“Love On The Beat” (1984) fue el penúltimo álbum en estudio de Serge Gainsbourg (1928-1991), de un Gainsbourg que, a pesar de los años bajo los focos de la polémica, no había perdido su capacidad para provocar y escandalizar: el LP se cierra con “Lemon Incest”, esa oda al amor paternofilial con relleno ambiguo que grabó junto a su hija Charlotte.
Tras sus aventuras jamaicanas, Gainsbourg, desde Nueva York, modeló en “Love On The Beat” su particular escultura de pop-rock de acento funkoide con músicos norteamericanos y un arsenal de versos con el sexo como principal munición en la recámara.
Más de veinticinco años después, Alex Beaupain, uno de los muchos geneciellos que pueblan la escena pop francófona, retoma el álbum original, de pe a pa, en una filigrana que le da absoluto protagonismo a una orquesta de cuerdas para que levanten su sedoso vuelo las ocho canciones del álbum original.
Beaupain, cómplice habitual de Christophe Honoré –suyas son las bandas sonoras de, entre otras, “Les chansons d’amour” (2007) y “Les bien-aimés” (2011)– y con una recomendable carrera en solitario desde el inicio de la pasada década –peguen la oreja a, por ejemplo, “Pourquoi battait mon coeur” (2011)–, recita las picardías gainsbourgianas con el distanciamiento oportuno y la gravedad necesaria, y envuelve en celofán de sala de estar las golosinas del visionario Lucien Ginsburg, con el respaldo vocal del dúo Faux Real –y en el caso de “No Comment” con la presencia de la mismísima Fanny Ardant: el sueño húmedo de Hidrogenesse– y oportunas bases rítmicas sintetizadas.
Respeto y reinvención en un homenaje que le saca lustre siglo XXI a partituras como “Sorry Angel”, “I’m The Boy” –Pet Shop Boys matarían por ella– o “Harley David Son Of A Bitch”, fantasías sensuales entre penumbra, terciopelo, lamparitas rojas y satén. ∎