Álbum

God Is God

MetamorphosesBureau B-Gran Sol, 2022

Se nos dice que “Metamorphoses” es el fruto del editaje de Sebastian Lee Philipp (de Die Wilde Jagd) del segundo encuentro improvisatorio del turco Etkin Çekin con la bielorrusa Galina Ozeran, aka God Is God. El primero fue hace cuatro años y se publicó en la casete “GiG” (Kinship, 2018). Haya o no un plan previo sonoro o temático, en realidad se supone que la gran mayoría de las canciones surgen así: un grupo (o músico en solitario) se pone a tocar lo primero que le sale y cuando da con una progresión que le parece interesante la depura, le da forma de estrofa o estribillo, le busca un puente, una introducción, unos arreglos, un sonido apropiado y, si se tercia, le añade una letra que a su vez necesitará de otra o la misma melodía. (Si se parece a algo ya existente se buscará alguna variación que lo disimule). Pero aquí parecen referirse a que la sesión se grabó tal cual y de ahí se ha recortipegado hasta formar estas diez piezas. Gran mérito de Lee Philipp, si es el caso, porque resulta difícil imaginarse algo azaroso en este viaje fascinante desde la cinemática al paisajismo crepuscular.

Al contrario de “GiG”, que, salvo un corte de diez minutos, contenía un compendio algo más pedestre de miniaturas de diverso pelaje, en este segundo encuentro hay una apuesta por el desarrollo envolvente, por la tela de araña en la que dejarse atrapar. La guitarra de notas mantenidas y abuso de compresor de Çekin, escuela progresiva setentera, asoma en la miniobertura inicial “Behind The Heroes”. Aunque omnipresente, su protagonismo se reserva para transiciones que bordean la new age como la espacial “Masha-Marie”, la cristalina “Drops” o la autodescriptiva “Dream”. Pero la chicha está en enredaderas sonoras como “The Song”, con sinuoso bajo sintético, apoteosis de percusiones electrónicas exóticas, acolchados falso-orquestales y un leit motiv que recuerda (muy) lejanamente al tema central de la película “Get Carter”(1971) compuesto por Roy Budd, y entre cuyas dos partes se cuela una indómita “Liquid Space” de esqueleto percutivo obsesivo y conclusión misteriosa con el fraseo susurrante de Ozeran. Si ahí nos suena vagamente al de Cosey Fanny Tutti, qué decir de la final “Song To The Siren”, donde las líneas de sintetizador y sus sensuales recitados en el oído podrían pasar por una grabación perdida de los Chris & Cosey de “Songs Of Love And Lust” (1984) o “Exotika” (1987). Todo lo apuntado antes y después se fusiona felizmente en todo su esplendor en “Metamorphoses”, burbujeo electrónico, tensión dark y ocasionales cantos letánicos en ruso e inglés, con deconstrucción a modo de reprise en la breve segunda parte. ∎

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