Cancelaciones y excancelaciones. Dimes y diretes. Donde dije digo, digo Diego. Giras que retoman sus fechas y viejas dolencias colectivas que no remiten. Como la de los tiroteos indiscriminados, esa absurda plaga. Esa gota malaya, un sinsentido lacerante. Sorprende –relativamente, porque desde la última masacre han pasado solo semanas– la que se produjo durante la celebración del 4 de julio en Illinois, con seis muertos y decenas de heridos. Sorprende –algo más, aunque ahí tuvimos al monstruo de Anders Breivik haciendo triste historia en Utoya hace once años– la del centro comercial en Copenhague, con tres decesos y cuatro heridos de gravedad, que llevó a Harry Styles a cancelar su concierto del domingo noche. La complicada disyuntiva de siempre, expuesta con crudeza en el caso de Travis Scott en noviembre pasado: ¿suspender o hacer como si nada? Anoche retomaba en París la gira de presentación de su burbujeante “Harry’s House” (2022). La música sigue, pese a todo. Es un tópico, sí, tan grande (y cierto) como que el destino de cualquier persona pueda seguir viéndose amenazado por el capricho de cualquier perturbado con un fusil. Algo más peligroso aún que un mono con dos pistolas.
Vivimos tiempos de un cambio a largo plazo que nadie sabe muy bien a dónde nos llevará, y eso, en el ámbito musical, se traduce también en la inapelable primacía de Spotify sobre la música en streaming, una lucha de gigantes de la que Neil Young decidió apearse en enero cuando tuvo la certeza de que el pódcast de un tal Joe Rogan, que difundía bulos sobre las vacunas y el COVID, no sería eliminado de los servicios de la empresa sueca. A Young le siguieron Joni Mitchell, Nils Lofgren, India.Arie y Crosby, Stills & Nash. Y han sido precisamente estos últimos los primeros en volver al redil porque Spotify ha introducido una etiqueta de content advisory sobre aquellos espacios que lidian con información sensible sobre el virus. Al menos eso dicen ellos, envainándosela tras cinco meses en los que sus canciones no podían encontrarse allí. ¿Serán los primeros en desdecirse?