CUMGIRL8

Todo es nuevo, excitante, vibrante. Las cosas pasan muy deprisa. Hoy estás dando un concierto delante de cuatro gatos y al día siguiente inicias gira por Europa. El mundo es un lugar lleno de posibilidades. Molas y lo sabes. La prensa se empieza a hacer eco, lo podemos conseguir. Lo nuestro es diferente y refrescante. Vamos a darle la vuelta a la tortilla, la industria musical está anquilosada.

CUMGIRL8, o C*MGIRL8, como estilizan su nombre por si alguien se ofende por lo escatalogógico del término (“cum”= semen, también en sus versiones más groseras, ya se imaginan cuáles), están exactamente en ese momento. Su nuevo EP, primero para 4AD, acaba de salir y se ha producido una minisacudida entre aficionados y enterados: estas chicas destacan. Puede que haya algo aquí.

Originarias de Nueva York, tienen ese componente de leyenda necesario para arrancar. Afirman que se conocieron en un chat de contenido sexual en internet. Cuentan también que, obsesionadas por la versión de “Old McDonald Had A Farm”, de Ella Fitzgerald, decidieron homenajearla en un concierto en Virginia: Veronika Vilim –guitarrista– se vistió de vaca con accesorios de cerdo; la batería Chase Lombardo se puso un tanga y un mandil en el que se podía leer “The Grillfather”; Avishag Rodrigues, la otra guitarrista del combo, se convirtió en un cortador de césped, y Lidia Fox –bajista– en un gallo sexy. “Dijimos que éramos una granja de fantasía y de ahí el título del EP”, afirman.

Que nadie se alarme: la música del cuarteto no tiene precisamente connotaciones infantiles y, bueno, la obsesión por Ella Fitzgerald no se plasma en seis canciones que pasan como una exhalación. Buena prueba es “cicciolina” (ellas no utilizan mayúsculas), el corte que abre el EP y que está dedicado a la estrella del porno italiana devenida en política. La música está en un lugar intermedio entre la actitud iconoclasta de unas The Slits del siglo XXI, mezcladas con la versión más incendiaria de Peaches. En “deadgirl” dejan entrever un lado lánguido y melancólico que las emparenta con las primeras Warpaint o incluso Cocteau Twins. Es como una puerta que abren a futuras aventuras futuras.

“cursed angel” presenta su cara más punk. Sonando como un cruce entre Joy Division, ESG y The B-52’s cuando llegan al luminoso estribillo. En las letras, la sensación de sentirse diferente y la autoafirmación de tener el control sexual sobre su cuerpo, vida y discurso. “gothgirl1” –quizá su mejor canción– es una pequeña odisea épica que recuerda a Elastica o The Long Blondes (vaya discazo aquel debut también) en la interpretación vocal y en la facilidad para la melodía. En “picture party” se rodean de la drag Christenee para presentar la canción más extrema de la colección. Vilim recita una lista de drogas legales mientras confiesa que ha tomado muchas de ellas. El hecho de que sea modelo lo hace más conmovedor. El EP se cierra con “pritney llc”, tema de pop juguetón que descubre un lado encantador, casi naif; confirma también que los temas que canta Fox tienden a ser más oscuros que los de Lombardo y Vilim.

CUMGIRL8 ahora mismo pueden hacer y conseguir cualquier cosa. Quizá mañana no. Pero qué más da. Esa es la magia. ∎