Reedición

The Exploding Hearts

Guitar RomanticThird Man-Popstock!, 2023

En la misma mesa que Sleater-Kinney, The Shins, Elliott Smith, The Decemberists y Chromatics, entre lo más granado de Portland. Aunque lo suyo se deba más a The Wipers y todo el impulso pop exultante de la Costa Oeste: Olympia, Washington D.C., Seattle… La historia de The Exploding Hearts es la historia de lo que podría haber sido si la tragedia no se hubiera cruzado con el grupo la noche del 20 al 21 de julio de 2003, cuando un accidente de tráfico acabó con la vida de tres de los cuatro miembros del grupo.

Su único disco fue “Guitar Romantic” (2003), diez canciones, apenas 28 minutos, trazadas sobre estructuras punk pero una clara devoción por el power pop. Un elogio de la simplicidad. El alma de Big Star, los Buzzcocks o los Undertones mezclada con un look a lo Ramones. Ruidosos como Stiff Litte Fingers, ocasionalmente groseros, con la misma pasmosa facilidad para el gancho increíblemente pegadizo que Nick Lowe, Soft Boys y The Only Ones.

La carretera se cobró la vida de la voz del grupo, Andy “Baby” Cox, Matt Fitzgerald (bajista) y Jeremy Gage (batería). Terry Six, único superviviente, se unió a (King) Louie Bankston, coautor de la mayor parte del disco que había dejado el grupo justo antes de la fatal gira, para seguir llevando las canciones de la banda por los circuitos locales. Juntos acabaron “(I’m) Looking For A Heart”, una de las canciones que quedó a medias, firmada como Terry & Louie. La muerte de Bankston, a los 45 años, el pasado 2022, activó de nuevo a Six para reivindicar el legado del grupo.

La respuesta a su llamada es la edición de “Guitar Romantic”, veinte años después, en el sello de Jack White, Third Man Records. Recupera las diez canciones del disco, remezcladas por el productor original, Pat Kearns, y añade tres nuevos cortes: “So Bored”, “Busy Signals” (en la que se escucha al grupo de charla en el estudio) y la mezcla de “King” Louie de “I’m A Pretender”, que podían encontrarse en “Shattered” (2006), una colección póstuma de inéditos, caras B y mezclas alternativas, algunas de la edición alemana en vinilo de “Guitar Romantic” que circulaban en pistas P2P.

Tejanos blancos, chaquetas de piel y cabellos decolorados. Lo suyo era no tomarse demasiado en serio. Buen humor, mucha ironía y pluma sin complejos. Letras como “It didn’t hurt you told all my friends I’m a retard” (“Sleeping Aides And Razorblades”), “I’ve been missing from home since the age of 10 / $100 reward, I think I’ll turn myself in” (“Boulevard Trash”) o esnifando al micrófono cual pegamento para cerrar “Jailbird”.

En 2003, la gran moda era la del regreso del rock en su cara más reconocible, ruido, aspereza y letras memorizables. Nueva York como bullicioso, aclamado y también mirado con recelo como ostentoso epicentro. The Exploding Hearts eran de Portland, donde aquella fantasía de alternatividad llegó a ser lo más irreal que podía llegar a ser (“The dream of the 90’s is alive in Portland”, cantaban con Carrie Brownstein y Fred Armisen). Quedaron a las puertas del salto. La muerte se cruzó con el grupo cuando ya había entablado conversaciones con Lookout! Records, el sello de Berkeley que había lanzado la carrera de Green Day una década antes. ∎

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