Álbum

PinkPantheress

to hell with it Parlophone-Universal, 2021

Es un hecho: hemos desdibujado del todo ya la línea que separaba la realidad de lo virtual y, sin duda y sin rechistar, esa es nuestra realidad ahora. En cualquier momento cualquier usuario de internet puede dejar de serlo para saltar de la pantalla y convertirse en una estrella musical o lo que se proponga (o incluso casi sin quererlo). No es algo que nos coja de improviso; estamos ya más que familiarizados con el bombardeo de contenido a través de las redes, pero hay algo que prende rápido como la pólvora y hace que se nos aparezca de la noche a la mañana, como en el caso de PinkPantheress.

Lo primero que supe de PinkPantheress fue que “salía de TikTok”, que resulta ser la fábrica (y relanzadera) de hits de nuestros tiempos. Cuando tú crees que algunas canciones han aparecido en las listas de éxitos por selección natural, hay detrás una app que de inocente no tiene nada y que hace que entres en el perfil de una plataforma de streaming de unx nuevx artista y sepas exactamente cuál de ellas es la que se hizo viral en TikTok por la desmesurada cantidad de reproducciones que tiene. Da igual que tenga una sola canción o diez discos: sabrás cuál es “esa de TikTok”.

PinkPantheress, cuyo AKA fue inicialmente elegido para su usuario de TikTok y del que no pudo desprenderse una vez arrancó la rueda de lo viral, se ha servido de las herramientas que han facilitado la producción musical a su generación y las ha aplicado a unos sonidos que, aparentemente, no le corresponden. Sus referencias envuelven un criterio musical y estético que, claramente, señalan una época e ideas concretas pero que a la vez hacen evidente que no coexistió con ellas. La “nueva nostalgia” es la etiqueta que ella misma se ha adjudicado y con la que nos es tan sencillo empatizar a la generación Z: la nostalgia de algo que no hemos vivido; en su caso, los ritmos UK garage y jungle.

“to hell with it” es el estado transitorio en el que te ubicas cuando convives con la contradicción y la inconformidad de lo impuesto, que vendría a ser esa tarde del viernes en la que vuelves a casa escuchando My Chemical Romance y te arreglas para salir con tus amigas escuchando Charli XCX, algo que, por extraño que suene, no tiene nada de inconexo. Un sonido limpio y fácilmente pegadizo que basta con una sola vuelta al repertorio para acabar cantando sin darte cuenta esos armoniosos y dulces “la, la, las” que entona en “Pain”, y que reúne todos los ingredientes para sonar como una de las voces que pertenece al “lado” de TikTok que se identifica con la cultura musical lo-fi y el pop alternativo.

Se agradece un disco que escuchas en 18 minutos y 36 segundos, que podrían ser unas páginas arrancadas de un diario adolescente y que nos acostumbra de nuevo a este sonido con la satisfacción que dan las canciones cortas que saben acabar cuando tienen que acabar. ∎

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