“All I Want For Christmas Is A Synthesizer”, cantaba Evripidis Sabatis, aka Evripidis And His Tragedies, en el single que grabó para las navidades de 2019. Y parece que los Reyes Magos le hicieron caso, ya que su quinto álbum lo reinventa completamente al propulsarlo hacia el brillo y la penumbra del electropop. El cambio ha sentado realmente bien al ateniense, que esta vez aparcó el sonido orgánico y ampuloso de sus inicios para componer y grabar él solo en su casa de Barcelona. O, bueno, en realidad no tan solo, ya que su compañero Marc Ribera (Doble Pletina) lo ayudó bastante en arreglos, programaciones, sintes y preproducción, hasta que luego les llevaron los temas a Sergio Pérez (Svper) para terminar de pulirlo. Las colaboraciones se extenderían posteriormente a figuras de ultraculto en el indie pop internacional, como Greg Godlberg de The Ballet (que canta en “Bitter”), Max Jacob Andrucki de The Smittens (voz en “Wild Reeds”) y Rachel Kenedy de Flowers, con quien comparte un rutilante dueto en “Your Dreams”, el gran hit del disco. Además, sospechosos habituales como Francina Ribes y Laura Antolín –también de Doble Pletina– hacen sus aportaciones, entre otros colaboradores de confianza.

No es tan diferente en cuanto a la temática y la forma de hacer canciones que el artista siempre ha explorado. Al parecer, el punto de partida fue “Melancholia”, inspirada por un ataque homófobo que sufrió en Atenas hace siete años, y que levanta con un coro de amigos que lleva la tragedia hacia la “grandeur” y la redención anímica. La aparente cita al filme de Lars von Trier no pega tanto como la que remite a “Los juncos salvajes” (André Téchiné, 1994) en “Wild Reeds”, donde sus recuerdos vuelven a visitar un verano de iniciación. 

Las canciones de “Neos Kosmos” se refugian en el abrazo de lo íntimo (amigas, amantes) para hacer frente a los sinsabores del mundo exterior, reivindican desde lo agridulce y la pista de baile (“Kanonikotika”, normalidad en griego, arremete contra lo más reaccionario de la sociedad de su país), fantasean con fantasmas que regresan y con romances que parecían posibles pero no lo eran. Me encanta su forma de afrontar las paranoias cotidianas en líneas como “And you came late at night / You were not picking up my calls / And I knew you drive without your glasses on” en “The Reason”. Música, como diría nuestro compañero Juan Manuel Freire, para bailar con lágrimas en los ojos, cuyo espíritu recuerda a clásicos de esto como Pet Shop Boys, St. Etienne o las bandas del sello Labrador, pero también a los mencionados The Ballet o Molly Nilsson. ∎