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De Fatoumata Diawara se sabe que, pese a contar con un solo álbum a su nombre (“Fatou”, 2011), es ya la princesa de la música malí, la heredera de la gran Oumou Sangaré, cuyo legado protege y prolonga con su preciosa voz y su habilidad a la guitarra. El cubano Roberto Fonseca, que empezó acompañando al gran Ibrahim Ferrer, cuenta ya con algunos discos y es uno de los pianistas que mejor han hermanado la música cubana con la de los Estados Unidos; mayormente el jazz, pero también el soul y el funk, como en la apertura de “Sowa”, primer corte de este disco conjunto en directo. En 2014 juntaron fuerzas en una gira y grabaron el concierto del 4 de agosto en Marciac (Francia).
Los seis largos temas aquí recogidos combinan las bandas y el repertorio de ambos en una suerte de crisol de ritmos, armonías y melodías africanas, afrocubanas y afroamericanas en general, una de las muchas fusiones globales posibles que, en este caso, no resulta nada forzada, sino que fluye de modo absolutamente natural. Los cubanos aportan el piano, el bajo y la percusión; los malienses, la voz, las guitarras y el ngoni.
Hay pedazos de canción aquí y allá en los que la voz de Fatou te hace estremecer, pero los desarrollos instrumentales son largos y te llevan a lugares insospechados (Fonseca es un improvisador nato). De todo ello nace una “Real Family” –único tema que firman juntos– a la que estás invitado. ∎