Cómic

Kat Leyh

SnapdragonAstronave, 2021

Dicen los que se ganan la vida, o como mínimo lo intentan, llamando puertas con una carpeta de proyectos orientados al público infantil-juvenil bajo el brazo que lo primero que hay que poner en la memoria, biblia o tratamiento que se presente son los valores que encierra el proyecto. Pero también que, y ahí radica la cuadratura del círculo, esos mismos valores han de ser lo último que flote hasta la superficie para el público; que ha de llegar a aprehenderlos tras haberse sorprendido, divertido o emocionado con la obra en cuestión más allá de la moral de su discurso.

Toda esta reflexión inicial se podría ejemplificar meridianamente con “Snapdragon” (2020; en España, 2021). También se podría condensar en un “léete ‘Snapdragon’ y verás cómo hacer una ficción infantil-juvenil modélica” y ahorrar en palabras, claro. Porque en este tebeo de Kat Leyh hay una naturalización de la diversidad de identidades sexuales y raciales, una comprensión por los modelos de vida no normativos o directamente en los márgenes y un elogio de la feminidad alejada de los lugares comunes que no entorpece ni sobrecarga en ningún momento ni el storytelling aventurero ni la simpatía por el giro fantástico ni el humor para todos los públicos.

Vale la pena rebañar un poco más el carácter transgeneracional de este cómic porque, aunque su target objetivo debe estar en la pinza 8-12 años, “Snapdragon” tiende a una universalidad de la misma manera que Mark Twain o Robert Louis Stevenson tendían al relato para lectores de 0 a 99 años. Es una ficción excelente se mire por donde se mire, con un entramado narrativo cuidadoso, balanza equilibrada entre grandes temas y detallitos simpáticos, aunque reveladores, convivencia armoniosa entre fantasía y realismo, tropos bien resueltos y un dibujo siempre vistoso y alegremente creativo.

Resulta especialmente carismático el diseño de personajes, cuyo vaivén va de una bruja-no bruja que se parece a Nicholas Ray en el otoño de su vida a una protagonista, Snapdragon, de actitud corporal aventurera (un poco la “Hilda” de Luke Pearson, pero con el morro apretado) y expresividad loca, casi manga, para los remates cómicos (es más gestera que Star Butterfly, de la serie de animación “Star contra las fuerzas del mal” de Daron Nefcy).

Nos llega hypeado, sí, pero “Snapdragon” es uno de los fenómenos del año con todo el merecimiento. Kat Leyh –ya conocida y reputada por ser una de las participantes en la serie Leñadoras” (2016-), por el webcómic “SuperCakes” (2014) y por sus aportaciones a los imaginarios de las series “Hora de aventuras” y “Steven Universe” cuando se explotaron en formato tebeo– cambia de estatura en esta obra: desde la sencillez, su relato sobre cómo una niña en edad de transformaciones hormonales descubre su identidad tras entrar en contacto con la magia (es decir: los otros mundos que hay en este mundo) tiene la misma belleza y la misma grandeza que cualquier relato de, por ejemplo, Ghibli, los maestros en anime de este mismo patrón narrativo. ∎

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