Dr. John, Sidney Bechet y, detrás, el pionero Buddy Bolden; el espíritu de Nueva Orleans: música, gastronomía, vida.
Dr. John, Sidney Bechet y, detrás, el pionero Buddy Bolden; el espíritu de Nueva Orleans: música, gastronomía, vida.

Informe

Nueva Orleans, el gran carnaval

Martes de carnaval, día de fiesta grande en Nueva Orleans. Cuando la efervescente ciudad sureña –uno de los principales focos de irradiación musical de Estados Unidos– celebra Mardi Gras, afloran sin cortapisas todos los rasgos de su fascinante crisol de tradiciones. Nos sumamos al jolgorio repasando los orígenes de NoLA, confeccionamos una guía con algunos de sus hitos culturales y seleccionamos discografía para empezar a navegar por su apabullante caudal sonoro.

Creighton Bernette, el personaje magistralmente interpretado por John Goodman en las dos primeras temporadas de la serie “Treme” (2010-2013), proclama orgulloso en una de sus memorables peroratas en YouTube refiriéndose a los habitantes de Chicago, Nueva York o Houston: “Tenemos más cultura en uno de nuestros barrios que vosotros en todas vuestras cutres zonas residenciales juntas”. No exagera: Nueva Orleans ejerce como capital espiritual del estado de Luisiana (no la administrativa, que es la mucho menos bulliciosa Baton Rouge), centro neurálgico de un prodigioso crisol de culturas e influencias europeas, africanas y nativas de la Norteamérica precolombina. Una ciudad y un enclave únicos en la historia y la geografía estadounidense. Un fecundo hervidero sincretista que alcanza su máxima expresión el llamado Mardi Gras, el martes previo al Miércoles de Ceniza.

La fiesta hunde sus raíces en las tradiciones católicas (religión predominante en la ciudad), en los bailes de las tribus indias de la zona y en los viejos cultos animistas africanos. La música, el baile, la cocina, el placer por vivir la vida en las calles, la mezcla de razas, la organización social acercan el pálpito de Nueva Orleans al ambiente de La Habana. Con esta última comparte muchos ritmos de ida y vuelta –del mambo a la habanera, el danzón, la rumba y el ragtime–, fruto de los grandes movimientos migratorios caribeños de principios del siglo XX (de Haití a Cuba en 1806; de Cuba a Nueva Orleans en 1809) y del origen de los esclavos africanos llevados allí. En su mayor parte eran de la zona del Congo y Senegal, frente a los angoleños que transportaron los esclavistas portugueses e ingleses a otras ciudades norteamericanas.

De ahí surgió el llamado spanish tinge, el “matiz español”, término acuñado por Jelly Roll Morton para explicar el carácter sincopado del jazz y el blues de Nueva Orleans, basado en ritmos afrocubanos como el tresillo o la contradanza habanera, patente en piezas históricas como “St. Louis Blues” (1913), escrita por W.C. Handy, o “New Orleans Blues” (1925), original del propio Morton. Toda la música posterior nacida en Nueva Orleans contiene trazas más o menos evidentes de ese spanish tinge, muy claros en Louis Armstrong (“New Orleans Stomp”), Professor Longhair (“Mardi Gras In New Orleans”), Art Neville (“Mardi Gras Mambo”) o Dr. John (“Mos’ Scocious”). El baterista Warren Baby Dodds (1898-1959), pionero del jazz de Nueva Orleans, dejó escrito que “el blues al principio se tocaba en Nueva Orleans en un ritmo muy lento, de influencia española”. La rica gastronomía, mucho más hermanada con el Caribe que con otras poblaciones estadounidenses, la devoción por el vudú y los amuletos, la arquitectura colonial y la endiablada jerga criolla –con palabras y expresiones francesas y españolas– confieren un carácter mágico y único a la ciudad, que fue fundada en 1717 por el colonizador y gobernador de Luisiana, el francés Jean-Baptiste Le Moyne.

