A raíz de la aparición de
Oneohtrix Point Never en los puestos de honor de ‘The Wire’ en 2009 con un doble en No Fun que reeditaba tres CD-Rs, hubo quien engrosó con este norteamericano la absurda etiqueta hauntonoly, un estilo que necesita un poema con hechizo dentro para ser explicado: música que evoca un segundo plano de la memoria con recuerdos de lo inexistente o algo así. Ni caso. Daniel Lopatin se arremanga para hallar de la forma más simple posible el mínimo común múltiplo de Klaus Schulze, Brian Eno y Juan Atkins y saca con el resultado obras del calado del “Selected Ambient Works Volume II” de Aphex Twin. Un poco menos mate que el Sonic Boom purista de EAR, sus texturas suenan igual de francas y quedan suspendidas a media altura sideral como para siempre. Emplea unos sintes y listos.
Después de un arranque brutal muy
power electronics –¿lo mejor en ruidaco desde Wolf Eyes?–, en su debut para el sello austríaco sigue a lo suyo: lo contrario. Ambient elegante, DIY y sin truco (bueno, en el tema
“Returnal” está su voz tratada), con tonos arpegiados y precisión monocorde. Si la ecuación entre tiempo y cantidad de cosas que ocurren no os preocupa, os entrará en listas. No es hauntology ni nuevo. Pero sí es de aquellos discos que ya deberían existir y no lo hacían. El buen minimalismo deja esa sensación. Tan chulo como “E2-E4” (Manuel Göttsching, 1984) antes del solo. ∎