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Álbum

Ozmotic / Fennesz

SenzatempoTouch, 2023

29. 05. 2023

El dúo instrumental italiano Ozmotic lo formaron en 2010 el doctor en física acústica –y compositor, pianista, saxofonista, profesor, diseñador de sonido y artista visual y multimedia– Riccardo Giovinetto y el percusionista y compositor Simone Bosco –un habitual de las escenas jazzística y de la música culta italianas, entre cuyos grandes logros figura haber creado el espectáculo de ochenta percusionistas que se ofreció durante la inauguración de los XX Juegos Olímpicos de Invierno, celebrados en 2006 en Turín–. Juntos son conocidos por sus experimentos en electrónica y glitch que suelen realizar para espectáculos teatrales, pero también son reconocidos por sus colaboraciones discográficas –juntos o por separado– con músicos de vanguardia como Murcof, Senking, Mary Halvorson, Eberhard Breitschneider o, como es el caso, el guitarrista austriaco Christian Fennesz.

Con este último su relación comienza hace ahora diez años, primero en sesiones en privado, luego en directo y, finalmente, con el lanzamiento de su primer disco colaborativo –en realidad, también el primer disco de Ozmotic–, “Air Effect” (2015), que se prolongaría una año después con la participación de Fennesz en el segundo álbum de Ozmotic, “Liquid Times” (2016). En 2018 Ozmotic fichó, por mediación de Fennesz, por el legendario sello londinense Touch –que este año cumple cuarenta años y para el que han grabado artistas como Oren Ambarchi, Hildur Guðnadóttir, Philip Jeck, Phill Niblock, Peter Rehberg o Jana Winderen, además del propio Fennesz–, con el que publicaron su tercer álbum, “Elusive Balance”.

Ahora llega “Senzatempo”, un nuevo capítulo en la fructífera relación del dúo italiano con el guitarrista austriaco. Curiosamente, el disco comenzó a gestarse en 2019, partiendo de las charlas que mantenían los tres músicos sobre los aspectos “más frenéticos y superficiales de la sociedad contemporánea” y la dificultad de “dejar madurar ideas y proyectos y de cómo la música puede seguir desempeñando un papel constructivo en ese contexto”. La idea era desarrollar un nuevo proyecto, con calma, sin prisas… Y en esas llegó la pandemia, el arresto domiciliario al que nos sometieron durante cien días y las restricciones de movimientos posteriores. El álbum encontró en el distópico momento histórico en el que se gestó la oportunidad de plasmar esas ideas, para llevarle la contraria al frenesí contemporáneo en favor de una acción musical reflexiva… hasta el punto de que el disco no se grabó hasta casi un año y medio después, en noviembre de 2021, cuando pudieron reunirse en Turín y plasmar en apenas dos jornadas el fruto de los múltiples ensayos telemáticos realizados.

La búsqueda de un equilibrio virtuoso entre fuentes acústicas y electrónicas sigue siendo el eje principal de la investigación de Bosco y Giovinetto, por un lado, y Fennesz, por el otro, traducida en amplias armonías sintéticas, inmersas en un incesante flujo de interferencias y resonancias percusivas que dibujan movimientos melódicos sinuosos, desgarrados por la acción corrosiva de la guitarra, cuyas apariciones llevan el sonido hacia picos de gran intensidad.

Si en su primer álbum, “Air Effect”, el compás era regular, en “Senzatempo” la sonoridad dominante es informe y etérea. La onírica pieza ondulatoria que abre y da título al disco brilla de manera iridiscente con las cálidas cuerdas sintetizadas, y termina transformándose en algo mucho más abrupto con la angustiosa aspereza de “Floating Time”, el segundo de los cuatro temas que conforman el álbum. El momento más atmosférico lo encontramos en el burbujeo melancólico de “Motionless Image Of Eternity”, mientras que las dos secciones de “Movements I – II”, preñadas de tensión sigilosa, desembocan en un glitch/noise terminal marcado por un patrón rítmico insospechado hasta entonces, con influencias del shoegaze y el post-rock. Dicho de otro modo: el contraste entre el enfoque más minimalista de Ozmotic y la turbiedad experimental del austriaco funciona. ∎

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