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Álbum

Eels

Extreme Witchcraft E Works-[PIAS] Ibero América, 2022

02. 02. 2022

La principal novedad en el decimocuarto álbum de Eels es que Mark Oliver Everett ha vuelto a colaborar en la producción con el ínclito John Parish, con quien ya trabajara en “Souljacker” (2001). Concebida a distancia entre Los Ángeles y Bristol, confinamiento pandémico mediante, esta aparente ceremonia de brujería extrema ha aportado básicamente un sonido sucio de guitarras con voces rasposas grabadas a la primera toma, una especie de divertimento abonado al rock’n’roll más primitivista y vacilón. Al tiempo, sigue la estela de “Earth To Dora” (2020) a la hora de documentar la vida actual de Mr. E como padre divorciado de un niño de cuatro años, con dos perros también a su cargo, y sus visiones actuales sobre la existencia y la mortalidad, que siguen siendo, básicamente, las mismas de siempre.

La biografía de E ha sido siempre su principal fuente de inspiración y, por tanto, a uno le interesarán más o menos sus canciones en función de lo apelado que se sienta por lo que él cuente. “Strawberries & Popcorn”, por ejemplo, encierra esa agridulce sensación de disfrutar de la nueva liberación de estar sin pareja y poder cenar lo que quiera y, al tiempo, el patetismo asociado a que esta consista en fresas y palomitas porque era lo único que le quedaba en la nevera. Su cita de una frase del actor Colin Firth en el filme dirigido por Richard Curtis en 2003 “Love Actually” (“no aguanto a Eels”) lo lleva a reflexionar en “Good Nigh On Earth” sobre sus haters, aunque en realidad debería celebrar (¿lo hace?) el modo en que ha conseguido trascender en la cultura popular. Probablemente eso se deba a lo bien que ha sabido labrarse un personaje que cultiva el humor fino con cierta sensación de locura, pero, al tiempo, siempre controlada y realmente accesible, disimulando que lleva desde 1996 haciendo, básicamente, la misma canción una y otra vez. Y jugando con habilidad a sabiendas de que esta gustará a mucha gente. Un buen ejemplo en este disco es “Learning While I Lose”, que parece pensada para recaudar una fortuna con los derechos de sincronización de alguna serie de Netflix. ∎

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