Libro

Óscar Cabrera

En el satélite de Lagartija Nick. Conversaciones con Antonio AriasMuzikalia, 2023

Hasta la fecha, la nómina de ilustres nombres de la colección de libros de entrevistas de la editorial –y web– Muzikalia alcanza a Antonio Luque –más conocido como Sr. Chinarro– y a Fernando Alfaro, de nuevo al frente de Surfin’ Bichos. A estas figuras referenciales del rock de los últimos treinta años se une ahora Antonio Arias, que empezó en 091 a finales de los ochenta, con 16 años, hasta ser el cuerpo y buena parte del alma de Lagartija Nick y de otros muchos proyectos.

Óscar Cabrera (Madrid, 1968) –periodista, buen amigo y fan desde primera hora del granadino– observa al bajista, cantante y letrista de una manera casi renacentista: “Como siempre en tu carrera, insistes en la creación vinculada a la divulgación. Después de españolizar el post-punk británico, te atreviste con el flamenco, la ciencia de Val del Omar, la poesía astronómica y ahora la poesía medieval y más tarde la Generación del 27. Siempre desde tu ciudad, de la que nunca te has alejado”.

A partir de esta premisa, “En el satélite de Lagartija Nick. Conversaciones con Antonio Arias” responde a la personalidad y la obra del entrevistado –que es un buen conocedor del rock y el pop– como estudioso del espacio –sea global, el cosmos; o parcial, el planeta Tierra que nos acoge–, aunque quejoso por el mal trato que recibe esta última por parte de los seres humanos. El autor le reprocha con cariño que no dedique más tiempo a su vida privada –a su pareja y a su hija, a quien escribió hace años una preciosa canción, “Carmen Celeste”– y que no deje de lado tantas grabaciones y giras, que no pare unos meses, que no disfrute de la vida cotidiana. Ya son cuatro décadas largas de carreteras secundarias.

Arias está en una elogiosa categoría: la cultura de su tiempo no se entiende sin su figura y su compromiso con la música y la palabra rimada. Supone el metrónomo de Lagartija Nick. Su imaginario rock pasa por “Hipnosis” (1991) e “Inercia” (1992) y su concepto de flamenco por “Omega” (1996), con Enrique Morente, además del interés por la ciencia y otras disciplinas. En la mirada del bajista se aprecia una poesía cósmica al servicio de la figura del fotógrafo, director de cine e inventor granadino José Val del Omar (1904-1982), en “Val del Omar” (1997). En “Los cielos cabizbajos” (2019) pone música a las letras de su hermano Jesús, fallecido unos años antes, para volver al cine con el “El perro andaluz” (2022), dedicado a Luis Buñuel. Entre medio alcanza la madurez con “Crimen, sabotaje y creación” (2017). Interesante es la reflexión que hace de sí mismo, su trabajo y su trayectoria a partir de esos tres conceptos y del porqué de un título tan llamativo. Y en su obra, siempre, Federico García Lorca.

Antonio Arias sigue siendo ese corajudo, ese temerario bajista que todavía adolescente se enroló en 091. “Siempre hay que ser atrevido y valiente, o sea, surrealista. Tampoco hay que buscar mucho sentido a todo”. A sus 57 años, así habla Arias de Lorca. Dos granadinos de pro. Lo que el entrevistador entiende como estar “eternamente en vuelo”. La colección de álbumes titulados “Multiverso” y el proyecto de Los Evangelistas son ejemplos de ese satélite del título, de un Arias en movimiento constante que no para ni para repostar. Soleá Morente recuerda: “La llamada de Los Evangelistas fue un punto de inflexión en mi vida, pero en los ensayos lo pasaba un poco mal porque no sabía dónde proyectar la voz entre tanto ruido. Entonces Antonio me dijo: Déjate llevar, no te preocupes por ser una gran cantante, solo encuentra tu sitio en las canciones, como un instrumento más”. Madera de líder. Ambos.

El conocimiento y la intuición del autor sirven para subrayar los distintos contextos de la figura iconoclasta que tiene en frente. Aunque Óscar Cabrera muestra una geografía y una climatología emocional y profesional de Arias muy detalladas. No obstante, en ocasiones, corre el riesgo de desbordar el relato. Pero el lector interesado no se ahoga, quiere conocer las intrahistorias de un músico que se distingue por una capacidad autoral preciosista, poéticamente inquieto y, por ende, un destacado narrador de historias, además de un ilustrado conocedor de lo que significan el rock y el punk incluso antes de trabar amistad con Joe Strummer, de The Clash, que pasó temporadas en Granada y produjo el segundo álbum de 091, “Más de cien lobos” (1986).

Este notable libro se acompaña de una sección de testimonios del entorno personal y laboral de Antonio Arias. Su hermano Ángel Arias, su compañera Isabel Daza y los músicos David Fernández, Eric Jiménez, Juan Codorniu, Florent Muñoz, Soleá Morente, los hermanos José Ignacio y Víctor García Lapido, Ana Curra, Fino Oyonarte, Miguel Ríos y Fernando Alfaro, entre otros. También incorpora una milimétrica discografía del biografiado. ∎

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