Jwan Boudreaux, Chellene Bailey, Big Chief Monk Boudreaux y Wildman Charlie Martin: el Mardi Gras Indio, 2019. Foto: Erika Goldring (Getty Images)
Jwan Boudreaux, Chellene Bailey, Big Chief Monk Boudreaux y Wildman Charlie Martin: el Mardi Gras Indio, 2019. Foto: Erika Goldring (Getty Images)

Diccionario NOLA

Buddy Bolden. Conocida como “Crescent City” por su similitud con la forma de la Luna en cuarto creciente al rodear el río Mississippi, Nueva Orleans es la cuna del blues, el jazz, el R&B, el funk, el zydeco y el cajun. Los esclavos africanos se reunían en Congo Square para bailar, cantar y tocar música. A fines del siglo XIX aparece el primer músico que tocó blues y anticipó el ragtime y el jazz: Buddy Bolden (1877-1931), un negro criollo, barbero de oficio, que tocaba la corneta y formó una orquesta con Jimmy Johnson, Willy Cornish, Willy Warner, Brock Mumford y Frank Lewis. No han quedado grabaciones de Bolden, pero algunos de los gigantes del jazz (Duke Ellington, Jelly Roll Morton, Wynton Marsalis) lo han recordado en sus composiciones.

“La conjura de los necios”. En 2020 se cumplieron cuarenta años de la primera edición (póstuma) de un libro capital en la historia del siglo XX, “La conjura de los necios”, del gran John Kennedy Toole (1937-1969), que nunca fue reconocido en vida. Una novela aguda y divertidísima que transcurre en Nueva Orleans, patria chica de su autor. En el 819 de Canal Street se erigió en su honor una estatua de Ignatius J. Reilly, el orondo protagonista del libro.

Jim Garrison. Fiscal del distrito de Orleans Parish, famoso por su actuación en la investigación del asesinato de John Fitzgerald Kennedy, donde cuestionó la veracidad del Informe Warren. Encarnado en la película “JFK” (Oliver Stone, 1991) por Kevin Costner, Garrison (1921-1992) fue también la bestia negra de los músicos negros de Nueva Orleans, tal y como me comentó hace años Dr. John: “No me gusta nada hablar de ese tipejo. En su momento tuvo una gran influencia en los medios de comunicación, lo que le permitió cerrar un montón de bares y clubes nocturnos de Nueva Orleans. Clausuró tiendas de discos y arruinó a muchos músicos. Fue el típico hijo de puta represor ejerciendo de político, aunque muchos, que no lo conocieron en sus días de censor, lo consideran casi un héroe a partir de la película”.

El censor (e “hijo de puta”) Jim Garrison.
El censor (e “hijo de puta”) Jim Garrison.

Gumbo. Especie de versión criolla de la sopa de mariscos, sobre una base de okra (fruto de origen africano parecido a un calabacín o un pimiento verde), siempre aderezada con salchichón español. Se sirve acompañado de arroz blanco.

Jambalaya. El plato icónico de la comida criolla de Nueva Orleans. Etimológicamente, “arroz con jamón”. Es un plato de origen francés que luego conoció distintas formas de ser cocinado. La más popular se elabora con chorizo, salchichón picante, ostras, cangrejos, camarones y mariscos, además de tomate, cebolla, ajo, chile y apio. En 1952, Hank Williams rindió homenaje a este suculento plato con su clásico “Jambalaya (On The Bayou)”.

Marie Laveau. La gran sacerdotisa del vudú de Nueva Orleans, a quien se atribuyen muchos milagros y favores.

Marie Laveau, sacerdotisa vudú.
Marie Laveau, sacerdotisa vudú.

“Litanie des Saints”. Oscuro clásico del R&B local, rescatado por Dr. John en uno de sus álbumes, con sabor a vudú haitiano, una procesión sincopada y sincretista inspirada por Louis Moreau Gottschalk, que escribió su música en el siglo XIX y fue uno de los primeros compositores en introducir elementos del Caribe en el sur de Estados Unidos.

“Livery Stable Blues”. Oh, claro, la historia del jazz también se escribe en blanco, ni siquiera en blanco y negro, al menos en sus grandes efemérides pioneras. Las enciclopedias parecen haberse puesto de acuerdo en que este disco de la Original Dixieland Jazz Band (un quinteto de músicos blancos originarios de Nueva Orleans), publicado el 23 de febrero de 1917, es la piedra fundacional del jazz. Cierto, el artefacto vendió –dicen– un millón de copias y colocó el jazz (el jass se llamó al principio) en los focos de la industria del entretenimiento. Un ritmo creado en tabernas y tugurios por negros que se inspiraron en el blues, el rag y en otros géneros mestizos llegados de Centroeuropa. Un ritmo salvaje y de fuerte carga sexual, encarnado en esta pieza reescrita a partir de una melodía prestada/robada de una composición original del percusionista y violinista negro Joe Jordan. La firmaron el clarinetista y el trompetista de la ODJB, dos blanquitos de nombre latino: Alcide Nunez y Ray Lopez.

