El amor tiene mil caras y Maria Rodés y David “La Estrella de David” Rodríguez nos invitan a explorarlas en las doce canciones de “Contigo”, un álbum “de pareja” que, apuntémonos al tópico, resuena (sin esconderse) a los gloriosos trabajos conjuntos de Lee Hazlewood con Nancy Sinatra (y Ann-Margret) de finales de los años 60.

Producido por Sergio Pérez, “Contigo” hinca sus raíces en una especie de country-folk que le va como anillo al dedo a unos textos que hablan de enamorarse desde diferentes ángulos, a veces divertidos, a veces amargos, siempre con un punto naíf que le quita hierro a la sombra de la tragedia y encuentra en las descripciones cotidianas su mejor arma para radiografiar los corazones de los protagonistas.

Rodríguez, a estas alturas de su carrera, ya no tiene nada que demostrar (en todo caso, lo que hace falta es que, de una vez por todas, se le muestre más ampliamente el reconocimiento que merece) y Rodés, pasito a pasito, se está construyendo una trayectoria que la sitúan entre lo mejor y más libre de complejos de la agenda cantautoril hispana (vuelvan a discos como “Maria canta copla”, de 2014, o al “Lilith”, de 2020, y lo comprobarán).

La pareja catalana quiere hacer el amor sin prisas (“Hacer el amor”) y a la forma antigua, con una máxima (“querernos lo justo / para amarnos siempre”) que se mece entre brisas campestres y acelera el trote en “Lo que vendrá ya vendrá”. Hay bajón emocional en el baladón “Venga va” y mucha retranca de porche y hoguera en “Zombi” (amor sin barreras); también filigranas de mimbres folk sobre amores perdidos como “Fantasmas” (“Hoy los fantasmas de mis amantes / Son solo el eco de mi soledad / Que a veces vienen un rato a molestar”) y una de las mejores canciones de ruptura jamás hechas aquí (“Viernes”: “Un viernes te fuiste / Para no volver / Y no te quise retener / Ahora en mis pesadillas / Recuerdo el horror / De no poder quererte mejor”).

¿Ejercicio de estilo? Sin ninguna duda. Pero ejercido con talento, ingenio, mucha creatividad y, lo más importante, una primorosa y equilibrada emoción que borra cualquier ángulo del cliché.

Grandes amantes, grandes canciones: uno de los must de 2021 ya casi moribundo. No lo dejen escapar, por favor. ∎