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Al-Qasar es un grupo formado en torno a Thomas Attar Bellier (guitarra, saz), experto en sonidos fuzz-rock y prog-metal y colaborador de, entre otros, la tunecina Emel Mathlouthi. Es, además, un viajero que ha vivido y trabajado en París, Los Ángeles, Nueva York o Lisboa. Esto le ha permitido hacer buenas amistades, como Alain Johannes (Queens Of Stone Age, Marc Lanegan, PJ Harvey), que mezcla el disco para darle buena densidad. Otro colega destacado es Lee Ranaldo, que le mandó un montón de pistas de guitarra, lo que le supuso un problema a la hora de escoger. Al final es un lúgubre drone el que sirve para abrir el instrumental arábigo “Awtar Al Sharq”, inyectando psicodelia a un tema que podría ser tradicional. El ex Sonic Youth aparece también en “Awal” –con un sugerente vídeo oficial de empoderamiento femenino–, incendiando de nuevo con sus riffs una andanada psych-rock conectada a la música gnawa. No en vano, uno de los miembros destacados del grupo es el marroquí Jaouad El Garouge, cantante, tañedor de las castañuelas metálicas karkabú, pandero bendir y otros instrumentos del folclore.
El núcleo del grupo se formó en el bohemio y multicultural barrio parisino de Barbès, pero su primer disco, el mini-LP “Miraj” (2020), lo grabaron en El Cairo. Con siete temas que mezclan stoner rock, surf rock, rock anatolio y gnawa magrebí. En él colaboran el argelino Mehdi Haddad y el oudista egipcio Mohamed Abozekry. Con un must en forma de “Selma”, pura exótica oriental.
En el que es su debut para el prestigioso sello alemán Glitterbeat tienen un invitado de postín, el legendario Jello Biafra, alma pater de Dead Kennedys y por extensión del punk, que pone su sardónica voz en clave spoken poetry en medio de la canción “Ya Malak”, en lo que es la traducción al inglés de unos combativos versos del egipcio Ahmed Fouad Negm, sacados del poema “Who Are They And Who Are We?” que sirve para dar título al disco y que, entre otras muchas cosas, dice “who are they and who are we? / they are the princes and the sultans / they wear the latest fashions / but we live seven in a single room”. Al goodfather del U.S. punk lo conoció cuando formaba parte del grupo Spindrift, que algunas veces hacía de banda de apoyo para el autor de “California Uber Alles”.
La alargada sombra del rock anatolio reverdece en “Hobek Thawrat”, aunque la canción adquiere un determinante matiz afro-arábigo gracias a la voz de la sudanesa Alsarah, la líder del grupo Alsarah & The Nubatones, que clama contra el golpe de estado militar de su país. A continuación, el instrumental “Sham System” lo fía todo a la distorsionada fiereza de las cuerdas del líder, en un trance que traslada lo bereber al planeta rock. La presencia de Mehdi Haddab –fundador de Speed Caravan y colaborador de Rachid Taha, Alain Bashung, Jacques Higelin o Souad Massi– ayuda a convertir la identitaria “Barbès Barbès” en una sólida pieza tradi-mod con darbuka y oud campando a sus anchas para trasladar el chaabi hacia algo que podría ser calificado de prog-rock magrebí. Por su parte, la cantante egipcia Hend Elrawy (ex Orange Blossom) se encarga de poner acento beduino a la psicodelia oriental que desprende un “Mal Wa Jamal” que habla de la humillación y las terribles consecuencias de la prostitución. Tal como indica el título de “Benzine”, una canción protesta contra las petroquímicas, los mensajes concienciados en árabe proliferan. Aunque Al-Qasar no invente nada, estamos ante un buen disco de psych-rock fuertemente conectado con las raíces. ∎