Mardi Gras. El martes anterior al Miércoles de Ceniza, cuando termina el carnaval con una explosión de excesos culinarios y carnales y con un desfile por las calles de Nueva Orleans. El primer Mardi Gras de Estados Unidos tuvo lugar en Mobile, Alabama, en 1830. En Nueva Orleans se celebró por primera vez en 1857, organizado por la Mystic Krewe Of Comus, una sociedad secreta que devino en cofradía para despojar al desfile del Mardi Gras de su carácter de procesión católica e incorporar elementos festivos ajenos a la religión. Hoy se celebra con desfiles y bailes en todo el estado de Luisiana, sobre todo en Lafayette (la capital cajun francófona) y en Nueva Orleans.

Ben Jaffe (izquierda), de la Preservation Hall Jazz Band, y Jenard Andrews, de la New Breed Brass Band, en 2019. Foto: Erika Goldring (Getty Images)
Ben Jaffe (izquierda), de la Preservation Hall Jazz Band, y Jenard Andrews, de la New Breed Brass Band, en 2019. Foto: Erika Goldring (Getty Images)
Cosimo Matassa. En 1954 grabó el “Mardi Gras Mambo”de The Hawketts en sus legendarios J&M Studios, clausurados a lo grande en 1966 con la producción del clásico “Tell It Like It Is”de Aaron Neville. Ingeniero de sonido y empresario discográfico de origen siciliano, Cosimo Matassa (1926-2009) trabajó con los mejores productores de Nueva Orleans (Toussaint, Bartholomew) y grabó algunos de los éxitos más importantes del R&B local en sus estudios J&M, situados en Rampart Street, en el corazón del barrio francés: “Tutti Frutti”, “Lawdy Miss Clawdy”, “Shake, Rattle And Roll”, “Mardi Gras In New Orleans”, “Sea Cruise”, “Land Of 1000 Dances”, “Good Rockin’ Tonight”, etc. El baterista Earl Palmer, que fue uno de sus acólitos, recuerda su modo de trabajo: “Aquella pequeña habitación era apenas más grande que un dormitorio. En una esquina se situaban los saxofonistas (Lee Allen y Red Tyler). El piano y la batería enfrente el uno del otro. El cantante y los vientos se colocaban al lado del pianista y en medio estaba el gran tipo, Cosimo Matassa. Siempre trabajaba solo, sin ayudantes. Era un genio. Sabía cómo colocar los micrófonos y, una vez puestos, nunca los tocaba. Nunca ponía uno delante de la batería. Él inventó el sonido del rhythm and blues de Nueva Orleans”.

Cosimo Matassa, el inventor del sonido del rhythm and blues de Nueva Orleans.
Cosimo Matassa, el inventor del sonido del rhythm and blues de Nueva Orleans.

Jelly Roll Morton. Harry Smith, el mánager de Jelly Roll Morton (1885-1941), dijo que este le había plagiado la mayoría de sus canciones a Ben Garrison y que Morton se limitaba a escribir los textos. Criollo por cuna y por cultura, autor del clásico “I Tought I Hear Buddy Bolden Say”, Morton se autoproclamó inventor del jazz y fue uno de los grandes promotores y defensores del spanish tinge (o latin tinge): “Si no son ustedes capaces de insertar ingredientes hispanos en sus composiciones de jazz, no lograrán jamás obtener lo que yo llamo el perfecto condimento”.

New Orleans Jazz And Heritage Festival. Legendario festival que se celebra anualmente, desde 1970, el último fin de semana de abril y el primero del mes de mayo. Por sus escenarios pasan todos los músicos locales e internacionales de cierta importancia. Su cartel de 2022 incluye cerca de 100 actuaciones, con artistas como Erykah Badu, Terence Blanchard, Galactic, Irma Thomas, Willie Nelson, Elvis Costello & The Imposters, The Who, Ziggy Marley, Randy Newman, Trombone Shorty, Chris Isaak, Leo Nocentelli, The Dirty Dozen Brass Band o Nicholas Payton.

