Álbum

Belle And Sebastian

Late DevelopersMatador-Popstock!, 2023

“Ojalá pudiera conformarme con los resultados del fútbol. Ojalá pudiera conformarme con mis tareas diarias, con mi culto diario a lo sublime”, dice Stuart Murdoch en una de sus canciones más personales hasta la fecha, la deliciosamente sintética “When We Were Very Young”. “Pero necesito escribir canciones”, continúo yo. Y menos mal.

Si “A Bit Of Previous” (2022) suponía una especie de regreso ecléctico –y consciente del tiempo pasado– a los orígenes de Belle And Sebastian y a un estado de forma de lucidez atemporal, este apresurado “Late Developers” que lo sucede con menos de un año de lapso no solo lo confirma, sino que lo sublima. De aquellas sesiones autoproducidas y sin horarios que supusieron su regreso a Glasgow salieron muchísimas canciones, como ellos mismos me confesaban el año pasado en una entrevista para esta casa. Tantas como para hacer otro disco. Y podría caer uno en el error de pensar que lo contenido en esta “segunda parte” –con muchas comillas– se limitaría a un racimo de descartes con gracia.

Nada más lejos de la realidad. “Late Developers” es un disco que solo podría lanzar, 27 años después de su primera referencia, una banda excepcional. Y habla más ellos que de sí mismo, pues perfila distintas facetas de todas sus etapas, arriesga lo justo con experimentos cada vez más electrónicos –a medias Yeah Yeah Yeahs, a medias Arcade Fire en “When You’re Not With Me”; guiñando al trance marca Armada, a los Scissor Sisters y a la euforia hi-NRG en el desconcertante sencillo “I Don’t Know What You See In Me”, única pista de un disco lanzado prácticamente por sorpresa– y no se esconde en acomodarse en la búsqueda de la mejor versión de sus fortalezas.

Belle And Sebastian siguen sonando como siempre, como en los 90, y ahí está “Juliet Naked” dejándolo claro desde el minuto uno: no solo la melodía encajaría en su primera etapa, también los tropos que aborda, incluidos la cocaína y la pérdida de la inocencia –“Will you still love me? Tomorrow, when the cocaine is gone”–, o formulaciones como “There’s quicksand on the battlefield”. “When The Cynics Stare Back From The Wall”, de hecho, es una canción descartada de 1994, antes de la formación oficial de la banda, que no desentonaría en “If You’re Feeling Sinister” (1996) ni desentona aquí, rescatada a dúo con Tracyanne Campbell de Camera Obscura.

Otra de las claves de “Late Developers” es precisamente la conversación entre voces masculinas y femeninas, con el consiguiente mayor protagonismo de la voz de Sarah Martin. Cada vez más fina en la parte que le toca como cocompositora, empasta a la perfección con Murdoch en ese seductor funk electrónico que es “Do You Follow”, tan, tan “Reflektor” (Arcade Fire, 2013), o en la buenrollera “Late Developers”. Y en “Give A Little Time” toma el primer plano con gracia.

Puede que la coqueta “Will I Tell You A Secret” –condensa bien ese optimismo melancólico y la amarga inocencia que son sello definitorio–, el surf con aires de psicodelia pop “So In The Moment” –firmado por Stevie Jackson– y ese coqueteo con el soul 70s que es “The Evening Star” caigan demasiado en la autocomplacencia y no digan demasiado. Pero tampoco ensombrecen un trayecto en el que Belle And Sebastian, más allá de ofrecer un mejor o peor disco, insisten en que el mayor riesgo es comprometerse con un sonido que, a día de hoy, es tan personal como infinito. Y con el hecho de que la vida merece ser vivida y celebrada. ∎

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