¿Cómo se responde al estallido de una pandemia y a tantas pistas de la posibilidad del fin del mundo tal y como lo conocemos? Puedes optar, quizá sin querer, por la parálisis. O puedes tratar, como Sharon Van Etten, de hacer cómputo de todo lo que está pasando (o todo lo que no debería estar pasando) en forma de canciones que te abran camino y quizá también hagan algo parecido para otros.
Grabado por Van Etten en su estudio casero de Los Ángeles, “We’ve Been Going About This All Wrong” puede sonar cálido y modesto, sobre todo en relación a la osadía sónica de “Remind Me Tomorrow” (2019), en el que, del brazo de John Congleton, la artista experimentó con la electrónica oscura, los sintetizadores chillones y los beats sincopados. Pero es un disco quietamente épico, recorrido por grandes crescendos, con preocupaciones que van más allá de lo doméstico y personal y alcanzan lo global. No trata solo de cómo puede salir adelante Sharon Van Etten; trata también de cómo podemos salir adelante como especie.
En la inicial y poderosa “Darkness Fades”, la narradora observa el mundo con miedo desde dentro del refugio del hogar, esperando que después de la noche vengan los cambios. Ese falsete roto se clava en lo más hondo. Justo después, Van Etten elucubra en “Home To Me” sobre su (único) hijo y su eventual e inevitable camino hacia la independencia. Ya en “Are We There” (2014) compuso sobre la dificultad del músico para tener relaciones a largo plazo. En “We've Been Going About This All Wrong” hace algo similar, solo que hablando de la relación maternofilial. “Tengo mi trabajo / No me lo eches en cara”, canta en “Home To Me”, como si tuviera miedo a que su hijo, algún día, le eche en cara que no le dedicara el 100% de su tiempo. De fondo, sintetizadores entre Johnny Jewel y Angelo Badalamenti van creciendo en fuerza y después, poco a poco, se vuelven a difuminar. Bellísima canción. También lo es “Far Away”, compuesta por Van Etten para que su hijo pueda recordar que ella le quiere todo el rato, incluso cuando está de gira.
El lado existencial del disco incluye también “Come Back”, canción en la que Van Etten podría estar cantando/suplicando que regrese a su compañero romántico o, quizá, a una versión más pura de sí misma. Pero lejos de pensar solo en ella misma y los suyos, puede pasar “la noche en vela” pensando “en la guerra y la paz”, como canta en “Anything”. Después está “Born”, inspirada por “la rabia y la frustración sobre lo que no ha cambiado” con la pandemia, como nuestra actitud hacia el cambio climático. “I’ll Try” hace referencia a las protestas contra la violencia policial de verano de 2020: “Vayamos a marchar, iré hacia el centro”.
Para Van Etten, se trata de una obra tan compacta que no merecía ser despedazada y ofrecida en pequeños avances. No ha habido singles, pero, de haber sido necesarios, algunas elecciones obvias habrían sido “I’ll Try” o “Headspace”, por conectar en su pulso electro-rock con “Remind Me Tomorrow”. Pero el hit entre hits es “Mistakes”, una invitación a bailar sin salir de casa. Si seguimos los pasos de Van Etten, a bailar “como Elaine”, seguramente la Elaine Benes de “Seinfeld”. Toque de humor necesario. ∎