Pastel del rey. Es una corona de brioche rellena con una mezcla de frutos secos, a veces con fruta y crema pastelera, inspirado en el pithiviers francés, un clásico pastel redondo de hojaldre relleno de pasta de almendras. Y está adornado con azúcar con los colores típicos del Mardi Gras: púrpura (que simboliza la justicia), verde (la fe) y dorado (el poder). Se consume en carnaval, lleva una pequeña sorpresa dentro y recuerda lejanamente a nuestro roscón de reyes.

Pastel del rey, con los colores típicos del Mardi Gras.
Pastel del rey, con los colores típicos del Mardi Gras.

Po’boy. De “poor boy sandwich”. Literalmente, el “emparedado del pobre”, compuesto de camarones, cangrejos, pescado y ostras fritas entre dos rebanadas de pan francés. Típico en la ciudad desde 1929.

“Potato Head Blues”. Gran aficionado a fumar marihuana, como Sidney Bechet, Louis Armstrong se topó más de una vez con la censura por su tendencia a incluir referencias a las drogas en los títulos de sus composiciones. Como en esta grabación del año 1957, una de esas canciones por las que merece la pena vivir, según afirmó Woody Allen en una escena de su película “Manhattan”. Hablamos de la maravillosa “Potato Head Blues”, literalmente “El blues del porrero”, vetada durante años en las emisoras de radio norteamericanas.

Preservation Hall. Histórico pequeño local situado en St. Peter Street, en el corazón del Vieux Carré, donde se empezó a tocar jazz tradicional para los vecinos y visitantes de Nueva Orleans. Empezó siendo una galería de arte fundada por Larry Borenstein, empresario blanco de Milwaukee afincado en la ciudad, pero este la transformó en los años 50 en una sala de música en directo. Luego fue impulsada por Alan Jaffe (1935-1987), tubista de jazz nacido en Pensilvania, que lideró la primera Preservation Hall Jazz Band, dirigida ahora por su hijo Ben Jaffe.

Concierto de la Preservation Hall Jazz Band en el Preservation Hall, New Orleans, circa 1965. Foto: Archive Photos (Getty Images)
Concierto de la Preservation Hall Jazz Band en el Preservation Hall, New Orleans, circa 1965. Foto: Archive Photos (Getty Images)

Second Line. El grupo de personas que caminan y bailan y jalean la música detrás de los músicos en un desfile, o detrás de la carroza en un funeral, camino del cementerio. Tradición muy típica del jazz y toda la música de Nueva Orleans, importada de la cultura de los esclavos negros procedentes de África Central.

Ned Sublette. Músico, productor, musicólogo y escritor nacido en Lubbock, Texas, en 1951. Autor de dos libros esenciales para entender la historia y la prodigiosa riqueza cultural de Nueva Orleans, “The World That Made New Orleans. From Spanish Silver To Congo Square” (Lawrence Hill Books, 2008) y “The Year Before The Flood. A Story Of New Orleans” (Lawrence Hill Books, 2009).

Tailgate. Estilo de un trombonista tocando glissandos largos como Kid Ory o Sidney Bechet en “Tailgate Ramble”. El término tiene su origen en los desfiles de Nueva Orleans: para evitar golpear la cabeza de los otros músicos con su vara, el trombonista estaba sentado en el suelo de la parte trasera de la camioneta con los pies colgando sobre el portón.

El trombonista Kid Ory.
El trombonista Kid Ory.

“Tipitina”. La canción más famosa de Professor Longhair, publicada en 1953 por el sello Atlantic, basada en el “Junker’s Blues” de Champion Jack Dupree y escrita como una mezcla de rumba, calipso y R&B. El 14 de enero de 1977 se inauguró el club Tipitina en el 501 de Napoleon Avenue.

