Retirada desde 2011 debido a una enfermedad degenerativa, Linda Ronstadt (Tucson, 1946) es una de las grandes voces de la música popular norteamericana, aunque por estos lares no se le tenga el respeto que su extensa obra merece.

Como complemento a su nuevo libro de memorias, publicado el pasado noviembre por Heyday Books, se edita este “Feels Like Home” –que toma su título del álbum de 1994–, un breve recorrido por los vericuetos artísticos de la de Arizona y algunos de sus temas ajenos favoritos, con especial enfoque en sus raíces latinas (siempre ha reivindicado su origen familiar mexicano).

El pórtico de la compilación lo pone el mítico “Barrio viejo” de LALO GUERRERO en la versión grabada con RY COODER para “Chávez Ravine”, esa sentida reverencia a la comunidad mexicoamericana de Los Ángeles que el guitarrista publicó en 2005.

De sus LPs grabados en español, Ronstadt recupera “El sueño” –incluido en “Más canciones” (1991)– y “Piel canela” –de “Frenesí” (1992)–, aunque no hay nada de “Canciones de mi padre” (1987), su primer acercamiento grande al cancionero en el idioma de Cervantes.

Duetos con EMMYLOU HARRIS –ambas están sublimes en su interpretación de “Across The Border” de Springsteen– y DOLLY PARTON –el tradicional “I Never Will Marry” de “Simple Dreams” (1977)– conviven con lazos familiares –“Canadian Moon”, composición de su hermano Michael aquí interpretada por su sobrino, Peter Dalton Ronstadt, con su combo P.D. RONSTADT & THE CO.– y la recurrente presencia del colectivo cultural californiano LOS CENZONTLES, dedicado a preservar y difundir la cultura mexicana en Estados Unidos: el grupo aparece junto a JACKSON BROWNE (“The Dreamer”, con estrofas bilingües) y DAVID HIDALGO de Los Lobos (“Naninan Upirin”), además de ofrecer en solitario lecturas de la ranchera “Palomas que andan volando” y de cerrar el periplo con “Voy caminando”, un corte sobre el sueño eterno de los migrantes que cuenta con aportaciones instrumentales de Hidalgo (violín) y del banjo de Taj Mahal (chequeen el álbum de 2009 “American Horizon”).

Música de frontera y resistencia, tex-mex melancólico y festivo, “Feels Like Home” es un gustoso (pero demasiado breve) plato multicultural, un bienvenido anzuelo para explorar la obra de Ronstadt (y su prehistoria: ¿alguien se acuerda de The Stone Poneys, puro folk-rock sixties?). Y, con tanta euforia editorial enfocada en la música, a ver si alguien se anima a traducir el libro… ∎