Álbum

Natalie Merchant

Keep Your CourageNonesuch-Warner, 2023

Parecía que se había marchado pero no, la cantante original de 10.000 Maniacs –dejó la banda en 1994– estaba de parranda. O, más bien, entretenida reordenando su viejo catálogo, ocupada en actividades sociales y medioambientales, o siendo nombrada miembro del prestigioso Consejo de Administración del Centro del Folclore Americano de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos. Natalie Merchant, como no podría ser de otra forma, se toma cada uno de sus escasos discos con material nuevo –o reciclado– muy en serio. No es una compositora prolífica y, a pesar de que su pulcrísima web oficial indica que “Keep Your Courage” es su noveno álbum en estudio, en realidad se trata tan solo de su quinto disco en solitario con canciones enteramente suyas tras, contémoslos, “Tigerlily” (1995), “Ophelia” (1998), “Motherland” (2001) y “Natalie Merchant” (2014).

Físicamente menuda pero dotada de una potente y clara como el agua de un arroyuelo voz de barítono que, por cierto, ha subido al menos una octava con el paso de los años, Merchant se presenta como lo que es, toda una infalible institución de la canción americana, porque decir “folk” se quedaría demasiado corto. Así lo demuestra de nuevo “Keep Your Courage”, un trabajo impecable sobre los vaivenes del corazón cuyo único punto débil podría ser cierta estandarización de las formas. Claro que si por estándar entendemos Van Morrison, llenemos la saca hasta que rebose. A esto se le puede llamar también clasicismo, rasgo de nuevo presente en la resiliente y sabia sencillez de su título.

Esa sensación de lo ya visto y oído va disipándose a medida que avanza este trabajo sólido como el roble. El disco empieza con “Big Girls”, donde Merchant hace dúo vocal con la cantante afroamericana Abena Koomson-Davis, directora del Resistance Revival Chorus, proyecto relacionado con el movimiento por la defensa de los derechos civiles en Estados Unidos. Es bien conocido el activismo de Merchant y la cosa promete perezón con buenas intenciones, pero te olvidas del prejuicio con el retrato de una persona que disfraza su vulnerabilidad de árida dureza. En el segundo corte, “Come On, Aphrodite”, parece que pronuncian “come on, afro-daddy” y no el nombre de la diosa del amor. Jugadas de la fonética.

“Keep Your Courage” contiene un buen número de personajes mitológicos: el Ángel de la Guarda, San Valentín de Roma, “Narcissus” o el reyezuelo perseguido de “Hunting The Wren” –la única versión del álbum, escrita por Ian Lynch, líder de los dublineses Lankum–. Estas dos últimas, orquestadas por la violinista Megan Gould con la ayuda de David Spear en el primer caso. El rango vocal de Natalie Merchant recuerda a singer-songwriters como su compatriota Carole King. Sin embargo, la cantante de Jamestown –una pequeña localidad del estado de Nueva York– alberga querencias folk y timbres que la emparentan más con Sandy Denny. “Eye Of The Storm” apunta a los épicos anhelos marinos de Fairport Convention y avanza hacia la céltica Irlanda con unos arreglos de violín que te hacen sentir un poco como “the king of the world” pero sin naufragio.

Las diez canciones de “Keep Your Courage” van sumergiéndote en un mundo repertorial de solidez indestructible y a prueba de aburrimiento. La bíblica “Tower Of Babel” contiene exóticos ritmos y arreglos de viento –obra de Steve Davis– que remiten al etíope Mulatu Astatke y al R&B apocalíptico del penúltimo Leonard Cohen, incluida la temática contemporánea que se resume en las frases “everybody’s so confused” y“nobody gets out alive”, aunque esta bella música te puede ayudar a evitarlo de momento. En “Sister Tilly” sale a colación la cantautora amerindia Buffy Sainte-Marie entre cuerdas –esta vez obra de Gabriel Kahane– que mecen el alma, no como una ligera brisa salada, sino con el poder de una tempestad. Es una de las mejores canciones de este disco espiritual y sinfónico producido por la propia Merchant, pero no con una orquesta de sesión sino tirando de una lista de músicos cuidadosamente escogidos. Y al final de todo, por supuesto, vence el amor a pesar del tiempo laminador y de las decepciones. Sí, de diez. ∎

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