Estamos ante el 97º disco de estudio de Willie Nelson. Se publicó el 29 de abril, el día que cumplía 89 años. Un par de semanas más tarde, el 13 de mayo, salió el álbum 43º de Van Morrison, “What’s It Gonna Take?”. El norirlandés cumplirá 77 años en agosto. Es abismal la distancia que separa, en el fondo, un trabajo de otro. Porque el de Morrison nos muestra a un médium demente. Ido. Y el de Nelson, a uno de esos sabios patriarcas a los que hay que acudir, a uno que vende verdades para hostigar la hipocresía y que lo hace con esa desnudez que derriba los límites, sujetando la copa de su discurso sin demasiada fuerza, sin adoctrinarte, sin machacarte con el sermón, y hasta tirando de humor aquí y allá, para que el cristal de sus frases y sus melodías ni se raje ni se rompa, y así no te astille.
“A Beautiful Time” contiene catorce canciones, cinco de ellas coescritas por Willie junto a Buddy Cannon, su mano derecha desde hace una decena de años, quien aquí también conspira con tino como arreglista y productor. Lo hace sin esconder que la voz de Nelson se va desgastando y que su guitarra Trigger es su escudera simpar, confirmándose como uno de los factores clave del renacer del Gran Fumador de Marihuana a partir de cuando ambos coincidieron en “Heroes” (2012).
El resto del repertorio del disco lo conforman un par de versiones (de “With A Little Help From My Friends” de The Beatles y “Tower Of Song” de Leonard Cohen: mejor resuelta la segunda) y siete canciones que diversos compositores han creado para la ocasión, destacando ahí la inicial “I’ll Love You Till The Day I Die”, firmada a dúo por Rodney Crowell y Chris Stapleton, y la que da título al disco, a cargo de Shawn Camp. El hilo común que las une a todas, ya sea explícita o implícitamente, es el de la mortalidad, el del tictac de las manecillas del segundero del reloj, esas que a la hermana mayor de Willie (y colaboradora musical suya desde 1973), Bobbie Lee Nelson, se le pararon el 10 de marzo, a los 91 años de edad. En octubre de 2021 tocaron juntos por última vez, cerca de la texana San Antonio. Ella no ha participado en esta grabación, pero aprovecho su mención para recomendar su único disco, “Audiobiography” (2008), todo un acto de clase.
La mortalidad, decíamos. Es la temática que está marcando la obra de Willie desde que en 2016 publicó “For The Good Times. A Tribute To Ray Price”, entre la nostalgia por los que se van yendo y la gratitud por todo lo que él ha vivido, entendida esta como su elegante despedida. En este caso, eso lo refleja de forma aún más evidente y directa, con casi todas las canciones enarbolando sentencias lapidarias en ese sentido: “Vive cada día como si fuera el último, y así algún día acertarás” (de “Live Every Day”), “Bebería cada gota de ti y nunca me llenaría, si pudiera hacer que mi tiempo contigo se detuviera” (de “Leave You With A Smile”), “Mi vida ha sido una maravilla y he encontrado mi lugar en el tiempo, pero no voy a funerales y no estaré en el mío” (de “I Don’t Go To Funerals”). Y por el camino va dejándonos consejos para los que, con suerte, aún estemos un rato por aquí, como en la filosófico-cósmica “Energy Follows Thought”, buenísima, tanto que parece ya un clásico suyo, donde canta: “Imagina lo que quieres y luego apártate, recuerda que la energía sigue al pensamiento, así que ten cuidado con lo que dices”. ∎