Stevie Van Zandt, directo al corazón. Foto: Paul Bergen / Redferns (Getty Images)
Stevie Van Zandt, directo al corazón. Foto: Paul Bergen / Redferns (Getty Images)

Entrevista

Stevie Van Zandt: un consigliere sin pelos en la lengua

Stevie Van Zandt (nacido Steven Lento y también conocido como Miami Steve y Little Steven), il consigliere de Bruce Springsteen en la E Street Band y de Tony Soprano (como Silvio Dante) en “Los Soprano”, nos habla de su muy recomendable autobiografía “Flechazos y rechazos”, lectura amena y divertida (a ratos hilarante), punzante y directa, que puesta a enervar o pecar de algo prefiere hacerlo de soberbia que de falsa modestia. Bueno, habla de eso y un poco de todo.

Soy Stevie, hola, hola, ¡Stevie Van Zandt!”, se le escucha decir al otro lado del teléfono, ya con sus primeras risas (habrá bastantes) y esa jovialidad que parece desprender siempre, hasta cuando la maquilla para interpretar a mafiosos como Silvio Dante –“Los Soprano” (1999-2007)– o Frank Tagliano –“Lilyhammer” (2012-2014)–. Le recuerdo que lo entrevisté hace una eternidad, en 1999, cuando publicó su quinto disco en solitario, “Born Again Savage” (Renegade Nation). “Guau, pues hemos hecho unas cuantas cosas desde entonces”. Él sí, desde luego. Entre otras, ha sacado dos álbumes más, “Soulfire” (Wicked Cool-Big Machine-Universal, 2017) y “Summer Of Sorcery” (Wicked Cool-Universal, 2019); se ha metido a actor y además de en las series “Los Soprano” y “Lilyhammer” también se le ha visto en las películas “Crónicas de Navidad” (Clay Kaytis, 2018) y “El irlandés” (Martin Scorsese, 2019); ha girado ocho veces más con Bruce Springsteen y la E Street Band dentro y fuera de Estados Unidos y ha participado en la grabación de “Letter To You” (2020), el más reciente álbum del Boss y su tropa; ha puesto en marcha la fundación Rock And Roll Forever y el proyecto educativo TeachRock; como locutor y emprendedor radiofónico está al frente del programa “Little Steven’s Underground Garage” y de dos canales de Sirius Satellite Radio (“Underground Garage” y “Outlaw Country”); ha creado la disquera Wicked Cool... Por no hablar de sus diversas iniciativas como activista (que son mencionadas a lo largo de esta entrevista). Ah, y en septiembre sacó su autobiografía, “Flechazos y rechazos. La odisea de un consigliere del rock and roll (un cuento con moraleja)” (“Unrequited Infatuations. A Memoir”, 2021; Libros del Kultrum, 2021), que es lo que nos ha traído hasta aquí. Y es que, en un principio, Stevie Van Zandt nos ha telefoneado para hablar de su libro. Pero a partir de ahí...

Tras leer “Flechazos y rechazos” queda la sensación de que, como con aquel viejo poema de Walt Whitman o la reciente canción de Bob Dylan, tu yo contiene multitudes. Así que, ¿quién eres más realmente, tu yo soñador, tu yo audaz, tu yo desencantado, tu yo siempre consejero? Asumo que puedes responder que la suma de todos, pero si tuvieras que elegir solo uno...

Si tuviera que elegir un solo término, un solo yo para identificarme, más que alguno de esos me gustaría que fuera el de compositor de canciones, y también productor. Es decir, mi yo creador. Porque lo que más me gusta es estar siempre creando algo y para mí nada es más satisfactorio que escribir buenas canciones. En ese sentido, mi último disco, “Summer Of Sorcery”, fue un regalo de los dioses; no tenía planes de volver al negocio de la música y fue una sorpresa muy agradable.

¿Por qué insistes tanto en tu libro en que no te sientes cómodo al frente de una banda, siendo el líder, y prefieres el rol de il consigliere? ¿De dónde te viene eso, por qué te gusta estar de alguna manera en la sombra?

