Contenido exclusivo

Para poder leer el contenido tienes que estar registrado.
Regístrate y podrás acceder a 3 artículos gratis al mes.

Inicia sesión

Álbum

Mura Masa

demon timeAnchor Point-Polydor-Universal, 2022

03. 10. 2022

Detrás del nuevo disco de Mura Masa hay unas intenciones loables: olvidarse de cualquier presión estética o artística, pasar de expectativas, bucear en los mp3 de su viejo iPod y traérselos para montarse una fiesta que parece empezar en el dormitorio –un poco a cámara lenta y con la gama cromática vaporwave de rosas pálidos, verdes flúor y celestes que también evoca la portada– y que se sube al coche para, después de dar algunas vueltas por las calles vacías e inundadas en luz artificial de la ciudad, acabar en cualquier club. Bajas la ventanilla, gritas un poco ebrio algún estribillo de esos que marcó tu adolescencia, te portas un poco mal mientras tus amigues documentan todo con sus móviles y lo suben a Instagram o a TikTok conformando un collage fragmentado de escenas que se parece mucho al revoltijo de recuerdos que has de ordenar, a la mañana siguiente, de resaca.

Sin duda, muchas de esas noches son liberadoras y, por lo tanto, necesarias: se nutren de nostalgia, ponen en stand-by el raciocinio y funcionan como una cacería de endorfinas. Y es quizá lo que, en este momento, con la pandemia ya prácticamente sacada de encima, le pedía el cuerpo al productor de Guernsey, en la Normandía británica: desempolvar el Nokia y hacerlo –más o menos– funcional. Ahora las “hollaback girls” de Christina Aguilera son “bitches”, y todos los sonidos de algún modo relacionados con la electrónica dosmilera aparecen actualizados así en el imaginario de Alexander Crossan en este nuevo “demon time”: el post-dubstep de “2gether” –muy en la línea del Flume circa 2012 y con Gretel Hänlyn haciendo de 070 Shake–, el R&B electrónico de “bbycakes” –que interpola el “Babycakes” de los one hit wonder 3 Of A Kind, uno de los temas normalmente considerados precursores del UK garage, y en el que el dream team formado por Lil Uzi Vert, Shygirl y PinkPantheress no brilla todo lo que podría– o, en general, todo el pop comercial de principios del milenio –unas veces desde las perversiones de brilli-brilli y peluche de PC Music, con esas voces delirantemente aceleradas y embadurnadas de Auto-Tune de “slomo”; otras, como en “blush”, siguiendo la estela de la reivindicación del sonido Kylie Minogue en la “Future Nostalgia” (2020) de Dua Lipa, con “mwah” incluido–. BAYLI, de hecho, parece hasta frasear como Taylor Swift en el mood setter que es “demon time”, un tema absolutamente hyperpop que tiene más que ver con eso, con PC Music, que con cualquier cosa que haya hecho la texana.

Pero no se queda ahí. Slowthai –que ya está en su salsa en el club después de colaboraciones varias con el propio Mura Masa, Disclosure o Mount Kimbie– se pasa para dejar su huella en el electroclash “up all week”, igual que Chanel Tress hace lo propio en el deep house marca Ibiza que es “hollaback bitch”, demostrando por qué es uno de los mayores exponentes del estilo. “prada (i like it)” pone a la novísima cantante británica LEILAH a hacer de popstar en lo que podría ser un infeccioso funk de Gorillaz. Asoman resquicios de EDM y hasta trompetillas houseras como las de “blessing me”, cannábica canción con Pa Salieu y Skillibeng que marca una de las salidas de guion más evidentes de “demon time” junto al reguetón sui generis de “tonto”, con la hondureña Isabella Lovestory. Pero, sin duda, una canción captura y resume la energía del conjunto: “e-motions” con Erika de Casier, que homenajea a la manera Mura Masa la IDM de los primeros 2000, el 2-step británico de finales de los 90 y el sonido de artistas como Artful Dodger.

“demon time” es, en fin, un disco fragmentado y scrolleable que, por las propias limitaciones de su formato fugaz, será igualmente fácil de olvidar. ∎