Álbum

Arab Strap

As Days Get DarkRock Action-[PIAS] Ibero América

No podía ser más adecuado y pertinente el retorno: la caja de ritmos escueta, marcial pero sensual; el secuenciador de pulso básico; el recitado melancólico con aires de épica secreta de Aidan Moffat; la confirmación de una resurrección física y espiritual con tanto romanticismo como fino humor negro en la letra, y la perfección de esos cinco minutos de pura esencia renovada de Arab Strap en The Turning Of Our Bones”, la canción que abre el álbum de regreso del dúo escocés. Y que es una de las mejores piezas de la historia del grupo. Como si no hubiera habido parón.

Una historia de amor que resurge de su tumba, casi literalmente, irónica y cómplice metáfora del nuevo arrejuntamiento de Aidan Moffat y Malcolm Middleton para entregar uno de sus discos importantes: “Just take my hand and be brave / we’ll say goodbye to this grave / tonight we salsa, we rave / we are upcycled and saved!”. Pues sí, reciclados y salvados están, aunque ha sido un placer seguir sus derivas, solos o en otras alianzas, en estos quince años de separación, con reuniones esporádicas, de Arab Strap.

Apártense los raperos cuando emerge la musicalidad sin par de las palabras en el recitado de Moffat, que con aparente pereza deposita en cada frase un enorme poso sentimental, ya sea en transitorio tono monocorde, o reservando la melodía para iluminar estribillos, aunque es un álbum más bien apesadumbrado. Pero siempre con ese subterráneo gozo de la vida que su autor parece no poder evitar, abierto al amor, al sexo, a las sensaciones, o a sus ausencias. Sus historias atrapan tanto por su significado como por su sonoridad: el viaje en tren, emocionante sin que nada especial ocurra, de “Sleeper”, o la brillante idea de “Tears On Tour”, en la que pregunta qué sería lo contrario a un cómico, para imaginar a ese artista dedicado en cuerpo y alma a provocar lágrimas, y no risas, en el público. Con gira, merchandising de pañuelos de seda y todo.

Los violines irrumpen de pronto en “Fable Of The Urban Fox” y “I Was Once A Weak Man” para ir aportando esas texturas entre lo orgánico y lo sintético, lo acústico y lo electrónico, que hacen de Arab Strap un fruto dulce y amargo de largo disfrute. Era necesario que volvieran para hacer su lectura de esos y otros contrastes en estos tiempos contradictorios. Provocadores y reconfortantes como son, nadie los puede sustituir. Para completistas: la edición exclusiva para la tienda Monorail de Glasgow incluía una canción más en un flexi, la minimalista “We See You (demo)” a base de piano, menos sustanciosa que el álbum en sí. ∎

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