Álbum

Plastikman & Chilly Gonzales

Consumed In KeyTurbo, 2022

El período más productivo de Richie Hawtin fueron sin duda los años 90, al menos en cuanto a publicación de álbumes, un formato discográfico que aún se resiste a morir como referencia creativa en la era del streaming. Dedicado a recorrer el mundo como DJ con increíbles espectáculos visuales de apoyo, los discos largos de Plastikman, su proyecto más duradero y definitorio, se cuentan desde entonces a uno por década.

Consumed” (1998) supuso un cambio de registro en la visión minimalista del techno por parte del canadiense, virando desde un acid nocturno y obsesivo –algunos dicen que “melódico”– hacia algo más espacioso e igualmente psicodélico, bailable y misterioso. Este trabajo vuelve a servir de gozne en su carrera gracias a la alianza con Jason Beck, alias Chilly Gonzales, el hombre del albornoz en las fotos promocionales.

De esta forma, “Consumed In Key” plantea un nuevo cruce entre techno y música “culta”, aquí representada tímbricamente por el piano. Instrumento autosuficiente y de vocación orquestal, pero apto para acompañar o aportar calidez a una base tan fría e industrial como la de Plastikman. Cometido que el concertista Gonzales cumple plenamente al introducir apuntes de melodías en clave latin jazz y líneas impresionistas.

El resultado es un minimal techno contrapuntístico, no precisamente lo que hubiese sido “La ofrenda musical” de Bach en manos de Wendy Carlos, pero sí lo suficientemente estratificado como para sentir que pasado y futuro ligan en una aleación fascinante de presente. Chilly Gonzales eleva el techno atmosférico de Plastikman a una dimensión inesperada, conservando su tensión y nitidez, pero introduciendo una sensibilidad no virtuosista e inopinadamente compatible con el mundo subterráneo de Hawtin, quien se inspiró en el uso de los silencios por parte de Miles Davis para concebir “Consumed”.

Su versión “para clave” conserva el mismo orden, con ligeras variaciones en duración, de los temas originales publicados en aquel disco matriz, excepto “Convulse (Sic)”. Cada uno ofrece ahora un sabor más diferenciado, donde lo pulsante encuentra respuesta en lo lírico, y la monotonía, que siempre amenaza al Plastikman de larga duración, se transforma en diez paradas de escucha apetecible y fluida. Hawtin y Gonzales no inventarán nada con sus reescrituras: el ejemplo más burdo serían los discos de remezclas. Pero “Consumed In Key” no lo es. Se acerca más a una obra de variaciones. Pero tampoco. Un trabajo cuya esencia conceptual es tan brillante como su sencillez. ∎

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