Al referirse a
Sepultura se pueden utilizar tantos adjetivos y dibujar tantas metáforas como con Tindersticks, PJHarvey, Tricky, Tortoise o A Guy Called Gerald. Si
“Chaos A.D.” (1993) invitaba a partir de cero para crear desde la destrucción,
“Roots” propone una mirada interior en busca del material que ha de cimentar el futuro de una banda inquieta, que prefiere moverse en lugar de acomodarse y engordar hasta que el trasero quede atrapado en un lujoso sillón de oro.
Por una vez, hablar de ritmo tribal no es un artificio retórico, sino la mejor manera de describir el latido de un disco redondo, rotundo como el movimiento perpetuo de una bola de acero. Sobre ese ritmo patrimonio de Sepultura se construye la síntesis definitiva de agresividad, resentimiento, furia, pasión, tradición, vanguardia, clasicismo, ambición, orgullo y respeto. No hay delirios intelectuales, ni siquiera artísticos, y precisamente por ello han logrado asimilar con naturalidad las raíces y el sentimiento de algunas músicas brasileñas. No, grabar con una tribu amazónica, los xavantes, no se refleja en una fusión de laboratorio, sino en una cópula exultante con un abundante intercambio de fluidos que dan vida a temas como
“Ratamahatta” (con Carlinhos Brown) o
“Itsári”, pero también a todo el disco en conjunto.
“Roots” es un trabajo de una sola pieza, una unidad sin fisuras, donde el thrash más violento y la brutalidad eléctrica se engarzan con la profundidad acústica del cuero y de la madera. Inaudito, tremendamente vivo e inesperado por su desbordante calidad. A sus pies. ∎