“Treme”. Magnífica serie televisiva creada por David Simon y Eric Overmyer –responsables de la también excelente “The Wire” (2002-2008)– para HBO. Fueron 36 episodios divididos en cuatro temporadas entre 2010 y 2013, en los que se retrataba la vida y los problemas de una serie de personajes (músicos, cocineros, policías, integrantes de tribus indias del Mardi Gras, gente de la calle) del populoso barrio de Nueva Orleans tras el desastre provocado por el huracán Katrina. Algunos de los músicos contemporáneos más importantes de Luisiana (Kermit Ruffins, Trombone Shorty, Allen Toussaint, Dr. John, Galactic, John Boutté, Rebirth Brass Band, Eddie Bo, Lloyd Price, Beausoleil, Irma Thomas, Lucinda Williams, Art Neville, etc.) actuaron o tocaron en directo en la serie, donde también tuvieron pequeños cameos Elvis Costello, McCoy Tyner, Ron Carter y Steve Earle.

El desfile de Mardi Gras en “Treme” (temporada 2, episodio 7).

“Who Dat!”. Contracción de “Who is that?” (“¿quién es ese?”). Se llama así a los aficionados al equipo local de fútbol, The Saints (Da man is a Who Dat”: “ese tipo es un hincha de los Saints”).

“You Don’t Know What It Means To Miss New Orleans”. Canción interpretada por Louis Armstrong y Billie Holiday en la película “New Orleans” (Arthur Lubin, 1947), que explica perfectamente el sentimiento de nostalgia y pérdida que embarga a los (pocos) músicos de Nueva Orleans que emigran de la ciudad para buscar fortuna fuera. Pocos lo han hecho (Louis Prima, Louis Armstrong, Wynton Marsalis, Earl Palmer, Dr. John… O Randy Newman, quién nació en Los Ángeles pero vivió en Nueva Orleans desde bebé hasta los 11 años), ya que la mayoría prefirieron quedarse allí, donde se sienten arropados y comprendidos y donde jamás echarán de menos la comida, el ambiente, la música y los aromas que convierten la vida en esta ciudad en una experiencia única y difícil de entender si no eres de allí. ∎

“You Don’t Know What It Means To Miss New Orleans”: Louis Armstrong y Billie Holiday.

10 discos esenciales de Nueva Orleans

PROFESSOR LONGHAIR
“Rock’n’Roll Gumbo”
(Barclay-Verve, 1974)

Henry Roeland Byrd (“el Bach del rock, él fue el primero de todos nosotros”, en palabras de Allen Toussaint), más conocido como Professor Longhair o simplemente “Fess”, es una de las glorias musicales de Nueva Orleans. Y su música debería ser declarada patrimonio inmaterial de la humanidad. En este álbum, grabado en Francia con músicos de su cuerda, repasa un legado extraordinario, desde “Tipitina” hasta “Mardi Gras In New Orleans”, y firma una de las obras maestras del acervo musical de Crescent City.

DAVE BARTHOLOMEW
“Spirit Of New Orleans. The Genius Of Dave Bartholomew”
(EMI, 1993)

¿Es posible reunir un siglo de música en dos CDs? Lo más cercano a semejante empresa se encuentra en esta antología, donde se palpa la sabiduría sincretista de un compositor, músico y productor único en su género. Quizá el más fecundo y brillante de cuantos desarrollaron su carrera en Crescent City (Bartholomew nació en Edgard, una pequeña localidad al norte de NOLA). Aquí, ese deslumbrante cruce de caminos que lo mismo puede llamarse jazz que rhythm and blues: es solo gran música negra de Nueva Orleans.

FATS DOMINO
“They Call Me The Fat Man. The Legendary Imperial Recordings”
(Capitol, 1991)

La figura de Fats Domino es capital para entender el alma musical de Nueva Orleans. Fue un hombre que además supo encarnar en su figura incluso las tradiciones culinarias de la ciudad (contaba Dr. John que, siempre que iba a visitar a Domino a su casa, este prefería hablar de cocina antes que de música y que estaba encantado de mostrarle sus habilidades con los fogones). Eso sí, la música, las canciones prodigiosas, están todas aquí. La esencia de sus grabaciones canónicas para el sello Imperial.

LEE DORSEY
“Yes We Can” / “Night People”
(1970 / 1978; Raven, 2005)

Boxeador frustrado (fue noqueado en el segundo asalto de su primer y único combate), mecánico antes que cantante, Lee Dorsey (1924-1986) creció musicalmente moldeado por el genio de Allen Toussaint (1938-2015), que escribió y produjo el cuerpo central de su legado. Quizá el más fascinante de todo el soul de Nueva Orleans, con canciones pegajosas y de sabor picante con especias criollas, como “Ya Ya”, “Working On A Coalmine”, “Get Out Of My Life, Woman”, “Ride Your Pony” o “Sneakin’ Sally Thru The Alley”.

