Álbum

SPELLLING

The Turning WheelSacred Bones-Popstock!, 2021

Mazy Fly” (2019), anterior disco de Chrystia Cabral, apuntaba maneras y nos emplazaba a seguir la pista a esta inclasificable artista que actúa bajo el alias de SPELLLING (escrito así, con tres Ls). Lo que llega ahora es el jubiloso cumplimiento de una promesa, una extraordinaria mariposa que alza el vuelo dejando atrás los restos de una crisálida donde se fraguaron los mimbres de “The Turning Wheel”, una de esas obras poliédricas y complejas pero que, al mismo tiempo, se muestran asequibles y rehúyen aproximaciones demasiado densas.

Lo que antes era una propuesta basada en la electrónica se abre ahora a una frondosa instrumentación que involucra a treinta y un músicos y que engloba una rica gama de sonidos acústicos –piano, banjo, sintetizadores, lujuriosos arreglos de cuerdas…– sobre los que la cantante aborda temas vitales y de gran calado, como los ciclos de la vida, la incertidumbre ante el futuro o la dimensión espiritual que se cuela en el devenir humano en el gigantesco teatro del mundo. Además, lo hace con una declamación precisa y casi teatral, siempre misteriosa, y con giros melódicos que nos traen a la memoria tanto el sabor de los musicales clásicos de Hollywood como el trabajo de divas como Björk o Kate Bush.

Los doce cortes que componen el disco están divididos en dos mitades –“Above” y “Below”–, siendo la primera mucho más luminosa y enfática, y la segunda más introspectiva y melancólica. De esta manera, Spellling nos da su personal visión de los claroscuros existenciales en una obra que nos ofrece un fresco grandioso de la condición humana y del extraño carnaval de la vida.

Merece mención aparte el tema que abre el trabajo y que ha servido de single de adelanto, “Little Deer”, una pequeña obra maestra de cerca de seis minutos tan subyugante que corre el peligro de lastrar el resto de un álbum que, siendo notable de principio a fin, no alcanza en ningún momento las cotas de excelencia de esa impresionante apertura. El tema, en el que participan diecisiete instrumentos acústicos, está inspirado en una emblemática obra de Frida Kahlo de 1946, “El venado herido”, en el que la pintora se representa a sí misma como un híbrido de humano y animal, herido por las flechas del dolor y la desesperanza.

La cantante, nacida en Oakland y residente en la Bay Area de San Francisco, explica que el parón que supuso el confinamiento le fue de gran ayuda para acometer el considerable esfuerzo de coordinar a todos los músicos involucrados en el proyecto, pero el resultado final nos ofrece una obra emocionante y personal, y que ya podemos incluir entre lo más destacable de la cosecha musical de 2021. ∎

Etiquetas
Compartir

Contenidos relacionados