Álbum

Bonnie Prince Billy

Keeping Secrets Will Destroy YouDrag City-Domino, 2023
“Quiero hacer música todo el tiempo, no solo en arrebatos y escaramuzas”. Más que los versos de una de sus canciones, lo que Wild Oldham canta en “Behold!, Be Held!” es una síntesis de su existencia durante sus últimas dos décadas. Las toneladas de canciones que ha venido engendrando concluyen, al menos hasta el momento, en un disco que comparte la mirada nostálgica con el valor del sentimiento compartido. Todos vamos hacia el mismo lugar y es mejor si el camino lo hacemos juntos. Testimonio de su propia trayectoria profesional, plagada de asociaciones entre las que están su compañero de sello Bill Callahan, Angel Olsen, Bryce Dessner o Matt Sweeney. “Keeping Secrets Will Destroy You” funciona a modo de oda hacia un “nosotros” que siempre se sobrepone a las adversidades individuales.

Para dotar de verosimilitud a su tratado, Bonnie Prince Billy se ha rodeado de un grupo de músicos locales de la ciudad de Nashville, donde ha sido grabado un álbum que tiende a un cálido minimalismo y que huele a una hoguera alrededor de la que se cantan historias que reconfortan y ahuyentan la soledad. Pese a una carrera prolífica, el disco es el tercero de su autor en solitario desde 2011, lo que aporta credibilidad a su manifiesto sobre las bonanzas de lo común, y sigue la estela de su “I Made A Place” de 2019 con una atmósfera más austera y un carácter más personal. La guitarra desnuda de “Like It Or Not” y la progresiva incorporación de coros y cuerdas actúan como anticipo de un disco con cadencia pausada y actitud reflexiva.

En la frontera entre el folk contemporáneo y los guiños a sonoridades más clásicas navegan las composiciones. Entre las primeras está “Bananas”, que, igual que ocurría con “The Letting Go” (2006), uno de sus trabajos más destacados, tiene el romance como tema principal. Los arreglos de violines de “Blood Of The Wine” le dan matices que apuntan a una vertiente más country. La conjunción de originales cadencias vocales y una sutil producción entrega en “Willow, Pine And Oak” uno de los mejores resultados, que se ve acrecentado por una letra en forma de metáfora entre hombre y naturaleza, parte intrínseca esta última del universo de Oldham.

Con reminiscencias del primer “The Milked-Eyed Mender” (2004) de Joanna Newsom o del Micah P. Hinson más elemental, el estadounidense hace de la sencillez virtud creando con su voz unas melodías íntimas y cautivadoras. Una de ellas está en “Sing Them Down Together”, en la que el cantante advierte de que “ruin comes when we’re divided”. A pesar de que pueda parecer un disco inspirado en lo elemental, “Trees Of Hell” es una inmersión en terrenos más experimentales, y el estribillo de “Crazy Blue Bells” contiene un efecto liberador.

Bonnie Prince Billy irradia las conclusiones de las experiencias vividas a lo largo de su carrera (“Destruimos el pensamiento de que la tristeza es una fuerza embrutecedora”) y señala los obstáculos a sortear (“Y un ‘jódete mucho’ a los codiciosos y a los locos”). El mensaje es trascendental, pero la forma de transmitirlo escapa de la pretenciosidad y la búsqueda de aceptación. La evidente fe del autor en sus postulados y en su poder creativo es el mejor aval de un disco que emerge en un instante de incuestionable inspiración compositiva. ∎

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