Es mi inclinación natural, no tengo más explicación. No me gusta estar bajo el foco central, destacar tanto, que la gente me esté mirando o prestándome atención todo el rato. Lo que me gusta es observar, en especial de noche, ser el observador y no el observado. Casi siempre que he compuesto canciones o he escrito para lo que sea ha sido en cafés, en bares, mirando a la gente pasar y al mundo moverse, estando en medio de esa energía. Soy un tipo muy urbano, no me gusta estar en una zona residencial en medio del bosque, no me gusta la tranquilidad. Si escucho contenedores de basura y un tiroteo, duermo tranquilo. Necesito el ruido, me gusta.

“Lo que me gusta es observar, en especial de noche, ser el observador y no el observado. Casi siempre que he compuesto canciones o he escrito para lo que sea ha sido en cafés, en bares, mirando a la gente pasar y al mundo moverse, estando en medio de esa energía. Soy un tipo muy urbano, no me gusta estar en una zona residencial en medio del bosque, no me gusta la tranquilidad. Si escucho contenedores de basura y un tiroteo, duermo tranquilo. Necesito el ruido, me gusta”

Otra constante que remarcas son los problemas que has tenido en tu carrera cuando tu arte se ha encontrado con el comercio. Como si te incomodase no haber gestionado mejor eso, no haberlo sabido llevar. Pero al final aquí estás hablando con un medio, a miles de kilómetros de distancia el uno del otro, por el interés que nos ha despertado tu libro. ¿No crees que, por más que te quejes, eres más un ganador que un perdedor y que tus decisiones, como dejar la E Street Band en 1984, al final, y desde ese momento, han sido más positivas que negativas? Es decir, que tu arte sí ha encontrado el comercio.

Tal vez, tal vez, pero no lo suficiente como para llegar hasta ese umbral de la rentabilidad que marca la gran diferencia. Pero no me quejo, ya sabes, el libro no va sobre quejarme. El título tal vez suene un poco negativo, vale, pero no así el subtítulo, eso de la odisea de un consigliere del rock'n'roll.

¿Piensas que es un libro útil, una buena guía, para alguien que quiera hacer carrera musical?

Sí, y también para cualquier tipo de carrera, porque en todas vas a tener decepciones. Y lo más importante del libro, su tema central, es la pregunta sobre qué haces con esas decepciones. ¿Dejas que te detengan o van a hacer que encuentres el camino que te llevará adelante? La primera mitad del libro va sobre un muchacho pueblerino de Nueva Jersey entrando en el mundo del rock’n’roll y ascendiendo hacia la cumbre. Es una bonita historia. Pero en la segunda mitad del libro es cuando las cosas empiezan a ponerse un poco más interesantes, a convertirse en más universales. Bueno, igual no más interesantes, pero sí más universales. Porque va de cuando gente del rock’n’roll, del negocio de la música o del espectáculo, empieza una búsqueda, una aventura, su odisea sobre un objetivo en la vida, una iluminación espiritual. Y es algo que todos podemos experimentar. Ese es el punto donde creo que el libro puede resultar útil. Porque yo pensaba que mi vida estaba acabada cuando dejé la E Street Band. Y sin embargo, como has sugerido antes, casi todo lo que he conseguido ha sido a partir de ese momento.

Sus primeros pasos en la década de los 70. Foto: Larry Hulst / Michael Ochs Archives (Getty Images)
Sus primeros pasos en la década de los 70. Foto: Larry Hulst / Michael Ochs Archives (Getty Images)

No dices palabras agradables en el libro cuando te refieres, por ejemplo, a Frank Zappa, Paul Simon o Jon Weiss. No es muy común ser tan sincero cuando una estrella del rock, signifique eso de estrella lo que signifique, habla en público de otros colegas.

Es simplemente parte de la historia y no quiero blanquearla, no quiero convertirla en algo unidimensional, donde todo es perfecto y todo es genial. Así no es la historia y esa no es la verdad. Y créeme, he dejado a la mitad de los gilipollas fuera del libro, como mucho hablo de la mitad o igual hasta de menos, solo de cuatro o cinco, pero no aparecen grandes, grandes cabrones que me jodieron la vida. Por lo que te comentaba antes, porque tampoco quería que fuera una lectura negativa.

No es negativa, pero esas partes pueden sorprender a los lectores que viven en lo políticamente correcto.

Ya, pero yo no quería hacer algo diplomático, quería una narración diferente, porque entonces no habría sido mi historia, ni tampoco la historia del rock’n’roll, que es la que he querido reflejar tal y como la he observado y vivido desde dentro, así como también he querido reflejar mis diferentes habilidades.

