, usar fotografías, llenar páginas con textos, utilizar ilustraciones… Era un autor sin complejos y de una gran frescura, por eso creó obras que abrieron nuevos caminos en el mundo del cómic.

Laura Pérez Vernetti

> Autora de cómics e ilustradora. Gran Premio del Saló del Cómic en 2018

Su muerte supone una pena muy grande, por la desaparición de un gran autor de cómics y una excelente persona. Le recuerdo cuando comencé a publicar en ‘El Víbora’, siempre alegre y con un entrañable sentido del humor que también aparecía en sus historietas. Memorables, desde que era muy joven, sus portadas y páginas para ‘El Víbora’, pero también sus ilustraciones y sus álbumes y novelas gráficas post-años 80 hasta nuestros días. Yo le tengo un especial cariño porque, cuando presenté al editor de ‘El Víbora’, Josep Maria Berenguer, las páginas de mi primer álbum –“El toro blanco”, con guion de J.M. Lo Duca–, fueron precisamente Miguel Gallardo y Mediavilla, que estaban esa mañana en la editorial, quienes le insistieron al editor en que debía publicar ese primer álbum mío. Sin duda era un riesgo porque yo nunca había publicado uno. Una gran generosidad por su parte defenderlo y una muestra de compañerismo que nunca olvidaré. Te recordaremos, Miguel.

Antonio Altarriba

> Escritor y autor de cómics. Premio Nacional del Cómic en 2010

Miguel Gallardo me voló la cabeza dos veces. La primera de manera literal con el electroshock que dio origen a Makoki en “Revuelta en el frenopático” (1977). Inauguró un underground antifranquista-psicodélico extraordinariamente original. La segunda, sin tanto chispazo pero con gran intensidad, con “Un largo silencio”. Ahí inauguraba una fórmula narrativa novedosa, mezcla de texto y cómic con un fondo biográfico. En su momento no lo supimos reconocer, pero estaba inventando la novela gráfica española. Su muerte nos deja el encefalograma mucho más plano.

Cristina Durán

> Autora de cómics e ilustradora. Premio Nacional del Cómic en 2019

Me resulta complicado hablar hoy de mi querido y admirado Miguel Gallardo. ¡Son tantas las cosas compartidas que se agolpan en la cabeza! Ha sido un referente para mí como profesional, pero sobre todo como persona. Nuestros caminos se han unido varias veces. Primero, por la profesión en común, la ilustración y el cómic, por la que tanto lo admiro. Después, por el trabajo en las asociaciones de ilustradores/as. Él estaba en la asociación catalana y yo en la valenciana y coincidíamos en la federación, FADIP. Más adelante, gracias a nuestras hijas especiales, su hija María y mi hija Laia, compartimos numerosas charlas y mesas redondas sobre diversidad funcional y medicina gráfica por un montón de lugares, encontrando en el cómic y la ilustración una herramienta muy útil y eficaz para la difusión de la diversidad y para la inclusión. Cuánto he aprendido de él y cuánto me ha ayudado. También estuvimos juntos en el proyecto de Oxfam “Viñetas de vida” sobre cooperación internacional, toda una experiencia inolvidable. Y finalmente coincidimos de nuevo, pero esta vez en la maldita enfermedad. Recuerdo nuestras conversaciones sobre los distintos tratamientos… Qué impotencia siento ahora, qué injusta su partida tan pronto. Me quedo con su recuerdo y con todos los valiosos momentos vividos con él.

‘María y yo’, viajes de vacaciones de un padre y su hija con polizón a bordo (el autismo).
‘María y yo’, viajes de vacaciones de un padre y su hija con polizón a bordo (el autismo).

Paco Alcázar

> Autor de cómics, humorista gráfico e ilustrador

Para mí Gallardo es un ejemplo. En su primera época, un ejemplo de originalidad, de gracia, de cómo contar las cosas con una frescura y un lenguaje propio. Luego, en su madurez, un ejemplo de cómo no quedarse estancado. Creo que supo reinventarse de una manera muy natural, algo que muy poca gente consigue. Profundizó en sus recursos como dibujante para convertirse en un ilustrador enorme y en sus recursos como narrador para convertirse en un autor con una capacidad para comunicar inimitable. De su obra, siento debilidad/envidia por su talentazo para el lenguaje y el sentido del ritmo en sus historias. Y por esa espontaneidad brillante que tenía siempre todo lo que hacía.

Natacha Bustos

> Autora de cómics e ilustradora

Recibí con gran pena la noticia. Conocí a Miguel en persona cuando yo aún estaba empezando en esto de los cómics. Era ese tipo de profesional cercano y amistoso que te hacía sentir parte del grupo.

