Álbum

Beny Jr

SamuraiRICO, 2021

El drill era esto. Y no es que se haya zanjado el debate sobre la propiedad de este subgénero (el debate se decide entre los defensores del sonido más original de Chicago o las diferentes vertientes que aparecieron, a posteriori, en espacios como Nueva York o Reino Unido). Sino que, con “Samurai”, Beny Jr y El Guincho han sido capaces de darle una nueva vuelta de tuerca a una etiqueta que apuntaba ya a aburrimiento por sobrexplotación, especialmente por sustentarse en unos dogmas demasiado repetidos.

“Samurai” es un ejercicio de generosidad por ambas partes (productor y cantante), y de empatía. Por parte de Beny Jr, por dejarse caer en la zona de El Guincho hacia espectros más cálidos y coloridos (sin renunciar a la oscuridad auditiva del drill, que sigue presente en muchos de los momentos del álbum). Y por parte de El Guincho, por seguir demostrando que es uno de los artistas más prolíficos si hablamos de impactar personalidades sonoras (sin que eso signifique arrebetar la esencia de aquellos con los que colabora). Y que nadie entienda esto como sinónimo de un Beny Jr poco presente en el ámbito creativo o carente de madurez. La capacidad letrística y narrativa del de L’Hospitalet, así como su impronta en la media hora que dura “Samurai”, son evidentes y distintivas, posicionándose como uno de los mejores cronistas urbanos del momento.

Del tema que abre el trabajo, “Maldito”, una emotiva balada callejera y de autor en la que los más ansiosos del género se quedan esperando una base que no termina de romper, pasamos a un “Fantasma” que sí se adscribe en el imaginario clásico de Beny Jr. Espejismo momentáneo, pues de ahí saltamos al reguetón con “Kardash” y, de ahí, todo va hacia arriba con “Intruso” (una especie de mezcolanza afrobeat con tintes electrónicos y minimalistas, que puede postularse a la canción más bonita de “Samurai” y, sin duda alguna, la más El Guincho).

Esta misma fórmula (en la que encontramos temas más crudos balanceados con otros más bailables, en el sentido de la palabra más cercana al guateque) se repite en los posteriores compases de la mixtape. Cortes como “Blbala”, “Cyber Bandit” o “Botes” decantan la balanza hacia el clasicismo drill, mientras que pistas como “DVD Ting”, “Baby” o “Color caramelo” se adscriben a las corrientes más caribeñas.

Uno de los puntos más destacables de este “Samurai” es el respaldo que supone para el drill en términos de dignificación (o dogmatización) de este subgénero. Beny Jr y El Gincho se alían en este disco como una suerte de dupla clásica de MC y beatmaker, o artista y productor (no acabamos de ser capaces de decantarnos por si el rol de El Guincho es aquí más Dr. Dre o más Rick Rubin). Un gesto de madurez respecto a un sonido que ha llegado a estar copado por una corriente más cercana al bedroom producer o al abuso del type beat antes que a un cerebro detrás de los aparatos que aporte el contenido creativo y auditivo final.

No sabemos si este “Samurai” hará las delicias de los más puristas del drill. Lo que tenemos claro es que lo hará de todos los demás. ∎

Etiquetas
Compartir

Contenidos relacionados