De lo que sí dices palabras muy agradables es del disco “Western Stars” (2019) de Bruce Springsteen. Sin embargo, también reconoces que tuviste un problema con la canción “Ain’t Got You”, la que abre “Tunnel Of Love” (1987), que no te gustaba ni veías que encajase allí porque era demasiado personal y autobiográfica, y que provocó una discusión con Bruce por la que explicas que acabó echándote de su casa. ¿Has cambiado tu opinión sobre ese tema?

No, ¡yo estaba en lo cierto, no él!

Pero en “Western Stars” la canción “Hello Sunshine” es también igual o casi igual de personal y autobiográfica sobre Bruce que “Ain’t Got You”, ¿no?

Uhm, no sé. Diría que “Hello Sunshine” es más ficticia. Y la otra no. En mi opinión, ese era el problema, que la otra era solo sobre él.

“En mi país hemos tenido a todo tipo de criminales en el anterior gobierno, a los peores, y no están en la cárcel. ¿Por qué no? Es como si en un lado hubiera un montón de gente aburrida de luchar, sin la voluntad de hacer justicia, y en el otro un montón de criminales trabajando en lo suyo”

¿Te ha gustado la precuela de “Los Soprano”, “Santos criminales” (Alan Taylor, 2021)?

Sí, sí, mucho.

Diría que refleja muy bien esos círculos de negatividad que no cesan de envolvernos, sobre todo con los personajes de Livia, la madre de Tony, y Corrado, su tío. Algo contra lo que tú, como músico o activista, siempre has estado luchando. Cuando lo de Sudáfrica y “Artist United Against Apartheid” y la canción “Sun City”, cuando lo del single “Spirit Of The Forest”, cuando lo de “Policeman’s Ball”. Como si siempre intentases romper esos círculos.

Creo que ahora el mundo está demasiado pasivo con respecto a eso, a la gente mala. En mi país hemos tenido a todo tipo de criminales en el anterior gobierno, a los peores, y no están en la cárcel. ¿Por qué no? Es como si en un lado hubiera un montón de gente aburrida de luchar, sin la voluntad de hacer justicia, y en el otro un montón de criminales trabajando en lo suyo.

Hablando de eso, ¿estás algo o bastante decepcionado con el primer año como presidente de Joe Biden?

Sí, lo estoy, pero siempre va a ser difícil. Porque el comité del Partido Demócrata ha estado haciendo un trabajo tremendo durante los últimos cinco, seis años en cuanto al Senado, el Congreso, los gobernadores, tan tremendo que no entiendo cómo cualquier republicano ha podido ganar cualquier votación. Porque los republicanos no creen en la democracia, ni en la igualdad, ni en la ciencia, y su líder ha asesinado a setecientas mil personas. Las mató. Entonces ¿a cuánta gente tienes que matar para que te metan en la cárcel? Es extremadamente decepcionante. Han puesto al jodido Merrick Garland como mayor policía del país, el policía de los policías, el Fiscal General, ¿de qué va esa puta broma? Es terrible. Alguien que no tiene cojones, no tiene arrojo para meter a nadie en la cárcel. Es patético. Y todo esto no es algo que tenga que ver con que el Partido Demócrata vaya a perder las siguientes elecciones, esta vez lo que vamos a perder es Estados Unidos, nuestro país, nuestra democracia.

¿Tan pesimista te sientes?

Sí, si perdemos el Congreso y el Senado en 2022 ya nos podemos olvidar.

¿Y qué se puede hacer contra eso?

Tenemos que echar fuera de su puesto a cada jodido republicano, a cada uno de ellos. Pero el ciudadano estadounidense es tan estúpido y el Partido Demócrata está tán débil, tan falto de poder… les falta agresividad. Ahora mismo no veo con qué ni cómo agarrarme a la esperanza, aunque siempre haya que tenerla. Porque, ¿dónde están los tipos buenos duros? Los necesitamos, pero ¿dónde están? No podemos decir “vamos a llevarnos bien con los otros”. Estamos luchando en una guerra, porque esto que hay en marcha es una guerra, y solo está luchándola uno de los dos bandos, el de los tipos malos. ¿A qué esperamos para meter a esos hijos de puta en la cárcel? Esto no es algo nuevo que tenga que ver con anteayer, viene desde la fundación de nuestro país, desde lo que no se hizo con los malos tras la Guerra de Secesión... Asesinan y se libran. Salvo que sean negros, claro. Arrestamos a los negros por vender cigarrillos en la calle. Pero si eres blanco y tomas la sede del Congreso, eso no es ningún problema. 