David Rubín

> Autor de cómics e ilustrador

Llevo leyendo a Miguel desde mi adolescencia, siempre me fascinó en todas sus vertientes. Con ‘Makoki’, “Perro Nick”, lo de “Roberto España y Manolín”. O en los últimos años su apuesta y punta de lanza por la novela gráfica, de sus cuadernos de viajes al díptico de “María…”. O su reciente “Algo me pasó de camino a casa”. Nadie se puede imaginar la ilusión que me hizo la primera vez que coincidimos en persona y me tendió la mano con una sonrisa y un “¡A ti quería conocerte yo!”. Si como artista era todo un héroe, como persona era un titán. Aún no consigo hacerme a la idea de que ya no volveremos a coincidir en firmas, que ya no escucharé su risa y su voz, que ya no leeré más obras nuevas de Miguel. Se acaba de ir y ya se le echa de menos como si fuera hace mil años. Así es el hueco que deja.

Gallardo con guiones de Vidal-Folch: una desopilante sátira de la España democrática.
Gallardo con guiones de Vidal-Folch: una desopilante sátira de la España democrática.

Ana Oncina

> Autora de cómics e ilustradora

Miguel Gallardo es un referente y una persona encantadora. Me siento muy afortunada de haber tenido la oportunidad de conocerle y de comprobar la gran persona que era.

Juaco Vizuete

> Autor de cómics

Las influencias que como autor de cómics yo procesé de su trabajo fueron muchas. Tantas que, sin Miguel Gallardo, seguramente no habría sido capaz de concebir un tebeo mío como “El experimento”. Para empezar, ningún dibujante en España en su época supo incorporar el discurso pop y el reciclaje irónico de tantas tradiciones del cómic como él, en la que yo considero su época “fuerte”. Durante una época en los 80 y 90 era capaz de casi todo, de hacer chocar al Jabato con Picasso, con Matisse y con King Kong para producir un estruendo divertidísimo y maravilloso. Por no hablar del color. Ningún historietista de su generación, tal vez Max, ha entendido el color como él. En “Perro Nick”, por ejemplo, es casi el protagonista de la historia sin perjudicar la trama. Al contrario, se suma al énfasis y aún lo hace más delirante, pero nunca deja de ser “bonito”. Ahora que lo digo, esa es otra característica que me encanta de él: en toda su producción, hasta en lo más underground, se percibe cómo trata con una bondad intrínseca y muy suya prácticamente cualquier cosa. Y con un enorme sentido del humor.

Final glorioso y desolador para Makoki: el Gallardo de mediados de los 90.
Final glorioso y desolador para Makoki: el Gallardo de mediados de los 90.

Sonia Pulido

> Autora de cómics e ilustradora. Premio Nacional de Ilustración en 2020

Gallardo ya no está, y qué vacío ha dejado. Cuando comencé a mandar mis primeros portfolios a periódicos y revistas, hace más de veinte años, Miguel ya estaba allí, nombre entre los nombres de la ilustración de prensa. Recuerdo encontrarme con sus ilustraciones, coloridas y cincuenteras, en las que parecía que todo iba a ponerse a bailar en cualquier momento. Miraba esas imágenes y pensaba “eso es lo que quiero hacer”. Los años fueron pasando y una agencia americana me contactó un día. Entre los ilustradores que representaban estaba Miguel. Habíamos coincidido muy poco, sobre todo por amigos comunes del mundo del cómic, pero le escribí para preguntarle qué tal la experiencia. Para mi sorpresa me dijo: “Ven a casa un día y te cuento”. Así lo hice, y me encontré con un tipo supercercano, dispuesto a compartir toda la información y experiencia que tenía con mucho humor y socarronería. Y, desde el humor, un día me dio el consejo que más he compartido: EL REFRITO. Si has dibujado sobre un tema y te sirve para más de un cliente, haz un refrito. Así, tan simple. Recuerdo su lucha constante desde la ironía para reivindicar y dignificar esta profesión. Siempre era guía sin pretenderlo, sin ninguna duda por parte de nadie. Ahí estaba siempre para debatir, proponer, compartir. Y echar unas risas. Se ha ido un gran dibujante, pero también un magnífico compañero y un amigo. Que vacío has dejado, Miguel.

Dos muestras del ingente trabajo de Gallardo como ilustrador.
Dos muestras del ingente trabajo de Gallardo como ilustrador.

Borja Crespo

> Autor de cómics y cineasta, entre otras cosas

Gallardo es una figura esencial de nuestra historieta y de nuestra ilustración. Vitalista, inquieto y generoso, su figura es la de alguien que disfruta con lo que hace y contagia su manera de ver el mundo a los demás. La prueba es la cantidad de gente que está devolviéndole el cariño en las redes sociales. Como buen maestro, deja una huella más allá de su talento, un arte que compartió y que supo transformar siempre acorde a los tiempos, influenciando a otros artistas actuales con tirón.

