Álbum

Broadcast

Maida Vale SessionsWarp-Music As Usual, 2022

Contaba la malograda Trish Keenan que, cada vez que ella y James Cargill entraban en los estudios de la BBC en el barrio londinense de Maida Vale, tenían una especie de sensación iniciática. Entre grabación y grabación, solían salir a recorrer sus solitarios y laberínticos pasillos en busca del Radiophonic Workshop, una de las influencias clave en el sonido de Broadcast. Me encanta pensar en esa hauntológica imagen mientras el dúo de Birmingham, tímido y nervioso, registraba su primera Peel Session en septiembre de 1996, entonces acompañado por Tim Felton a la guitarra, Stephen Perkins a la batería y Richard Stevens a los teclados. Ni siquiera habían publicado aún su primer EP en Duophonic, “The Book Lovers”, pero las cuatro canciones que allí interpretaron, sin efectos ni miedo escénico, ya dejaban entrever su potencial como una de las bandas británicas más fascinantes del cambio de siglo. Tanto, que entre ellas se encontraba una versión primeriza –que aquí aparece como “Untitled”– de “City In Progress”, y que luego formaría parte de su obra maestra “The Noise Made By People” (2000), además de un tema inédito en estudio, “Forget Every Time”.

El amor fue mutuo y ellos también cayeron en gracia en la radio pública británica: John Peel los invitó dos veces más (en los mejores años de Broadcast, 2000 y 2003) y hasta cinco de sus temas aparecieron en el Festive 50, su lista anual de canciones favoritas. Todas esas grabaciones se incluyen recopiladas por primera vez en este álbum junto a la Evening Session que registraron en el Queen Elizabeth Hall en 1998, y que también incluía una lectura previa de su hit “Come On, Let’s Go”. Para el fan vale realmente la pena tenerla en una versión diferente a la más conocida, al igual que otras joyas de su repertorio, como “Long Was The Year”, “Echo’s Answer”, “Pendulum” o “Colour Me In” y, como corte final, una versión de “Sixty Forty” (Nico) que encajaba como anillo al dedo en su universo. La trayectoria de Broadcast se truncó demasiado pronto por el súbito fallecimiento en enero de 2011 de su vocalista, pero dejó un rastro imborrable y, de hecho, me gusta imaginarme también a las jóvenes bandas que entran ahora en los estudios de la BBC recorriendo sus pasillos en busca del fantasma de Trish Keenan, de su voz cantando “You won’t find it by yourself / You’re gonna need some help”. 

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