Sin duda, uno de los grupos a descubrir dentro del cartel del próximo Primavera Weekender –que se celebrará en Benidorm los días 18 y 19 de noviembre– es el cuarteto getxotarra DADABE, que presentará un primer EP de cuatro temas que lo coloca entre las sorpresas y promesas nacionales del año. Rock de raigambre noventera, provista de una contagiosa luminosidad melódica bajo la afinación “robada” a Stephen Malkmus. No es un mal comienzo.
Desde que el rock dejó de ser una cosa exclusivamente juvenil, y de eso hace mucho, concede segundas y terceras oportunidades a todo aquel que mantiene el gusanillo. No es descabellado que hoy en día los nuevos grupos se formen por “chavales cuarentones” con familia y ocupaciones más o menos resueltas (o no), con el afán de renovar aquella pasión adolescente. Quizá las ilusiones sean otras, pero pocas cosas hay tan gratificantes como prolongar el perfil creativo (y lúdico) de la práctica musical.
El grupo vasco DADABE se encuentra en esa fase. Cuatro amigos que pasan la barrera de los 40 y que, tras el agotador confinamiento, empiezan a quedar en el local para desfogar, meter ruido y beber cervezas juntos. Como ha sido siempre. Hablamos de Miguel Guzmán (guitarra y voz, excomponente de Zodiacs y Tulsa), Carlos Usán (guitarra, ex Le Noise), Jaime Losada (bajo, también con su proyecto Bakio) y Txomin Guzmán (hermano del primero, aquí batería, también guitarra y voz de Fakeband). Son buenos antecedentes para todo aquel que conozca la escena getxotarra, que a su vez poco tiene que ver con la idea y orientación de DADABE. Aquí encontramos un reseteo total hacia un nuevo ciclo, ajeno a esas referencias.
Era aquel 2020 de encierros y balcones chivatos. “Al principio íbamos Carlos, Jaime y yo y aprovechábamos la tarde del viernes hasta el toque de queda de las diez de la noche”, cuenta Miguel. “No teníamos canciones y tampoco la intención de crear una banda o de componer, solo queríamos tocar un rato juntos. Lo que hacíamos era algunas versiones o improvisar con ideas que iban surgiendo y que luego no iban a ninguna parte. Al cabo de algunos días nos empezó a gustar el sonido que estábamos consiguiendo y empezamos a pensar en canciones. Entonces rescaté algunas ideas que tenía grabadas en mi ordenador, ya que siempre estoy grabando esbozos en casa. Fuimos probando y la cosa sonaba bien. Txomin se unió a la batería un poco más adelante y ya fuimos dando forma a esas ideas hasta llegar a convertirse en el EP”. De aquellas primeras versiones sobresalen los nombres de Pavement, Sonic Youth o Yo La Tengo, que descubren la quinta y las influencias del grupo. “Carlos, Jaime y yo somos de la misma generación, descubrimos a la vez todos esos grupos cuando teníamos 15-16 años, allá por 1994, y nos marcaron a fuego durante toda nuestra adolescencia. En los 90 se publicaron discos que para nosotros se han ido convirtiendo en esenciales, de bandas como las que comentas o de Dinosaur Jr., Teenage Fanclub, Guided By Voices, Pixies... Luego van pasando los años y obviamente escuchas de todo, mucho más allá de los 90. Pero ese poso siempre está ahí. La prueba es que cuando nos juntamos, eso fue lo que nos vino directamente”.