Mamen Moreu

> Autora de cómics, humorista gráfica e ilustradora

Yo admiraba mucho a Gallardo, era un referente del cómic español, me fascinaba su trazo y su manera de contar historias. Además, era una persona generosa que siempre apoyaba a las nuevas autoras y autores. A mí me acompañó en la presentación de mi primer cómic en 2014, en Valencia, junto a Paco Roca, sin conocerme de nada. Siempre le estuve agradecida por eso. Ahora ha dejado un vacío muy grande en el mundo de la historieta.

Javier Rodríguez

> Autor de cómics e ilustrador

A mí Miguel Gallardo me dio la pista que seguir. El autor que quería ser de mayor. Transversal, entendiendo los cómics como un festival, una celebración de la ficción y una plataforma para contar lo que sea usando todos los recursos gráficos al alcance. En el campo personal, todas las veces que traté con él fue extremadamente generoso, cero condescendencia para una figura capital como era la suya. Su influencia en mi trabajo va desde cuando era niño y leía sus cómics en los Víboras de mi padre hasta cuando me invitó a formar parte del movimiento gráfico para la primera campaña de Colau a la alcaldía. No se puede entender la historia del cómic sin la figura de Miguel Gallardo. Su obra transmite lo mismo que él transmitía en el trato personal, generosidad a raudales y un gran sentido del humor. Lo mejor de la vida. Gracias por todo, tío.

Genie Espinosa

> Autora de cómics e ilustradora

Gallardo iluminó una parte importante de mi vida cuando unió cómics y discapacidad. Mi hermano es discapacitado y dependiente, nunca había tenido en las manos un cómic tan cercano que hablara de cosas tan complicadas de una manera tan amorosa y generosa. Le debo muchas lágrimas y muchas sonrisas, regalé “María y yo” a mis padres y diversas amistades. Es algo que he querido seguir trabajando por mi parte, visibilizar solo desde la versión del amor. Amor como el que traspiraban todas sus viñetas.

Juanjo Sáez

> Autor de cómics, humorista gráfico e ilustrador

Repasando toda la trayectoria de Miguel te das cuenta del genio pasota que fue. Pionero en todo pero como si no lo fuera. Lo hizo todo antes que nadie. Muy, muy relevante. Tenía mucha puntería. Los demás, para acertar, tenemos que trabajar cien veces más. Un pionero. Y un genio, aparentemente sin quererlo. Agudo y preciso.

Flavita Banana

> Humorista gráfica e ilustradora

Para mí Miguel Gallardo fue un padrino. Cuando llevaba poquísimo dibujando, me insistía por todos los canales para que siguiera, que llegaría lejos. Yo se lo devolvía liándole cigarros y enseñándole a usar las redes, nos dábamos el uno al otro el conocimiento de nuestras generaciones. Y es mi modelo de adulto, un punki involuntariamente elegante.

“Algo extraño me pasó camino a casa”, su último cómic publicado.
“Algo extraño me pasó camino a casa”, su último cómic publicado.

Ramón de España

> Escritor y autor de cómics

Miguel Gallardo fue un gran ilustrador y un excelente autor de cómics, pero, sobre todo, fue para mí un estupendo compañero de viaje desde que lo conocí a finales de los 70, cuando ambos colaborábamos en ‘Disco Expres’, él con su Makoki y yo con mis artículos sobre música pop. Creo que no dejé de cruzármelo desde entonces en las más variopintas circunstancias: papeos, salones del cómic, aeropuertos, fiestas y guateques, revistas y presentaciones de álbumes. Y cruzarse con Gallardo era siempre una experiencia estimulante y divertida, pues nunca dejó de hacer el ganso y practicar su peculiar sentido del humor. Por no hablar de sus referencias, que iban de la alta cultura a lo más cutre. En las aventuras de “Pepito Magefesa”, que considero su obra maestra, me hizo el honor de convertirme en el malo de la función, Jamón Despaña, lamentable aspirante al título de Moderno del Año. Genio y figura hasta la sepultura, Gallardo se despidió casándose en el hospital con Karin ataviado con una pajarita roja y una gorrilla de capitán de yate a lo Hugh Hefner (previamente, había dado gracias a Dios por el “boniato” que se lo acabaría llevando por delante, pues le había permitido cumplir la ilusión de toda una vida: ser el feliz portador de una boina de la prestigiosa marca Elósegui). Se ha ido un gran artista y, sobre todo, un gran tipo. Lo echaré de menos. Y no seré el único.  ∎

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