Con Bruce Springsteen: los lazos que unen. Foto: Richard E. Aaron / Redferns (Getty Images)
Con Bruce Springsteen: los lazos que unen. Foto: Richard E. Aaron / Redferns (Getty Images)

Cerrando el círculo, para preparar esta entrevista me leí la reseña de tu disco “Born Again Savage” que sale en la web Allmusic, y dice: “La conclusión básica sigue siendo que el mundo se está yendo al infierno dentro de un bolso de mano y, en todo caso, la visión del mundo de Little Steven es ahora incluso más deprimente que en la década de los ochenta”. Pero parece que ahora tu visión del mundo es incluso más deprimente que entonces.

(Se ríe casi medio minuto) ¡Todo el mundo se ha dado cuenta! (y ríe un poco más). En mi trabajo siempre hay sitio para el optimismo y la energía positiva. Mis dos últimos discos y mis dos últimas giras lo han sido, con mensajes positivos sobre buscar los lugares comunes, lo que compartimos, dejando la división política a un lado, intentando ser positivo. Pero mi trabajo es una cosa y la realidad es otra.

¿Vas a volver a grabar o a girar con tu banda, The Disciples Of Soul?

Espero volver a hacerlo algún día, voy a intentar encontrar una manera de seguir con ellos, no sé cómo pero quiero intentarlo. Aunque quiero también volver a la televisión, que la echo de menos. Y también quiero potenciar lo de TeachRock, con un programa de cincuenta lecciones online gratuitas, una por semana, para que las generaciones jóvenes crezcan sabiendo lo que es el rock, el soul, el blues. Tengo también escrita la mitad de un libro sobre política estadounidense que me gustaría sacar en 2022. Y si Bruce decide hacer un tour con la E Street Band, lo haremos. Aún no hemos girado con “Letter To You” y es un disco fácil de tocar en directo y que daría para un gran, gran show. O igual sacamos otro antes.

¿Serías capaz de estar una semana sin hacer nada?

¿Una semana? Díos mío, una semana no, no. Puedo mirar una película o leer un libro, pero necesito acción. No entiendo el concepto “vacaciones”, el no hacer nada.

Hablas como un personaje de película en blanco y negro, por más que lleves décadas vestido con ropas muy coloreadas.

Pues sí, es verdad, es verdad, ¡pero es que estoy lleno de contradicciones! ∎

Leerlo es amarlo

STEVIE VAN ZANDT
“Flechazos y rechazos. La odisea de un consigliere del rock and roll (un cuento con moraleja)”
(Libros del Kultrum, 2021)

“Las chicas te caían del cielo. La liberación de la mujer estaba en pleno apogeo. Aquellas pibas te rogaban que les echaras un polvo. Lo sé. Imposible. Pero así era y yo lo vi con mis propios ojos. En un momento dado tenía siete ligues por la zona y los fines de semana conocía a nuevas candidatas de North Jersey. Follaba entre pase y pase. En la oficina. Y me seguía echando colonia en las pelotas”, de las páginas 112 y 113, sobre sus giras con Southside Johnny & The Asbury Jukes.

“Todos nos volvimos drogadictos durante un tiempo. Todos salvo Bruce, el único tipo que conozco que no se ha drogado en la vida. Bruce tenía su propia adicción, que era hacerse la vida imposible”, de la página 164, sobre la grabación de “Darkness On The Edge Of Town” (1978). Y así todo el rato, hasta la 538.

Parafraseando la canción de The Teddy Bears, to read him is to love him. Porque como lector te engancha y no te suelta: por desternillante, por gañán, por brillante, por comprometido, hasta por cómo alardea, sobre todo de su egocéntrico sentido de la ubicuidad, que despierta más candor y sonrisas que rechazo. Y es que Stevie quiere que sepamos que ha estado en todos lados y en todas las fotos; tanto que parece el personaje de “¿Dónde está Wally?” si a este lo hubiera creado la Editorial Bruguera: que si con Nelson Mandela, que si con Muhammad Ali, que si con el Frente Polisario... Aunque igual que se echa flores, asume sus cagadas y sus fracasos y se los come. Menos hagiografías y más autobiografías así. 

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