Santa Salut es una de las pocas artistas españolas –y la más desconocida– que han aparecido en la plataforma Colors. Su sesión de 2021 mostraba el enorme potencial de una rapera de vieja escuela, curtida en el freestyle y crecida bajo la influencia de los grandes nombres estadounidenses de los 90 y los 2000. Lo que más llamaba la atención entonces era la potente mezcla de fragilidad y fortaleza con que Salut Cebrià interpretaba sus temas. En su mixtape autoeditada, “Conversaciones internas” (2019), primaba su actitud combativa, que se transmitía poderosa y honesta, pero demasiado adscrita a los lugares comunes del feminismo y antifascismo, aun por muy necesarios que estos sean siempre.

Su primer álbum propiamente dicho, “DISCORDIA”, sorprende por una versatilidad que lleva a la artista de Sabadell a otro lugar. Se trata de un disco de recorrido conceptual (por el cielo, la tierra y el infierno) en el que su visión social se traslada a las relaciones románticas hasta llegar a la conclusión de que el amor a una misma es la clave de todo. Lo temático –otro cliché, al fin y al cabo– es mucho menos interesante que las formas. Ahora, Salut mezcla su flow con partes en las que se atreve a cantar con una voz valiente, ruda, poco educada, y mezclar con mucha gracia castellano, catalán, inglés y algunos fragmentos en francés. Estilísticamente, flirtea también con la balada, el soul, el blues y, más llamativa, la rumba de “LA MINIFALDA” –con guiño incluido a Gipsy Kings, insólitamente de moda si sumamos a esto su colaboración en “El Madrileño” (2021) de C. Tangana– y el divertidísimo órdago drill de “CHA CHA CHA”. También es generosa en colabos, aunque la más destacada de ellas es “THREE”, junto a Eliane y Sofía Gabbana, un ejercicio consciente de sororidad que la pone más cerca de su sueño de ver más squads completamente femeninas. Santa Salut, es todavía una artista en construcción, pero su futuro es más que prometedor. ∎