DR. JOHN
“Gumbo”
(Atlantic, 1972)

La discografía del Dr. John (1940-2019) rinde permanente homenaje al frondoso paisaje musical de Nueva Orleans, donde se encuentran y se mezclan el blues, el country, el jazz, los ritmos caribeños y los dialectos criollos. Un festín para los sentidos, encarnado en este álbum seminal, igual que en los también prodigiosos “Goin’ Back To New Orleans” (1992) y “N’Awlinz Dis Dat Or D’Udda” (2004), donde Mac Rebennack se rodeó de viejas leyendas locales, como Earl Palmer y Dave Bartholomew, para firmar su mejor trabajo de los últimos años.

THE NEVILLE BROTHERS
“Treacherous. A History Of The Neville Brothers 1955-1985”
(Rhino, 1986)

Los hermanos Neville protagonizan la saga musical más prolífica y brillante de Nueva Orleans, con permiso de los Marsalis. Hijos de un pescadero del puerto de la ciudad, coleccionista de discos de pizarra, su madre y su tío George Landry integraron una de las tribus indias más famosas del Mardi Gras. En esta antología, el núcleo de su legado como The Hawketts (el legendario “Mardi Gras Mambo”), The Meters, The Wild Tchoupitoulas y The Neville Brothers, con esas dos canciones mágicas de Aaron Neville: “Tell It Like It Is” y “Hercules”.

RANDY NEWMAN
“Harps And Angels”
(Nonesuch, 2008)

Randy Newman raciona su talento en bandas sonoras y discos de canciones cada vez más espaciados en el tiempo. Razón de más para disfrutar a conciencia de cada una de sus grabaciones, ya siempre pequeñas obras maestras de inspiración clásica y populista, bendecidas por una ironía inteligente y una delicadeza formal insólitas en el pop actual. Entre delicias románticas, ritmos criollos de Nueva Orleans y hermosos paisajes cinematográficos, “Harps And Angels” incluye soberbias diatribas contra la política de George W. Bush.

VARIOS
“The Minit Records Story”
(EMI, 1994)

Soberbia antología de los grandes himnos criollos publicados por la discográfica fundada por Joe Banashak en 1959 –con Harold Battiste y Allen Toussaint como directores artísticos–, que se mantuvo en activo hasta 1971. Canciones canónicas del rhythm and blues local como “Ooh Poo Pah Doo”, de Jessie Hill, y “Mother-In-Law”, de Ernie K-Doe. E incunables de Aaron Neville, Irma Thomas (“Look Up”, “Ruler Of My Heart”), Benny Spellman (“Lipstick Traces (On A Cigarette)”) y Chris Kenner (“I Like It Like That”).

VARIOS
“Crescent City Soul. The Sound Of New Orleans 1947-1974”
(EMI, 1996)

Primorosa edición discográfica, conmemorativa del New Orleans Jazz & Heritage Festival de 1996, donde se explica la jubilosa efervescencia del soul de Nueva Orleans en cuatro volúmenes digitales sin desperdicio y la herencia deslumbrante del productor e ingeniero de sonido Cosimo Matassa, por cuyo estudio de grabación pasó la práctica totalidad de los gigantes del género en la ciudad criolla. También sobrevuela esta antología la figura imponente de Allen Toussaint, catalizador de la vibrante escena musical local.

VARIOS
“Doctors, Professors, Kings & Queens. The Big Ol’ Box Of New Orleans”
(Shout!, 2004)

Esplendoroso cofre con cuatro CD que sobrevuela toda la riquísima tradición musical de Nueva Orleans, desde el jazz arcaico hasta el funk y el rap, pasando por el zydeco, el mambo, el rock and roll y el cajun. Un repertorio irreprochable que para en Louis Armstrong, Jelly Roll Morton, Allen Toussaint, Fats Domino, The Meters, Earl King, Johnny Adams, The Wild Magnolias, Preservation Hall Jazz Band, Galactic, Coolbone, Kermit Ruffins, Beausoleil, Sidney Bechet y la Dirty Dozen Brass Band, entre otros. ∎

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