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Miguel Gallardo y su hija María: amor y comunicación.
Miguel Gallardo y su hija María: amor y comunicación.

Entrevista

Miguel Gallardo: María y él

Hablamos con Miguel Gallardo sobre su emocionante “María y yo”, una de sus mejores obras. Sus reflexiones sobre la vida aplicada al arte van acompañadas por la recomendación de tres de sus títulos más significativos. Léanlos.

Rockdelux 259

(Febrero 2008)

Dedicado desde hace años a la ilustración, el que fuera uno de los héroes de la historieta española de los ochenta acaba de regresar con un nuevo álbum bajo el brazo. “El cómic es una especie de gusanillo que no se acaba nunca”, responde al teléfono Miguel Gallardo (Lleida, 1955). “Creo que es un medio poco explotado, y ahora están apareciendo nuevas formas narrativas que hacen pensar que esto va a ir a más. Veo hoy a mucha gente haciendo cosas muy interesantes que se salen de lo normal. El ambiente actual me recuerda, salvando las distancias, a la época de ‘El Víbora’, donde más allá de la técnica había muchas ideas. Porque lo más importante son las ideas, ¿no?”. Fue precisamente en ‘El Víbora’ donde se dio a conocer como cocreador de “Makoki” (1977-1995; La Cúpula y Glénat), uno de los máximos iconos del cómic underground autóctono. “Aún hoy la gente me sigue dando la tabarra con ‘Makoki’. He pasado por todo con aquel período, lo he odiado, me he reconciliado... Lo más positivo de la etapa de ‘El Víbora’ fueron dos cosas: trabajar con Juanito Mediavilla, uno de los mejores guionistas que he conocido, y tener la oportunidad de publicar regularmente, porque así pude aprender a dibujar historietas”.

Pero el principal motivo de esta entrevista no es su pasado, sino su presente. Y el presente de Gallardo pasa por “María y yo” (Astiberri, 2007), una novela gráfica donde ha querido contar la relación con su hija, una niña autista de 12 años. “Hacía tiempo que quería hacerlo. Pero también porque ahora, al vivir separado de ella –María vive en Canarias con su madre–, los momentos que pasamos juntos son muy intensos, cuando voy a verla allí o ella pasa unas semanas aquí en Barcelona”. El autor también quiso explicar el modo personal que tiene de comunicarse con María, “a través de dibujos que le hago de las personas que conocemos y de cosas que vemos. Pensé que el libro podía interesar a las personas que no están en el mundo de la discapacidad, y quizá también a los padres con hijos discapacitados, porque yo siempre agradezco los testimonios en situaciones parecidas”.

“Contar la historia de la pena no sirve de nada a la gente, aparte de obtener su compasión. Sobre todo quería mostrar cómo en determinadas situaciones, por extraordinarias que sean, puedes conseguir adaptarte y seguir adelante. Que fuese una historia más de esperanza que de queja...”
Encontrar la voz narrativa para esta historia no le resultó tarea fácil. “Es un poco lo mismo que me sucedió con el libro de mi padre”. Se refiere a “Un largo silencio” (De Ponent, 1997), donde ilustró las memorias de su padre sobre la Guerra Civil. “Como mi carrera ha sido básicamente humorística y la de ‘María y yo’ no lo era, me costó encontrar una voz apropiada. No me apetecía contar una historia de ‘mirad qué pena’. Por eso lo planteé como un libro de viajes. Y a través de eso mostrar cómo se comporta María y cómo se relaciona con los demás. El grueso del libro lo hice en el hotel, en Canarias; así contaba del modo más directo qué supone vivir con autismo, para ella y para mí como padre. No de un modo científico, claro, sino a través de lo que hacemos juntos y de la personalidad de María”. En realidad, científicamente hablando, no se sabe gran cosa del autismo. “No, no mucho. No se conoce bien el origen, si es genético o no. Sí se sabe la cuestión de los estímulos sensoriales. Nosotros tenemos filtros para los estímulos exteriores; por ejemplo, puedes estar tomándote algo con un colega pero solo escucharle a él y no al señor que tienes detrás o los ruidos del bar. Los autistas no tienen ese filtro y lo reciben todo a la vez; por eso se encierran en sí mismos y eligen filtrar lo que quieren o lo que pueden, eso no lo sabemos. Puede ser que le estés hablando y haya elegido escuchar otro sonido que no sea tu voz”.

En “María y yo”, Gallardo recurre a menudo para narrar las escenas a los mismos dibujos que emplea con su hija. “Sí, le dibujo cosas constantemente, es mi modo personal de comunicarme con ella. María me pide sobre todo que le dibuje a la gente, así que usar esos mismos dibujos me pareció una buena forma de dirigirme al lector. Son dibujos ingenuos, pero a la vez creo que tienen calado, explican cosas importantes. Quería que no fueran muy elaborados y permitieran explicar las cosas más dramáticas con ligereza”. Ese tono ligero resulta muy llamativo, porque lo que se cuenta no es precisamente fácil de explicar a los demás. “Quería lograr un estilo llano y directo que a la vez mostrase complejidad y tuviese puntos de humor, para que así los aspectos trágicos tuviesen más valor. Tenía mucho miedo de caer en lo lacrimógeno. De hecho, acorté escenas para evitar eso, como en la de las miradas de la gente”. Las miradas. Gallardo está acostumbrado a las miradas de extrañeza cuando va con su hija, pero en el libro no quiso insistir demasiado en ese aspecto. “Tampoco quería desdramatizarlo del todo, porque tener un hijo autista no es fácil y hay momentos bien jodidos. Pero contar la historia de la pena no sirve de nada a la gente, aparte de obtener su compasión. Sobre todo quería mostrar cómo en determinadas situaciones, por extraordinarias que sean, puedes conseguir adaptarte y seguir adelante. Que fuese una historia más de esperanza que de queja... No sé, es un libro muy importante para mí, muy sentido”.

Master Gallard Greatests Hits

“Makoki”
(1977-1995; recopilatorio integral de Glénat, 2002)

Desquiciada saga suburbial repleta de jerga y humor callejero realizada con guiones de Juan Mediavilla, y en solitario en “La muerte de Makoki” (1995), punto y final del personaje. “Mira que he hecho cosas luego, pero mucha gente solo se fija en él, que por qué no vuelvo a dibujarlo. Lo peor sería seguir haciéndolo, porque ya tengo 50 años, y esa es la diferencia entre estar o no estar en la calle”.

“Héroes Modernos”
(Glénat, 1998)

Álbum que recopila “Pepito Magefesa” (1984), un pastiche paródico sobre el arte moderno y la cultura popular, y dos trabajos con guión de Ignacio Vidal-Folch: “Perico Carambola” (1995), una inspirada sátira del famoseo, y “Roberto España y Manolín” (1995), descojonante revisión de “Roberto Alcázar y Pedrín” donde el discurso de porra y tentetieso de la vieja serie de Vañó se pone al servicio de la democracia.

“Un largo silencio”
(De Ponent, 1997)

Gallardo ilustra los recuerdos de su padre sobre la Guerra Civil, y el resultado es un librito memorable .“En su momento no fue muy comprendido, quizá por el formato y la mezcla de lenguajes; por entonces no había mucha cosa así. Me hubiese gustado que tuviese más difusión, que llegase a las escuelas por su modo de explicar la Guerra Civil. Ahora con la etiqueta novela gráfica puede que se asimile mejor”. ∎

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