Uno tiene la sensación de que a esas raíces noventeras aún no se les ha pasado el arroz, que algunos de aquellos músicos –como Slowdive o Arab Strap, con los que compartirán escenario en el Primavera Weekender– siguen en plena forma y vigencia a diferencia de las décadas anteriores, que, en la mayoría de los casos, han pasado a la reserva de lo retrocamp, creándose una frontera para los nuevos rockeros más audaces. “Seguro que sí, yo creo que los 90 tienen muchísimo poder de influencia sobre el rock del siglo XXI. Puede que los grupos de los 90 no tuvieran músicos tan brillantes como en los 60 o 70, donde digamos que el nivel de las bandas pioneras del rock era altísimo. Quizá de ahí venga la frontera que comentas, y a veces se les ha subestimado por eso, con el argumento de que no eran buenos músicos o que metían ruido. Pero, en cuanto a las composiciones, creo que los 90 fueron unos años con un nivel de creatividad y una originalidad acojonantes, con músicos con aspecto de gente más de andar por casa, pero con formas nuevas de interpretar esa música muy influenciada por las décadas anteriores, y que se acabó convirtiendo en ese ‘rock alternativo’”. Todo lo cual no es óbice para que en los cuatro temas de su debut –“EP” (Autoeditado, 2022)– se dibujen melodías claras y rotundas, incluso de regusto clásico. “Te diría que han salido sin pensar demasiado. Pero sí que es cierto que también hemos mamado hasta la extenuación bandas muy melódicas como The Byrds, Big Star, Neil Young o, cómo no, The Beatles, por decir algunas”.
Es reseñable también el origen de ese nombre que a muchos puede parecer misterioso. Proviene de una afinación concreta de guitarra. “Los americanos usan letras para las notas musicales. En vez de Do, Re, Mi.... van de la A a la G. Esta, en concreto, consiste en bajar la sexta cuerda de un Mi (E) a un Re (D) y subir la tercera de un Sol (G) a un La (A). Y al afinar así la guitarra el resultado es D-A-D-A-B-E (Re-La-Re-La-Si-Mi). Yo uso esta afinación de vez en cuando para componer porque te hace buscar posiciones nuevas y jugar con la guitarra de manera un poco diferente, tiene una resonancia especial”. Aquí también hay una intención y su correspondiente declaración. “Sí totalmente, la idea para esa afinación se la robé a Stephen Malkmus, un ídolo”.
Tras el paso del EP ya tienen otras cuatro canciones compuestas, aún pendientes de grabar para un segundo disco, aunque el álbum todavía tendrá que esperar. “Queda por terminar alguna cosa en alguna de esas nuevas canciones, pero nos gustaría grabarlas cuanto antes. No sabría definirlo... Sigue la misma línea a nivel de sonido. Lo que sí nos gustaría es grabarlo de la manera más rápida posible, probablemente combinando estudio con pistas grabadas en casa o en el local. En cuanto al álbum, ya no sé qué decirte, de momento vamos poco a poco, haciendo las cosas bastante a nuestra bola por el puro placer de hacerlo. No nos planteamos muy seriamente grabar un disco y editarlo, pero si la cosa fuera bien y alguien se interesara por nosotros, pues ya iríamos viendo. Si no, es que es demasiado caro meterte en ese jardín. Al final esto no deja de ser un hobby, cada uno tenemos nuestro trabajo al margen. Nos fliparía poder dedicar mucho más tiempo y recursos a la música, pero hoy por hoy es imposible”.
Eso lo dejan bien claro desde la escueta definición de su Bandcamp: “Solo amigos tocando música”. “Es lo que mejor nos define. Como te decía, no tenemos intención de profesionalizarnos. Todos estamos en nuestros 40 y tenemos trabajo, familia, hijos... Nos lo tomamos como lo que es: el mejor plan para el finde, aunque solo sea ir al local a darle un rato. Por eso ir a festis como el Weekender es un regalo que nos encanta. Pero obviamente si sonaran las campanas y un día se presentara una oportunidad seria para profesionalizarnos, por supuesto que lo valoraríamos. Ojalá”.
De momento, la muy buena recepción de su EP y esa invitación al próximo Weekender les ha abierto una puerta que probablemente no esperaban. “Totalmente. Se lo hicimos llegar a la gente del Primavera y nos dieron superbuen ‘feedback’. Parece ser que les ha gustado y lo han visto como algo que puede ser interesante dentro del cartel. Para nosotros fue un subidón cuando nos enteramos. Además, a raíz del Weekender también nos han incluido en varias ‘playlists’”. Y mientras, no descuidan el gusto por seguir escuchando música de todas las épocas sin desdeñar el presente. “Somos muy adictos, y lo mismo que siempre vuelves a los clasicazos, nos encanta descubrir grupos nuevos actuales. Creo que estamos en una época de nivel muy alto. Yo no paro de descubrir bandas que me gustan, se está haciendo muy buena música”. ∎