A veces, basta con desempolvar el coche viejo y destartalado de tu padre para desenterrar tus raíces. Ese automóvil que cada vez hacía más ruido y en el que casi mueres asfixiado de calor en sus últimos dos veranos de vida porque, por supuesto, el aire acondicionado brillaba por su ausencia y la ventanilla de tu asiento dejó de funcionar por misterios de la vida. PO2054AZ es la matrícula del Peugeot 205 del padre de Sen Senra, un vehículo (literal y figurado) que ahora el artista gallego saca del desguace para poner nombre a su nuevo álbum y etapa artística.
Lejos quedan aquellos dos trabajos que comenzaron a poner a Sen Senra en el mapa del pop patrio como se merecía: “Sensaciones” (2019) y el EP “Corazón cromado” (2021). “Poco y de calité. No somos glotones”, nos dice en “No quiero ser un cantante”, lead single de este nuevo álbum. Quizá sea la frase que mejor define la propuesta de Christian, en la que la radiofórmula o los lanzamientos masivos de singles insulsos no tienen cabida. El producto de Senra es, continuado con el símil gastronómico, gourmet, cocinado a fuego lento y tal vez no apto para todos los paladares. Su discografía cuenta con los hooks y ad libs necesarios para que un tema se pegue dentro de la gran masa popular, pero al menos con “PO2054AZ” el gallego ha dado un paso más allá y nos ha deleitado con un trabajo más vanguardista y experimental de lo que nos tenía acostumbrados.
Sen Senra tiene el talento y la sensibilidad para componer, el carisma para defender las canciones con un delivery impecable y, por qué no decirlo, los contactos idóneos. Porque para hacer un trabajo bueno siempre hay que saber rodearse de peña que esté dispuesta a arriesgar contigo y seguir tu intuición. Por ello, a estas alturas ya no es de extrañar que Sen haya colaborado en este álbum con grandes capos de la industria internacional como Sky Rompiendo en “Uno de eses gatos” o Tainy en “Completamente loco”. Trabajando mano a mano con los responsables de haber hecho crecer la inmensa burbuja de la música latina alrededor del globo, pero llevándolos a tu terreno y a tus códigos locales. Ese es el verdadero triunfo de Sen Senra: utilizar el potencial de semejante trampolín internacional como vehículo a la hora de contar historias locales. Y lo más complicado: no perderse por el camino.
Porque, de los trece temas del tracklist, lo que sigue dejando huella es el constante viaje de vuelta que hace Sen Senra hacia sus orígenes. “Está sexy” y “Taba sucio” funcionan muy bien con ese lenguaje y beat sensuales que tanto caracterizan las canciones del artista; tampoco hay duda de que “Blue jeans y un crop top” es la mejor ejemplificación del sonido Senra con esa producción minimalista pero envolvente. Aunque lo que pone verdaderamente los pelos como escarpias y centra la atención es escucharlo hablar sobre el Prestige en la desgarradora “Sin excusa”; o cuando dice en “Familia” que, a pesar de haber visitado Nueva York, Miami o Argentina, prefiere regresar a la tierra, en la que “si le falta a mi vecino, yo lo cuido como hicieron mis abuelos”.
Las contradicciones de la fama y el éxito también son temáticas frecuentes en el catálogo del artista, como se puede ver en “Mi norte”, donde ya no se distingue el trabajo de las vacaciones por tener siempre el motor en marcha. Pero es en el tema de cierre del disco, “Da igual lo que opine la gente”, donde Sen Senra se recuerda a sí mismo que todo está bien. Que, parafraseando de nuevo el tema inicial, al final “no es tan importante”. Llegado a este punto en una carrera, repetírtelo hasta la saciedad seguramente sea la única manera de no perder la cabeza. ∎