Definir
Xiu Xiu como un grupo de rock experimental puede hacer pensar en referencias erróneas. ¿Experimental como qué? ¿Como Sonic Youth, paradigma del rock experimental? ¿Como Low, que también hace/hacía música hermosa para tiempos difíciles? ¿Como David Lynch, al que enmendaron la plana con su álbum
“Plays The Music Of Twin Peaks” (2016)? ¿Como Throbbing Gristle, que definieron el sonido industrial en pleno movimiento punk? ¿Como Matt Elliott y su fúnebre visión del folclore balcánico? ¿Como Swans? ¿Como Scott Walker? No hay forma de conceptualizar a Xiu Xiu porque no hay un disco de Xiu Xiu que suene igual al anterior. Lo único cierto es que desde 2002 la banda ha ido creando lo que sea que haga, elige tú mismo el nombre, para esos momentos en los que la amarga realidad de la vida se encuentra con sus enigmas existenciales.
Xiu Xiu es Jamie Stewart, con miembros que entran y salen, pero ahora Angela Seo también lleva desde 2009 como núcleo formativo de la banda, y como novedad para
“Ignore Grief” se ha unido a la batería, como miembro de pleno derecho, un viejo amigo y colaborador, David Kendrick, que ha sido, entre otras cosas, batería de Sparks. Xiu Xiu también tienen algo de Sparks: el lado oscuro, no visible de Sparks, y la misma capacidad para resultar inaprensibles, pero donde los hermanos Mael ofrecen sentido del humor, Xiu Xiu ofrecen brutalidad, aspereza y cacofonía. Aunque no siempre… Hay discos en su trayectoria en los que se podrían situar en un extremo de sus extremos y otros que van al extremo opuesto. E “Ignore Grief”, aunque pueda decirse que tiene dos mitades –en una canta/gruñe Angela y en la otra lo hace Jamie–, es, probablemente, el más árido que yo recuerde ahora mismo. Angela Seo canta la mitad de los temas presentes, que son, además, los más experimentales, hasta el punto de acercarse en ocasiones al ruidismo puro y duro de Puce Mary: una explosión sónica apoyada en una percusión fría, metálica y tribal. La mitad que canta Stewart, en cambio, se mueve entre chillidos orquestales y sombríos retumbos de piano.
“The Real Chaos Cha Cha Cha” es una introducción inquietante en el mundo de los muertos, como su continuación, la abrumadora
“666 Photos Of Nothing”, o los gritos incesantes de
“Maybae Baeby”, la tensión insoportable de
“Tarsier, Tarsier, Tarsier, Tarsier” o los atmosféricos escenarios nocturnos de aliento noir de
“Pahrump”. “Ignore Grief” es, en conjunto, un auténtico panóptico de sufrimiento y horror, con letras que son como fogonazos de una escena del crimen: destellos lumínicos para descubrir pesadillas de adicciones al alcohol o la cocaína, prostitución forzada (
“Bordhel Creeper”) o vidas destrozadas y el suicidio como último recurso. El disco se cierra con
“For M”, un atronador réquiem que resume los abismos humanos más terribles. El disco se titula, por si no te lo habías planteado, “ignora el dolor”; una premisa devastadora, por derrotista, que engloba este horror vacui de sonoridades espeluznantes, y que se repite como un mantra inacabable en
“Esquerita, Little Richard”: la especie humana está condenada a reprimir el dolor y las crueldades que nos infligimos unos a otros o que ignoramos en otros lugares. Pero… ¿cómo coño puedes ignorar toda esta devastación musical? ∎