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La semana vista por…

Lunes, 4 de julio

La temporada de eventos musicales, giras y festivales sigue caminando hacia su cénit, pero los discos interesantes no dejan de llegar a las estanterías –como los nuevos de Nick Cave y Moor Mother–, se anuncian apetecibles visitas para el otoño –Ólafur Arnalds vendrá a mediados de diciembre– o se empieza a avanzar el contenido de discos esperados, como el próximo de Pau Vallvé.

Más de Moor Mother. Foto: Samantha Isasian
Más de Moor Mother. Foto: Samantha Isasian

No sé si les pasará lo mismo a ustedes, pero los timelines de las redes sociales de mis contactos son un festival permanente. Malos tiempos para quienes sufren de FOMO (Fear Of Missing Out). No hay mañana que no me tope con diez o quince conciertos a los que no me hubiera importado asistir. Conciertos, festivales o ciclos. La avalancha se veía venir. Es más bien un tsunami de eventos. Y parece que hay público para todos. Al menos de momento.

Buena válvula de escape es, desde luego, esta incontenible explosión de música en directo protagonizada por músicos de aquí, de allí y de más allá, tras casi dos años de penuria y ante el gris panorama que se cierne sobre nosotros: con la matraca diaria de la espiral inflacionista, la crisis energética, la guerra en vías de cronificación, el retroceso yanqui en la cuestión del aborto o la grotesca ultraderecha cañí salivando, a punto de sentarse a la mesa. Ya que la belleza se encuentra en los surcos de los discos y a veces sobre los escenarios –no en los noticiarios–, que cualquier estropicio que venga nos pille bailando. O disfrutando.

O testando la capacidad de Nick Cave no solo para superar cualquier expectativa con exhibiciones como la enésima en el último Primavera Sound, sino también para emborronar los límites entre arte y trascendencia con discos como “Seven Psalms” (2022), publicado el pasado viernes. Una colección de ocho salmos en 23 minutos, gestados junto a Warren Ellis durante la grabación de “CARNAGE” (2021), en la que el australiano muestra su vis más espiritual en torno a cuestiones como la fe, la ira, el amor, el dolor, la piedad, el sexo y la devoción. Él mismo ha explicado que es otra de las facetas de su escritura, que no puede limitarse a sus trabajos más o menos convencionales (por llamarlos de algún modo). Complemento, en todo caso, a la racha de discos austeros que lleva enlazados con Ellis en los últimos seis años. El tiempo dirá si también esencial o solo anecdótico.

Otro músico foráneo capaz de canalizar todo un torrente de emotividad con su música y que también vuelve a nuestros escenarios es Ólafur Arnalds, quien estará en el 10 de diciembre en el Auditori del Fòrum de Barcelona (Festival Mil·lenni), el 12 de diciembre en el Teatro Arriaga de Bilbao y el 13 de diciembre en el Teatro CaixaBank Príncipe Pío de Madrid. Para entonces ya se habrá publicado “Some Kind Of Peace. Piano Reworks” (2022), trabajo en el que músicos como Alfa Mist, Eydís Evensen, Dustin O’Halloran, Hania Rani o Machinedrum reinterpretan los cortes de su enorme “Some Kind Of Peace” (2020).

Ólafur Arnalds visto por Hania Rani: “Woven Song”.
Vuelve también Pau Vallvé y lo hace en su versión más luminosa, jaranera y buenrollista, muy lejos de las sombras que habitó en discos anteriores, avanzando con “Això ja està” y su brisa casi tropicalista el cancionero de lo que será “:)” (2022), álbum cuyo título ya lo dice todo y que verá la luz el 21 de octubre. La canción podría perfectamente ser sintonía de uno de esos spots televisivos que cada verano nos invitan al consumo de cerveza a la orilla del Mediterráneo. Invita a esperar con curiosidad cómo será el resto.

Pau Vallvé: “Això ja està”.
Quien no está de vuelta, y la verdad es que ya nos gustaría, es la gran Lauryn Hill, aunque se haya dejado ver por sorpresa el viernes noche sobre el escenario del Essence Festival de Nueva Orleans para marcarse unos buenos “Killing Me Softly”, “How Many Mics”, “Ready Or Not” y “Fu-Gee-La” junto a Wyclef Jean, reverdeciendo los laureles de unos Fugees que tuvieron que cercenar su gira de reunión en septiembre del año pasado por los rigores del COVID. Uno siempre se pregunta qué hubiera podido dar de sí la carrera de Hill si no hubiera decidido abdicar hace años y renunciar por completo a competir con sucesoras como Little Simz, Kehlani o Janelle Monáe.

Fragmento de la actuación de Lauryn Hill en el Essence de Nueva Orleans.
Y acabamos, también en clave de distinguida música de raíz negra, recomendando una de las novedades más excitantes de entre las publicadas este último fin de semana: “Jazz Codes” (2022), el estupendo séptimo álbum de Moor Mother, proyecto de la compositora, vocalista, poeta y educadora Camae Ayewa, desde Los Ángeles. Confluencia entre free jazz, soul, hip hop y poesía, es la suya una extraordinaria y clarividente compañía para tiempos con poca brújula. Mañana lo analizamos con detenimiento en nuestra sección de crítica de discos.

Moor Mother: “BARELY WOKE” (feat. Wolf Weston).
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