La edad no es un asunto menor para entender la música de Rojuu, sobre todo desde la perspectiva de quienes casi se la doblamos. Al fin y al cabo, la adolescencia de muchos no fue tan distinta: hiperactividad online, obsesión por el manga y el anime, evasión de la realidad a través de videojuegos, enfatización de sentimientos negativos para exorcizar crisis de identidad modernas e idealización del amor romántico que, a edades tempranas, tan doloroso resulta. Da igual si hemos acompañado estos rituales de la escucha profunda de Camela, Justin Bieber, Yung Beef o lo último de Playboi Carti, todos hemos sido Rojuu alguna vez.

“Roku Roku”, primera referencia del prolífico barcelonés en 2021, rezuma todo eso en el ahora, en este preciso momento. Cada corte evoca un mood distinto, una emoción pasajera más fácil de describir con un meme o con emojis que con palabras. En esta ocasión, las brillantes texturas electrónicas reclaman protagonismo mientras las guitarras se evaporan: apenas asoman en “Si te vuelvo a ver”, apertura synthpop percusiva, casi ambiental, a dúo con la promesa murciana Maria Blaya; “Muy Lind4”, nueva producción del estadounidense Fish Narc, del colectivo emo rap GothBoiClique; y “Creo que me estoy enamorando Pt. 2”, cierre dream pop que reconecta con su primera mixtape.

Desde Venezuela, su fiel beatmaker Carzé amplía la paleta de sonidos que en 2020 ya auguraban algunos temas de “OOO”  y “Y3Y”  sin mancillar la cohesión de la mezcla. Las transiciones, perfectamente hiladas, nos adentran en estados de éxtasis hyperpop (“Dogs Heaven”, “Un abrazo más” o “No quiero volver”) que dialogan con la muerte o el desamor entre vocales de Auto-Tune angelical y explosiones glitchcore que tanto encuentran afinidad en PC Music como en Bladee y su Drain Gang, pero también en cadencias trap lisérgicas a lo Sticky M.A. (“Slenderman”, “Pero no importa” o la colaboración con Underaiki) y cándido indie pop (“Umi”).

Un alarde de versatilidad que permite a Rojuu esbozar la fluidez de su generación, pero también tender puentes con las anteriores: el sample de “Amor imposible” de Camela, himno previo a su propio nacimiento, resuena ahora mismo en el dormitorio de algún chaval de los 2000 a quien han roto por primera vez el corazón. ∎